Crítica del concierto de la Orquesta de la Comunidad Valenciana bajo la dirección musical de Pablo Heras-Casado
Maestrías contrastantes
Por Alba María Yago Mora
Valencia, 2-II-2024. Palau de Les Arts Reina Sofía. Orquesta de la Comunidad Valenciana. Director: Pablo Heras-Casado. Obras de Wagner, Brahms y Mendelssohn.
El pasado viernes, la que fue la tercera visita de Pablo Heras-Casado al podio de la Orquesta de la Comunidad Valenciana se erigió como una experiencia de contrastes sonoros y expresivos, cuyo repertorio abarcó desde la majestuosidad wagneriana hasta la espiritualidad de Mendelssohn-Bartholdy.
El Preludio de Parsifal, concebido por Richard Wagner, presentó ciertos desafíos para la agrupación valenciana. Aunque no alcanzó la cúspide esperada, se desenvolvió con destellos notables, pese a ciertos desajustes y ligeras desafinaciones que no pasaron desapercibidas. Los metales destacaron en medio de esta maraña, pero no se alcanzó la plenitud emocional que caracteriza el universo sonoro de Wagner, dejando al oyente con la sensación de un potencial aún no explotado.
En el siguiente tramo, las Variaciones sobre un tema de Haydn de Johannes Brahms rescataron la velada con un espíritu lúdico y sagaz, transformando la dinámica del concierto hacia una interpretación magistral. La orquesta exhibió un sonido espléndido, donde el viento madera, especialmente los fagots, merece un reconocimiento especial. El despliegue de las variaciones generó una experiencia tan encantadora que el virtuosismo brilló con una intensidad renovada, revelando capas de belleza y perspicacia en cada una de ellas.
La segunda parte del concierto se alzó como la culminación de la noche. Los Encantamientos del Viernes Santo de Parsifal resonaron con una belleza sublime, validando la afirmación de Wagner sobre la magnificencia de esta obra. La interpretación resonó con una espiritualidad que trascendió lo terrenal. La orquesta, bajo la sabia batuta de Heras-Casado, capturó con maestría la contemplación inherente a esta composición sagrada.
La Sinfonía núm. 5, en re mayor, opus 107, «De la Reforma», de Felix Mendelssohn-Bartholdy, cerró la velada con una interpretación que trascendió lo meramente técnico. Heras-Casado guió a la orquesta con solidez, desde el Andante inicial hasta el imponente Allegro maestoso final. Las cuerdas brillaron con la interpretación del Dresdner Amen, ofreciendo una experiencia poderosa y emocionante. Cada nota, cada crescendo, cada suspiro, resonó con una claridad cristalina, como un himno a la grandeza del espíritu humano. El director granadino, con gran maestría y sensibilidad, logró una lectura vívida y emotiva de la obra, demostrando su habilidad para transmitir la esencia espiritual y musical del compositor alemán.
Así, y a pesar de los desafíos iniciales en el Preludio, la Orquesta de la Comunidad Valenciana triunfó con una ejecución magistral de las Variaciones de Brahms y una segunda parte que tocó las fibras más profundas de la espiritualidad musical. Una noche que, a pesar de sus altibajos, culminó en una interpretación poderosa y conmovedora.
Fotos: Miguel Lorenzo
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