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AARÓN ZAPICO RENUNCIA A SU PLAZA COMO PROFESOR DE CONSERVATORIO AL NO PODER COMPATIBILIZARLA CON SU CARRERA ARTÍSTICA

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Autor: Aurelio M. Seco
13 de diciembre de 2013
    El clavecinista español Aarón Zapico, director de la prestigiosa agrupación Forma Antiqva y uno de los artistas de referencia en nuestro país en lo que a interpretación musical con instrumentos antiguos se refiere, acaba de renunciar a su plaza como profesor de clave en el Conservatorio Superior de Música de Asturias al no poder compatibilizar su trabajo docente con su cada vez más creciente carrera como intérprete y director. La noticia corre desde hace horas por las Redes Sociales como la pólvora, acompañada de numerosas muestras de apoyo de un colectivo que ya está acostumbrado a soportar este tipo de situaciones.
 
    Al contrario de lo que sucede en países como Estados Unidos, donde los profesores de las principales entidades musicales con frecuencia ofrecen recitales dentro y fuera del país, en España parece que se obliga al músico a  elegir. En el propio Principado de Asturias tenemos un ejemplo paradigmático de otra manera de hacer las cosas. Se trata de José Ramón Méndez, pianista gijonés que lleva años residiendo en Nueva York, donde imparte docencia en la New York University, entidad que estimula a sus profesores a potenciar su carrera como intérpretes, porque se entiende, además razonablemente, que el centro se beneficia de ello por dos vías, la del prestigio que supone que la Universidad de Nueva York aparezca citada en el mundo como un lugar de referencia, -como en este artículo-, y la de tener entre sus profesores a un pianista que está en permanente proceso de estudio y mejora profesional, lo que redunda en su calidad como profesor. Por el contrario, en muchos conservatorios españoles abunda el modelo de profesional afuncionariado. Con todas las excepciones que se quieran poner sobre la mesa -porque es cierto que también existen grandes músicos enseñando en nuestras aulas-, con demasiada frecuencia se pone en puestos de responsabilidad pedagógica a profesionales que en realidad nunca han tenido una gran experiencia como intérpretes. ¿Cuántos profesores de dirección de orquesta que imparten clase en nuestros conservatorios han realizado una carrera medianamente aceptable como directores? ¿Qué mejor profesor de piano que aquel que se enfrenta con frecuencia ante las obras en una sala de conciertos?
 
    Aarón Zapico, que el próximo día 20 se pondrá al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, ha tenido que elegir entre dar clase o aceptar invitaciones como ésta, de un importante conjunto sinfónico para dirigir El Mesías de Haendel. Es una situación muy triste para un conservatorio tener que asumir que un artista que está haciendo historia en Asturias, y de cuyo talento y experiencia se pueden beneficiar decenas de alumnos, se haya visto en la necesidad de renunciar a uno de los dos aspectos de su vocación profesional. ¿Es que a alguien le puede parecer normal poner a un clavecinista de este nivel en la tesitura de tener que renunciar a un puesto de trabajo, en los tiempos que corren, por el simple hecho de ser una persona de talento? ¿Puede el conservatorio permitirse el lujo de perder de esta forma a uno de los más interesantes componentes de su claustro? ¿Acaso no debería remover cielo y tierra para encontrar una situación favorable para el artista y así poder mantenerlo en sus filas? Hoy más que nunca nos parece necesaria la existencia de una situación administrativa que permita a los músicos de mayor talento conjugar, de manera razonable, su vertiente docente con la interpretativa. Mientras esto no se solucione, los conservatorios españoles estarán cerrando sus puertas a muchos de nuestros más brillantes artistas.
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10 Comentarios
10 asdasdasdasd
16/12/2013 20:06:11
Es un debate complicado. Los artistas de primera fila cuando han sido profesores fijos en un conservatorio siempre han tenido ese problema, y como consecuencia ese problema lo han sufrido los alumnos. Lo más normal es que no puedan asistir no al 30% de las clases, si no al menos al 50%. La única solución es ofrecer al músico la posibilidad de dar clase como profesor invitado en vez de fijo. Que cobre lo que tenga que cobrar cada vez que vaya y problema resuelto.
9 Juan Noval-Moro
14/12/2013 9:26:15
No mezclemos churras con merinas, [1]
Creo que el problema es más complejo. Me parece que se trata de la imposibilidad de distribuir la carga lectiva para todo el curso al principio del mismo a causa de los cortos plazos de planificación concertística, por un lado, y de una preocupante falta de autonomía del alumnado por otro. Me explico. Estudié en Alemania, y allí mi profesor de canto sabía perfectamente dos cosas al principio del curso: cuándo tendría compromisos, porque allí planifican a largo plazo, y que si dejaba sin clase a sus alumnos durante unas semanas, estos sabrían trabajar de forma autónoma; después las recuperaba (a veces las adelantaba). En España reina el bolo que sale de la noche a la mañana, incluso en la música de una calidad más alta, y esto hace imposible planificar la vida concertística del docente, por lo que hay que ir a salto de mata. El feo hecho de no avisar a los alumnos ya es una cuestión de educación de cada uno en la que ya no entro, pero sinceramente, las personas que necesitan que quien les dé clase sea Aarón Zapico ya deberían saber trabajar solas: prefiero perderme el 30% de las clases del año a recibir el 120% de alguien sin contacto alguno con la práctica musical que acaba por no ser capaz siquiera de leer una partitura (conozco muchos casos).
8 Gaëlle Solal
14/12/2013 0:32:57
Dejé la catedra por la misma razón!
Por esa misma razón, dejé la cátedra de guitarra clásica que ocupaba en el conservatorio superior de música de Sevilla! O el sistema cambia o los profesores se seguirán iendo.
7 lkjh
13/12/2013 23:29:36
¡Madre mia lo que hay que oir!

Con alumnos que no valoran a profesores y concertistas de este calibre nos hemos topao.

El/ la de Navia, por lo que puedo deducir no te da para hablar con un profesor para amoldar o recuperar una clase (cosa que si hace, yo lo se)

Posiblemente también entre aquí el interés del alumno a sacar provecho de lo poco que TENÍA el COMSMUPA.

Sería otro debate quizás, pero la calidad del alumnado posiblemente esté SOBREVALORADA como el de los profesores-concertistas ¿no? Hay veces que el profesor pierde el tiempo con alumnos así que no valoran su trabajo y vocación.

Por último es frustrante y vergonzoso que este conservatorio no valore la calidad artística y sobre todo la calidad musical de este excelente profesor y si la de otros.

Gracias Aaron Zapico
6 MARIA JOSE
13/12/2013 20:43:59
es increible!!!!!!
sin embargo los politicos pueden ser diputados o senadores y al mismo tiempo tener un cargo en la comunidad autónoma o en el ayuntamiento. y aunque estén imputados en un proceso judicial(POR QUE HAY INDICIOS DE UN DELITO) no tienen la obligación de dimitir.
Este país es una verguenza
5 Miguel Roig-Francoli
13/12/2013 19:07:27
Distinguished Teaching Professor of Music Theory and Composition, College-Conservatory of Music, Universidad de Cincinnati
Realmente increíble.  Mi contrato laboral en el conservatorio de la Universidad de Cincinnati, EEUU, al igual que todos los contratos de profesores universitarios aquí, tiene tres componentes: docencia, servicio a la Universidad (que es gobernada democráticamente con la participación muy activa del profesorado) y ACTIVIDAD PROFESIONAL.  La visibilidad profesional (conciertos, publicaciones, conferencias, etc.) fuera de la Universidad, a ser posible a nivel internacional, es esencial para que los contratos sean renovados y para que te suban el sueldo.  Yo tengo que demostrar cada año que he sido activo y visible profesionalmente, y eso afecta mi sueldo!  El conservatorio me apoya y me paga los viajes cada vez que tengo una actividad profesional, ya sea nacional, internacional, o lo larga que sea!  Así se mantiene un nivel altísimo del profesorado, se mantiene la reputación del centro, y se atraen alumnos de primer nivel internacionalmente!
4 María Vázquez
13/12/2013 17:04:11
Estimada Cecilia, para dar misa lo primero que se necesita es ser cura. Es decir, es evidente que un músico en activo tiene muchísimo más que ofrecer a sus alumnos cuando hablamos de un conservatorio donde se supone que los estudiantes se preparan precisamente para eso. Es un lujo que un estudiante pueda aprender de primera mano del talento y la experiencia de alguien como Aarón Zapico.
3 Cecilia Serra
13/12/2013 16:29:46
No se puede estar en misa y repicando
Es evidente que la legislación para músicos en España es nefasta y hay que revisarla, por no decir que habría que hacerla totalmente nueva...; ahora bien, compatibilizar dos trabajos es poder hacer bien los dos, no uno en detrimento del otro. Si como aquí se dice, Aarón Zapico descuidó a sus alumnos, habría que decirle que 'no se puede estar en misa y repicando'.
2 José Luis Miralles Bono
13/12/2013 11:01:54
De incompatibilidades y otras incongruencias.
La ley nos dice,' enseñar a hacer algo es incompatible con hacerlo.'
Hasta que no cambiemos el paradigma por:
'estar haciendo algo es requisito para enseñarlo' estamos dinamitando la calidad de nuestros centros educativos musicales.

http://jlmirall.es/oysiao/?p=4068
1 asdfgh
13/12/2013 0:19:47
Si no ejerces como docente, simplemente no puedes dedicarte a ello.
Es que resulta que este señor (a mí me ha dado clase) faltaba más o menos al 30% de las clases del curso, sin avisar y sin justificación. Anda que no nos hemos visto veces los alumnos a las 8.00 de la mañana, muchos habiendo tenido que viajar desde otras ciudades (como por ejemplo lugares tan lejanos como Navia) y encontrarte con que 'es que Aarón hoy no ha venido'.

Me parece genial que tenga una carrera concertística, pero en este caso, si no vas a poder compatibilizarla con tu labor docente, no sé, deberían contratar un asistente como en otros conservatorios en los que se da esta situación(que no es el caso).

Por último, me gustaría decir que este buen señor está (desde mi punto de vista) bastante sobrevalorado. Pero bueno, es lo que hay. Que le vaya bien con su labor concertística, que está visto que a ella asiste diariamente.
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