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SAIOA HERNÁNDEZ, soprano: 'Hay que ser valiente'

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Autor: Inés Tartiere
1 de noviembre de 2017

SAIOA HERNÁNDEZ, soprano: 'Hay que ser valiente'

   Una entrevista de Inés Tartiere |  @InesLFTartiere
“La diva de nuestro siglo”, así definió Monserrat Caballé a la soprano madrileña Saioa Hernández, aunque el halago de una de las más grandes sopranos de la historia no haya sido sido suficiente todavía para que los teatros españoles presten la debida atención a su trabajo. Ha conseguido hacerse un hueco en los teatros más importantes de Italia, donde sus actuaciones se cuentan por éxitos, eso sí, y en los que seguirá debutando importantes roles en los próximos años. Recientemente cosechó un gran triunfo en La Coruña, como Amelia de Un ballo in maschera. Esperemos que sea un punto de inflexión en su carrera en España, país que, de momento, no está valorando como debiera la calidad artística de esta gran soprano.

Entre sus próximos compromisos se encuentra Francesca da Rimini en Estrasburgo, Maruxa en el Teatro de la Zarzuela, La Gioconda en Piacenza y Reggio Emilia, y Tosca en Parma. ¿Como definiría su reciente debut con Amelia de Un ballo in maschera en La Coruña?

Ha sido una gran conquista personal. Creo que ha ido muy bien. Una experiencia fantástica en todos los sentidos, pero sobre todo en lo personal, que es lo que más valoro.  Ahora mismo estoy debutando muchos roles, y el trabajo personal de integración que se hace con el personaje, el desarrollo de estos roles a nivel dramático y a nivel de expresión se hará más con el tiempo, cuando los vaya cantando más. Estoy intentando centrarme en lo musical, que sea un rol que está muy bien aprendido, en hacer todo lo que me pide el maestro y el director de escena, pero creo que daré más de mí en estos papeles cuando los tenga más interiorizados. El día del estreno me pasé todo el día con muchísimas náuseas, aunque la voz estaba bien, pero me costaba mucho cantar. Fue la primera vez en mi vida que tuve que anunciar indisposición. Nunca he cancelado y espero no tener que hacerlo nunca.

 ¿Cree que por fin puede suponer el lanzamiento de su carrera en España?

A mí me encantaría, creo que el camino de cada uno va por derroteros muy distintos, y nunca se sabe. Puede que sólo se quede en esto, ya veremos. Yo intento que cada rol y cada teatro sea una nueva conquista y lo tomo como algo por separado, no sé lo que vendrá después. Claro que me encantaría cantar más en mi país, creo que a todos nos gusta, pero no me obsesiono, lo que tenga que venir vendrá.

 ¿Es el rol que hubiese deseado como presentación oficial en los teatros españoles?

Absolutamente, sí. Es un rol que llevo muchos años deseando debutar, junto con Leonora de Il trovatore y justo acabo de hacer las dos seguidas ahora. Era el momento justo y con el rol perfecto. Quiero y espero cantar mucho Amelia, me siento muy cómoda con el rol.

Es increíble la expectación que han despertado estas funciones: La Coruña tenía ganas de ópera.

Tiene muchas ganas de ópera, a la vista está. Están haciendo tradición. Aunque ya era una ciudad con gran tradición musical, en los últimos años están haciendo un gran trabajo. Estoy encantada de que haya generado tanta expectación. También me alegro mucho de que haya coincidido, y se haya hecho en el Teatro Colón. Estoy acostumbrada a cantar en teatros y no en sitios muy abiertos o auditorios, el ambiente es más recogido, más familiar. El general ya se vivió como si fuera el estreno, con una energía con el público, orquesta, cantantes, que creo que nos quitó presión para el estreno.

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Es realmente admirable la gestión de la Ópera de La Coruña, pudiendo hacer realidad dos títulos con un nivel de artistas como el mostrado en el Ballo y una Lucrezia Borgia con Mariella Devia y Celso Albelo.  

Con poco dinero y con todo lo que les han recortado están consiguiendo juntar a grandes elencos, combinando a grandes figuras con figuras emergentes y están logrando algo muy grande, ya que generan expectación y esto genera público también para los años siguientes. El trabajo de César Wonenburger al frente de la ópera de La Coruña es, cuanto menos, admirable.

Por desgracia, su caso es cada vez más común, artistas españoles que triunfan en el extranjero y que aquí no tienen siquiera oportunidades… Ser profeta en su tierra es lo más difícil.

Sí, creo que siempre ha sido un poco así. Son muchos los casos de gente que tienen que irse fuera de su país para buscarse su camino. También es verdad que cada carrera es diferente, la vocalidad es diferente, el tipo de público. Mi repertorio se ajusta mucho al público italiano, quizás por eso he encontrado allí más mi hueco, y allí me han acogido tan bien... Cada cosa llega cuando tenga que llegar. Este Ballo me lo he tomado como una gran oportunidad de cantar en mi país, y de que el público español pueda ver lo que estoy haciendo fuera, cómo se está desarrollando mi carrera, que me puedan conocer. Se habla mucho del Liceo y del Teatro Real, pero en España hay muchos teatros de buen nivel, como Bilbao, Oviedo, Valencia, Sevilla, que también tienen grandes temporadas. Sí que llaman a algunos artistas españoles jóvenes. No pasa con todo el mundo, por eso creo que depende del repertorio, del gusto del director artístico. Lo que reclamo un poco más es el tipo de atención que se nos da a los cantantes españoles, el trato. Creo que se nos mira más con lupa, se nos juzga más que a los cantantes extranjeros que tampoco los conocen de nada, pero al traerlos, siempre se les trata mejor. Creo que merecemos más consideración.

En su caso es todavía mas injusto, ya que si hay una cuerda que no abunda precisamente en el circuito nacional, ni internacional es la de lírico-dramática o spinto.

Si, es verdad que es una vocalidad particular y no abunda mucho hoy en día. Intento seguir las temporadas de los teatros, y los elencos del repertorio que yo canto, y es una vocalidad que  es muy escasa hoy en día, por lo que los teatros no programan estas óperas tan a menudo, o se programan con voces más ligeras. Hay directores artísticos que lo prefieren así. Quizás porque les dan más seguridad, porque ya están acostumbrados, escuchándolo en voces mas ligeras, o porque no se fían de que haya gente joven, o no tan mayor que ya tengan esa voz pesada. En mi opinión, cuando se tiene la oportunidad de escuchar este repertorio con esta vocalidad, que para mí es la que más se ajusta a estas óperas, cambia mucho.

La temporada pasada se programó Norma con tres repartos diferentes en el Teatro Real y ninguno de los papeles protagonistas fueron para españoles, o Aída, esta temporada también con tres repartos de artistas extranjeros, Il Trovatore en Barcelona y Oviedo, Tosca en Valencia… roles que ha cantado con éxito en teatros europeos, y sin embargo en ningún teatro español aparece su nombre, ¿no llega a sentir impotencia?

 Si… en el caso de Norma duele un poco más, porque es un rol que he cantado en Australia, Italia y siempre con mucho éxito. Es un rol que me encantaría poder cantar en España, sería perfecto, pero a veces las situaciones no se dan. Yo siempre intento estar lista y preparada para nuevas oportunidades, y dar el máximo de mí en cada función, cante en un teatro de provincia, o en un gran teatro. Puede que no les gustes, y prefieran a otras, y hay que aceptarlo, ya que hay mucha gente cantando. No estoy sola.

 

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¿De quién es el problema, de los teatros, directores artísticos o de los agentes?

Es siempre un conjunto de factores, y depende mucho del teatro. A veces es un problema de entendimiento entre las agencias y el teatro, otras veces simplemente del gusto del director artístico o de quien elija el cast, y otras de que tu agencia insista más o menos, y de que les hagan caso. La culpa no es siempre de una persona, sino de un cúmulo de cosas.

Directores artísticos de las óperas de Bilbao, Oviedo, Madrid, Barcelona, ¿se han puesto en contacto con usted en algún momento, para interesarse, o para hacerle alguna audición?

No, la verdad que no. Conmigo personalmente no, pero con mi agencia tampoco (risas). Sí es verdad que Cesar Wonenburger, el director artístico de La Coruña, ha sido el primero que se ha puesto en contacto conmigo. Pero no es lo primero que hago en España. He cantado mucho en Sabadell, donde han confiado siempre muchísimo en mi, y también en el Teatro de la Zarzuela, llevo muchos años cantando allí. Puedo decir que he tenido varias oportunidades, pero de éstas no me ha surgido nada más en otros teatros de ópera en España.

Algo parecido pasa con la zarzuela, siempre infravalorada y menospreciada frente a la ópera.

Sí, es igual de injusto. Muchos directores te menosprecian porque hayas cantado zarzuela, por lo que consideran que ya no puedes cantar ópera. Nada más lejos de la realidad, yo he tratado a la zarzuela igual que a la ópera, y mis compañeros igual. Cantar zarzuelas como El gato montés, Curro Vargas, o La del soto del parral no es moco de pavo. Muchas son más complicadas que algunas óperas. Hablar y cantar no es fácil para todo el mundo, y debería diferenciase como algo maravilloso y muy complicado, no como todo lo contrario.

En enero debutará en el teatro de la zarzuela con Maruxa de Amadeo Vives. ¿Cómo afronta este debut?

Con muchísimas ganas y mucha expectación, porque Daniel Bianco, el director del teatro, me dijo que quería que fuera yo, que había pensado en mí, cuando me había escuchado en La del soto del parral, que fue cuando nos conocimos. Él acababa de entrar en el teatro y me lo comentó enseguida, que tiene muchas expectativas con la producción y con mi adecuación al personaje de Maruxa, así que con muchas ganas de verla y poder cantarla. Nunca he trabajado con Paco Azorín ni con el maestro José Miguel Pérez Sierra, así que estoy encantada de poder debutar también con ellos.

Aunque parezca mentira, este complejo absurdo con menospreciar lo nuestro no es exclusivo de nuestro país. Su compañero de reparto en el ballo de La Coruña, Gregory Kunde, nos confesó en una reciente entrevista que le encantaría volver a EEUU con su repertorio actual, el cual parece no interesarles. En teatros como el Metropolitan ya no cuentan con él. 

Siempre digo que no es algo exclusivo de nuestro país, aunque en muchos aspectos somos muy diferentes. Pero si le pasa a artistazos como Gregory Kunde, con la carrera sobresaliente que ha hecho en ambos repertorios… ¿Qué podemos esperar?

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Se lo habrán preguntado muchas veces pero, que una de las mejores sopranos del siglo XX diga de usted que es la diva de nuestro siglo ¿da mucha seguridad, o por el contrario mucha responsabilidad?

Da seguridad y mucho vértigo (risas). Que Monserrat Caballé haya dicho eso de mí es el mayor halago que me han hecho. Poder escuchar estos halagos y consejos de personalidades como Monserrat Caballé o Renata Scotto, que se haya fijado en mí y me dice que he estado bravíssima, después de la función, realmente es muy reconfortante, y crees que estas yendo por el buen camino. Al final nosotros somos nuestros mejores y peores críticos, y aunque nunca hay que pararse demasiado en lo malo, uno tiene que saber muy bien dónde está y no dejarse llevar mucho ni por las buenas críticas ni por las malas. Siempre hay que tener los pies en el suelo y saber en qué punto está para poder avanzar para poder seguir creciendo como artista.

¿Cuál es el mejor consejo que le ha dado Monserrat Caballé?

El mejor consejo sin duda, cómo usar el aire. He aprendido mucho el sostén del aire. Esto te ayuda mucho a usar el fiato por supuesto, y a la hora de afrontar pasajes en piano, que Caballé hacía de maravilla. Pero también su voz es muy particular, y como ella no lo va a hacer nadie nunca. Lo único que podemos intentar es aprender de ella e intentar aproximarnos lo más posible.

¿Le ha contado el secreto de su perfecto fraseo y su legato excepcional?

Sí que me lo contó, y lo estuvimos practicando muchísimo, pero claro…una cosa es la teoría y otra la práctica (risas). Cuando preparé el rol de Norma con ella, yo tenía diez años menos. No siempre estás igual de preparado para recibir consejos y para entenderlos. Muchas cosas de las que ella me dijo las empiezo a entender y las puedo empezar a poner en práctica ahora. Lo mismo me ha pasado con la maestra Renata Scotto. Son consejos que vas entendieno con el tiempo y los vas poniendo en práctica, y entiendes lo que te querían decir en cada momento. Para mí es un auténtico privilegio poder aprender de dos de las mejores sopranos de la historia. La maestra Scotto es la soprano más expresiva. Transmite tanto en escena... En sus clases siempre intenta que vayas más allá e incide mucho en la expresividad y no sólo en la voz. La ópera es un cúmulo de artes, y hay que estar a la altura de cada una de ellas.

¿Ha podido hablar con Renata Scotto después del debut del Ballo in maschera?

Sí, antes y después. No se ha perdido ninguna, ha venido al pregeneral, general, ambas funciones. Está encantada con el resultado, y para mí es un orgullo que  haya estado allí y que aprecie mi trabajo.

¿Le han recomendado algún rol que pueda ajustarse a su vocalidad?

Renata Scotto, cuando estuve estudiando con ella, me recomendó Il trovatore, y estuvimos trabajando La straniera de Bellini. Su pianista me ha dicho que es un rol que nunca recomienda a nadie, y trabajamos mucho la escena final, un aria que ella tiene mucho respeto y que conmigo quiso trabajar. Fue realmente fantástico. También me recomendó Luisa Miller, que debuté el año pasado. Caballé, por supuesto me recomendó Norma y todos los roles de dramática d’agilitá. Siempre me dice que, en cuanto pueda, debería hacer las reinas de Donizetti.  

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¿Con qué Norma se queda: Callas o Caballé?

 Me quedo con Caballé. Ella me dijo que Norma no tiene que ser como Medea. Es cierto que intenta atentar contra la vida de sus hijos, pero Norma es madre ante todo, y creo que nunca lo haría. De otra forma nunca reaccionaría como lo hace en el segundo duetto con Adalgisa.  Norma es dulce y autoritaria a la vez, maternal y sacerdotisa. Está realmente enamorada, y no obsesionada. Por eso creo que la Norma que dibuja la vocalidad de Caballé y su modo de sentir el personaje se adecúa más a lo que en mi opinión es Norma. Esto no quita que también me guste la de la Callas, por supuesto, pero la prefiero en otros personajes. Para mi Norma es sinónimo de Caballé.

¿Dicen que su voz recuerda a Angeles Gulín, a quien dedicaron las funciones del citado Ballo en La Coruña. ¿Usted ve cierto parecido?

No lo sé, la verdad. Yo intento no imitar a nadie, todos tenemos a nuestro alcance grabaciones y todos las escuchamos, pero intento ser lo más estricta con ser natural en mi canto, cantar siempre con mi voz y no forzarla hacia ningún lado. Me suelen decir que recuerdo a las sopranos del pasado. Creo que es quizás por el tipo de vocalidad, que hoy en día no se le da mucha cabida. Los gustos han cambiado. A mí muchos profesores me han dicho "aligera, aligera, o canta partes más ligeras, no cantes ya ese repertorio", pero si mi voz ya es grande, y está claro por dónde tiene que ir, ¿por qué no serle fiel? ¿por qué la voy a destruir cantando un repertorio que no es para mí? Siempre se ha tenido excesivo miedo a que una voz más ligera afronte un repertorio más pesado, pero también se puede destruir una voz por afrontar un repertorio más ligero del que le corresponde. Yo canto todos los roles con la misma técnica. He cantado roles más ligeros, pero siempre igual. Nunca he aligerado artificialmente mi voz. Cuando debuté Tosca lo hice con mi voz, y no intenté ni oscurecerla ni hacerla parecer más pesada. La verdad, es que no sé hasta que punto mi voz es más grande o suena más pesada. Yo intento ser siempre fiel a mi material y usarlo en sus máximas posibilidades. Si se adapta al rol bien, y si no no lo canto más.

¿Con qué compositor no se siente identificada?

Mozart sé que no es para mí, no es para mi voz. No es donde mi voz se puede desarrollar.

¿En sus comienzos, aceptaba roles como Imogene de Il pirata, Lucía, Violeta de Traviata, por miedo a que no hubiera más oportunidades, o realmente se sentía cómoda con estos papeles?

Nunca, excepto en un caso he aceptado un rol por miedo a no tener otra oportunidad. Excepto en el caso de Olympia de Los cuentos de Hoffmann, en Sabadell, pero no lo hice por miedo a que no me dieran otros roles. Fue para probar si yo podía cantar Olympia, ya que de este modo estaba segura de que podía cantar los tres roles de la ópera si me lo pedían. Además no lo bajé de tonalidad, algo que es bastante común hoy en día. Lo canté a tono, haciendo incluso variaciones al Fa, pero esas no fueron muy bien (risas). Lucia la he cantado hace tres años, y me sentí cómoda. Depende mucho de la producción, pero creo que salió muy bien, aunque no creo que lo vuelva a cantar. Gilda por ejemplo, para mí es un rol de lírico d´agilitá no es para una lírico-ligera, que lo cantan y lo pueden cantar, pero es un rol bastante lírico, no es tan agudo. Son roles que ya no voy a volver a cantar, pero me alegro de haberlos cantado, porque me han hecho aprender mucho y me han ayudado a afrontar otros roles de otro modo.

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Si no me equivoco, iba a  cantar Lucia di Lammermoor en Oviedo en el cast alternativo. ¿Por qué no se produjo este debut?

Iba a debutar Lucía en Oviedo, sí, con el segundo elenco, y cover de Mariola Cantarero. Pero avisé con medio año de antelación que me habían ofrecido la oportunidad de debutar Tosca en Sabadell, un rol que en mi futuro iba a estar mucho más presente que Lucía, y eran muchas más funciones, y también me ofrecieron Il pirata en Río de Janeiro en esas fechas, que pude organizarme y cantar también allí, por lo que tuve que cancelar en Oviedo. Pude cantar en el Teatro Campoamor con la gira de El gato montés, pero para la temporada de ópera no han vuelto a contar conmigo.

Acaba de debutar Aida en Omán con el maestro Gianandrea Noseda, en el emergente teatro Royal Opera House de Muscat. Sin duda un interesante proyecto.

Ha sido realmente genial. El maestro Noseda estaba muy contento y yo también con él, porque he sentido que Aida me sentaba como un guante a la voz, y creo que gran parte de esa sensación se la debo a él por su dirección enérgica y muy a favor del palcoscenico. Era un elenco impresionante, con Ambrogio Maestri, Anita Rachvellishvilli... En el primer reparto estaba Gregory Kunde como Radamés y Kristin Lewis como Aida.

Verdi se ha asentado finalmente en su repertorio, Leonora, Amelia, Aída…¿es el compositor con el que más cómoda se encuentra? 

Creo que es el que permite más que mi voz se exprese tal y como es, y que dé lo mejor de mi. Me encantan los retos, y tanto Verdi como el Bellini más dramático o Donizetti, permiten que saque lo mejor de mi. Me permiten conquistar retos y me producen mucha satisfacción. Por ejemplo Puccini, para mí voz es muy cómodo. Me encuentro muy bien cantando Puccini, pero siempre me falta ese punto del reto, que cuando conquistas roles como Amelia del Ballo, o Leonora del Trovatore, lo disfruto más. Me encanta de vez en cuando cantar Tosca o Mimí de Bohème, roles que me resultan más cómodos y me permiten descansar la voz.  

¿Cómo definiría su voz?

Soy una soprano lírica. La agilidad es algo que lo tienes si lo trabajas. Mi agilidad no es igual que la de una lírico-ligera, no es super virtuosa, es bastante dramática, una agilidad desde el canto dramático, tampoco es rossiniana. Yo creo que la descripción que más se aproximaría, es dramática d´agilitá. Hoy en día, la parte centro-grave de mi voz está muy desarrollada y no me impide ir a los agudos y sobreagudos con facilidad. Yo he incidido mucho en aprender a usar el pecho bien, la resonancia de pecho, que si quieres cantar este repertorio lo necesitas.  

Hablemos de técnica, ¿hay una técnica para cada cantante, o es universal?  

La técnica es universal, pero cada cantante tiene un físico, unas características y un recorrido distinto, y eso nos hace que nos encontremos en puntos distintos y los afrontemos de distinta forma. A veces te encuentras con cantantes que solucionan una cosa de un modo, pero al año siguiente ya cantan de otra forma. Todos vamos ajustando y equilibrando nuestra forma de cantar. Pero cuando hablo de técnica con mis compañeros todos vamos por el mismo camino. La base de la respiración, donde tiene que ir el sonido, todos lo entendemos igual. No todos los grandes cantantes se han dedicado a la enseñanza, pero hay que fijarse más en lo que hacían, que en lo que decían que hacían. Hay que intentar ser muy analítico.  

¿Qué roles no le han propuesto y desearía debutar?

Me gustaría mucho debutar Leonora, de La forza del destino, y Elisabetta de Don Carlo. También las tres reinas de Donizetti.

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¿Un teatro en el que le gustaría cantar en un futuro próximo?  

En el Metropolitan de Nueva York y en Viena.

¿Cómo le gustaría que la recordaran en un futuro?

Primero que me recordaran con cariño, como una buena persona que ha amado y ha respetado su trabajo.

¿Cree que al no haber empezado en este mundo muy joven le ha podido perjudicar?

Si escuchas a una cantante como Marina Monzó, que está en el repertorio justo, con la madurez vocal necesaria, y que en unos años seguirá afrontando estos roles, te da mucha seguridad. A mí hace diez años no me podías decir que cantara Un ballo in maschera, no sólo porque mi voz no estaba preparada, porque psicológicamente tampoco lo estaba. Las oportunidades van llegando, y hay que ser paciente, sobre todo con mi tipo de voz, que no es tan común en voces jóvenes. Hay que ser valiente, muchas veces crees que no estas preparada, pero tienes que intentar estarlo. A mí me pasó con Norma, me llegó rodeada de grandes artistas, y empujada por Caballé. Era una gran responsabilidad que igual psicológicamente no estás preparado aunque vocalmente sí.  

¿Un rol?

 Norma  

Parece que está interesada en roles no tan comúnes como La Wally, La Gioconda, Zaira…

Me encantan estas óperas que no son tan de repertorio. Creo que gracias a escuchar tanto a Caballé, que cantaba estos roles y redescubrió muchos papeles que no eran tan comúnes. Zaida e Il Pirata fueron un gran punto de partida, ésta última en Sabadell con siete funciones, con el mismo reparto, de esta ópera dificilísima, y tuvo un gran éxito. También en Río de Janeiro. Zaira en el festival italiano de Martina Franca, que se dedica a recuperar ópera del belcanto que están un poco dejadas en el olvido, y se hizo una grabación. Creo que sólo se había representado una vez en Italia. La Wally la canté en Piacenza, Módena y Reggio Emilia. La última vez que la habían representado en Italia, había sido con Raina Kabaivanska, y fue un exitazo. Y este año debutaré La Gioconda en Piacenza y Reggio Emilia. Estoy encantada que cuenten conmigo para estas óperas, porque es un modo de hacer historia, seré una de las pocas sopranos que hayan cantado todos estos roles.  

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Si tuviera que destacar un momento de su carrera

 El primero que destacaría sería Il Pirata de Sabadell, fue muy especial, y por supuesto mi debut de Norma con Gregory Kunde, en el Teatro Massimo Bellini de Catania. Me acuerdo del miedo y el respeto que tenía, debutar en la tierra de Bellini con un grande como Gregory Kunde, habiendo preparado el rol con Caballé, una de las grandes de la historia de este rol. Recientemente destacaría este Ballo in maschera en La Coruña con un reparto maravilloso, y La Wally.  

¿Tiene algún proyecto futuro con algún teatro español?  

Lamentablemente, no. Después de esta Maruxa no tengo ningún compromiso más en España.

 Próximos debuts  

Ahora mismo me encuentro en Estrasburgo, en la Ópera National du Rhin, porque me llamaron hace diez días para hacer la nueva producción de Francesca da Rimini, de Zandonai que firma Nicola Raab. Será todo un acontecimiento. Finalmente, se ha cerrado mi debut en Torino con la ópera Siberia de Giordano, para inaugurar la temporada 18-19 en octubre. En 2019 tengo previsto debutar Andrea Chènier, en Piacenza, Módena y Reggio Emilia. Se repetirá el elenco (excepto el tenor), dirección de escena y musical de La Wally, y estoy encantada. También tengo previsto debutar con Abigaille, de Nabucco en Dresde. Es un rol que iba a debutar este año en la Arena de Verona, pero lo rechazamos porque me ofrecieron Il trovatore en Nápoles, y consideramos que era más interesante en este momento para mí. Siempre he dicho que prefiero debutar los roles en un teatro que en auditorios o lugares tan abiertos.

Creo, y espero que este Ballo in maschera, suponga un antes y un después de su carrera en España. 

Yo también lo espero (risas).  

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