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Andrew Gourlay dirige la «Novena sinfonía» de Mahler al frente de la Sinfónica de Castilla y León. Un reportaje de Agustín Achúcarro

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Autor: Agustín Achúcarro
30 de noviembre de 2018

 Un reportaje de Agustín Achúcarro
«Personalmente siento la diferencia que hay entre un concierto con una sola obra, y aún más con la Sinfonía nº 9 de Mahler, en relación a los que se programan con obras diferentes, en los que el público se va metiendo en el concierto poco a poco. Ante una sola obra sientes la intensidad con que te recibe el espectador desde el principio, inmediatamente, en cuanto entras en el escenario, y esto es algo que me gusta mucho pues es una buena manera de preparar nuestras mentes ante lo imponente de esta partitura», esto es lo que percibe Andrew Gourlay ante el programa dedicado a la sinfonía de Mahler. Un estado de ánimo que el director titular de la OSCyL ya vive durante los ensayos y sobre el que podrá ahondar en las actuaciones de los días 30 de noviembre y 1 de diciembre en el Auditorio de Valladolid. Y ese impacto de la obra posee para el director un carácter inmediato. «Tiene un comienzo tan profundo que nos prepara, aunque al mismo tiempo no sepamos exactamente lo que va a ocurrir, para llegar hasta el final de esos ochenta minutos de música, lo que es pura psicología, por lo que deberíamos preguntar al respecto a Sigmund Freud».

   En los aspectos que hacen referencia al contexto de la obra, debido a toda la literatura que existe al respecto, el director considera que «resulta simple y fácil suponer que todo gira en torno a la muerte y al fin de la vida de Mahler», aunque él se inclina por una teoría algo diferente. «Yo no lo siento exactamente así, todo eso lo percibo más claro en lo que nos ha llegado de la Sinfonía nº10». En sus consideraciones sobre este tema le da mucha importancia al Adagio final de la novena. «Para mí el último movimiento es el que tiene más conexión con la muerte, pero referida a su hija, que falleció poco antes de que el autor comenzara a escribir su sinfonía, y seguramente no es una coincidencia la referencia a las Canciones a la muerte de los niños». Detalles que para el director reflejan más que el fallecimiento inminente del compositor «una reflexión de sus sentimientos sobre la muerte de su hija», ya que es algo que «Mahler no podía aceptar y por eso parte de esas emociones y el dolor que experimenta se expresan en esta música», propone el director.

   En relación al resto de los movimientos su manera de entenderlos es clara. «Yo al menos no tengo los suficientes datos como para suponer lo que Mahler pensaba, creo que este tema es más propio de los estudiosos, y para mí hay más que suficiente en su música atendiendo a su carácter abstracto».

   Una obra cuyas exigencias le hacen a Gourlay planificar con esmero los ensayos. «Los directores pensamos mucho si los comenzamos directamente centrándonos en ciertos detalles o mejor tocamos la obra entera, y en este caso hemos tocado los tres primeros movimientos, el segundo y el tercero tienen muchas complicaciones, con notas muy rápidas que salen muy raudas de nosotros, y luego separado el último». Con esto lo que pretende el director es «disponer de suficiente tiempo para trabajar los aspectos técnicos y luego hacer música olvidándose ya de ellos». Y para explicar lo que quiere lograr establece el siguiente paralelismo: «pretendo que se produzca lo mismo que cuando el agua está al fuego que, tras hervir al máximo, cuando desciende la temperatura sigue borboteando».

   Andrew Gourlay ha renovado recientemente una temporada más con la OSCyL, hasta 2020. «Para ser honesto pienso que lo más importante es dar la mayor estabilidad a la orquesta y por supuesto hemos hablado de todas las opciones, a muchos niveles, y siempre he dicho que a lo que se llegue tiene que ser fruto de un acuerdo mutuo al 100%». «O sea-añade el director- que hemos llegado a una prolongación básica del contrato y durante el verano que viene vamos a hablar de lo que nos interesa más a todos». Lo que le lleva a concluir que lo acordado «no se trata de un punto y aparte sino de una coma que permite tener más conversaciones sobre el tema en un futuro».

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