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ANTONIO ARIAS: «Siempre me ha intrigado el papel que ha desempeñado la música en la evolución humana»

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Autor: Jaume Darbra
20 de octubre de 2025

Jaume Darbra entrevista al flautista español Antonio Arias en Codalario

El flautista Antonio Arias

ANTONIO ARIAS: «Siempre me ha intrigado el papel que ha desempeñado la música en la evolución humana»

Una entrevista de Jaume Darbra
Antonio Arias es uno de los grandes referentes de la flauta en España, con una profunda vida dedicada a la interpretación, la pedagogía y la investigación musical. Considerado por muchos como una autoridad indiscutible dentro y fuera del país, Arias ha cultivado un pensamiento muy particular sobre el papel del artista, el sentido del repertorio y la conexión entre música y existencia. Nacido en Madrid en 1951, Antonio Arias-Gago del Molino es Premio de Honor del Real Conservatorio de Madrid y licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense. Su formación incluyó una etapa decisiva en París bajo la guía de Alain Marion y Jean-Pierre Rampal. Durante su carrera, ha sido flauta solista de la Orquesta Nacional de España (1985-2005), catedrático del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y miembro del Grupo LIM, un eje de la música actual en España. Ha publicado libros de referencia, como “Historias de la flauta”, considerado una obra magna por la comunidad internacional.

Desde su experiencia como intérprete, investigador y pedagogo, ¿cómo ha ido definiendo el sentido vital que la música tiene en la existencia humana? ¿Cree que puede ser una vía para comprender las preguntas esenciales sobre la condición humana y su destino? ​

A título personal, la música forma parte de mi vida desde mi niñez. El cuarteto de cuerdas en el que mi padre tocó durante toda su singladura, unos 35 años, ensayaba en nuestra casa. Desde muy pequeño escuchaba cuartetos en un rincón. Literalmente me alimentaba de Mozart, Haydn, Arriaga, Beethoven, Brahms, Ravel, Debussy, Bartók, Schönberg, etc. Me siento muy privilegiado.  

Durante los bastantes años en los que yo no contemplaba la posibilidad de ser músico, no concebía la vida sin la música, hasta el punto de no poder estudiar sin su escucha disciplinas escolares o universitarias.  No obstante, es tan difícil extrapolar mis vivencias como esperar que la música ofrezca respuestas a estas cuestiones. Siempre me ha intrigado el papel que ha desempeñado la música en la evolución humana. Lo que está claro es que abundan las citas que ensalzan las virtudes de la música en la vida.

La interpretación musical conlleva inevitablemente una dimensión técnica, pero ¿en qué momento siente que el acto de interpretar trasciende esa barrera y se convierte en una auténtica búsqueda de sentido o de verdad?

Es innegable que cuando se aborda una obra, la primera fase del estudio se centra en los aspectos técnicos que, una vez resueltos, dan paso a la búsqueda de su contenido estético y de su mensaje. No obstante, tal vez no habría que esperar a dominar técnicamente la pieza para dirigir el estudio hacia la interpretación final. 

En este sentido, a cualquier ejercicio de carácter técnico podría otorgarse un contenido musical, por abstracto que sea. Valga como ejemplo el Cahier de travail de Michel Debost que acompaña a su apasionante libro Una flauta sencilla. En este cuaderno, el autor sitúa las diferentes variantes del ineludible Ejercicio nº4 de Taffanel y Gaubert en diversos contextos musicales con el fin de buscar un sentido a cada escala. Podemos extrapolar esta idea a toda clase de aspectos técnicos, comenzando por el propio sonido.

Antonio Arias

Su formación está marcada por la influencia de maestros como Alain Marion y Jean-Pierre Rampal. ¿En qué medida las lecciones recibidas de sus maestros le han ayudado a construir una visión filosófica o ética del arte y de la vida?

Un buen maestro no se limita a enseñar un instrumento y su repertorio, sino que su personalidad trasciende lo musical dejando una impronta filosófica y espiritual en sus alumnos. He tenido la enorme fortuna de tener profesores que se han convertido en amigos. Han sido ejemplos de generosidad y nunca dejaré de tenerles presentes en el corazón. Ojalá yo haya sabido transmitir a mis alumnos la disponibilidad y el cariño que recibí de ellos. 

Vivimos una época caracterizada por la inmediatez y el acceso digital a la información. ¿Cuál es, para usted, el papel del intérprete para preservar la memoria artística y la autenticidad musical ante el riesgo de olvido y estandarización cultural?

Como bien sabemos, el intérprete es el vínculo entre el compositor y el público. Cuando tocamos una obra contribuimos a mantener viva la memoria de su autor. Dar nueva vida a una obra olvidada es una de las mayores satisfacciones de nuestro quehacer. Actualmente, la estandarización cultural a la que alude su pregunta coexiste con un acceso a la información casi ilimitada y de un acceso instantáneo. La musicología ha dejado de ser un campo aislado para convertirse en compañera del intérprete inquieto que desee documentar sus versiones. Sería de desear que la expresión “históricamente informada” no se limite a la interpretación del repertorio barroco. Tal debiera ser el papel del intérprete.

«La musicología ha dejado de ser un campo aislado para convertirse en compañera del intérprete»

«He tenido la enorme fortuna de tener profesores que se han convertido en amigos»

En su larga labor docente y creativa, ¿hasta qué punto percibe su trabajo como una forma de resistencia activa frente al olvido o la desidia social hacia el patrimonio musical propio?

Esta pregunta está muy relacionada con la anterior. Si nos centramos en el patrimonio musical, y cultural en general, de España, podría mencionar varios —demasiados— casos de archivos desaparecidos. Nuestra desidia es secular y los ejemplos son tan tristes como vergonzantes. Lamentablemente, no son cosas del pasado sino también del presente. De ahí que mi trabajo quisiera humildemente aportar una pequeña contribución a la recuperación y transmisión de nuestro patrimonio. Ni mucho menos soy el único en tal empeño. Sin salir de España, mencionar a todos los intérpretes comprometidos en esta labor sería tarea difícil, pero no puedo dejar de citar a Claudi Arimany, Carlos Cano, Juan Francisco Cayuelas, Joaquín Gericó, Francisco Javier López Rodríguez, Gerardo López Laguna, Ángel Marzal o Enrique Sánchez. Pido disculpas a los que olvido. 

La curiosidad y la pregunta constante parecen ser motores de su vida y su obra. ¿Podría compartir alguna reflexión sobre el papel de la búsqueda intelectual y emocional en el recorrido de un músico?

La divisa «Quaerendo invenietis» (buscad y encontraréis) es el lema de mi vida. Lo encontramos en san Mateo (Mt 7, 7-11) y, posteriormente en uno de los cánones de la Ofrenda Musical de J.S. Bach. Me gusta indagar en cualquier cosa, en especial en cuestiones musicales, pero también espirituales y científicas. Para mí, la existencia es una permanente búsqueda. Lo principal es “buscad”. Lo de “encontraréis” es a menudo utópico. La búsqueda siempre merece la pena, inclusive cuando no se halla lo que se buscaba. 

A lo largo de su carrera, ha defendido que el repertorio y la investigación deben ir de la mano en la vida de un intérprete. ¿Cómo entiende la relación entre ambos ámbitos y por qué cree que es esencial ese diálogo?

Las obras que conforman el repertorio universal y el personal no se comprenden sin su contextualización. La investigación es búsqueda, vuelvo a mencionar esa palabra. La búsqueda es fruto de la curiosidad, de la imaginación y del entusiasmo. 

No se toca una igual obra antes y después de conocer las circunstancias que rodearon su creación. Me viene a la mente la preciosa historia de la hermosa sonata de Bohuslav Martinu y su vinculación con el pajarito (whippoorwill) herido al que el compositor y su esposa cuidaron durante sus vacaciones. 

Igualmente, ¿cómo no relacionar la profunda melancolía expresada por Debussy en la Sonata para flauta, arpa y viola con la angustia de la primera Guerra Mundial unida a la enfermedad que poco después acabaría con su vida? ¿Acaso hubiera compuesto esa música en otras circunstancias?

Antonio Arias

«La divisa "Quaerendo invenietis" (buscad y encontraréis) es el lema de mi vida» 

«No se toca una igual obra antes y después de conocer las circunstancias que rodearon su creación»

La complicidad entre intérprete y compositor es una idea que aparece reiteradamente en sus trabajos. ¿Cómo puede el pedagogo fomentar en los jóvenes músicos la capacidad de sentir y transmitir esa complicidad, incluso con creadores de otras épocas?

No creo que haya un protocolo para fomentar esa complicidad. En buena parte se transmite con el ejemplo. Cuando se trata de compositores vivos, es inexcusable no tener contacto con ellos. Si las circunstancias geográficas no lo impiden, sería bueno invitarles a la clase para tener una conexión personal. Una video conferencia puede ser otra opción. 

Cuando se trata de compositores del pasado, suele haber abundante información. Tal vez los más interesantes son los menos conocidos, en la medida que requieren mucho más trabajo de búsqueda. Pero es una labor apasionante. Aunque parezca un contrasentido, una sensación especialmente excitante es tener que cambiar datos, a veces muchos, relativos a un compositor o una obra, por disponer de nuevas fuentes de información. Toda rectificación, tanto en los ámbitos estético o histórico, supone reflexión y nuevas búsquedas. Esto es igualmente válido para los conceptos técnicos e instrumentales. Pocas cosas son tan apasionantes como leer artículos y libros que nos hagan dudar de nuestra propia técnica. Aun estando jubilado, me gusta empezar mi estudio con la mentalidad del alumno debutante, no dando nada por sentado. Esta actitud tiene un poco (bastante) de autoprovocación. 

Ortega y Gasset afirmaba: «Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas». Es una sentencia que siempre me ha guiado.

Por último, si tuviera que definir el verdadero legado de un artista en una sola frase para las generaciones futuras, ¿qué diría?


Contando con su comprensión, no puedo limitarme a una frase para responder a su pregunta. Mis maestros me han legado valores musicales, estéticos y éticos. Vivimos en una época de exaltación de la fealdad, con pocas excepciones, y con unos criterios éticos más que dudosos, cuando no execrables. Cierto es que hay movimientos de retorno a la belleza, a la naturaleza, a la espiritualidad, a los ideales más nobles y a la honestidad en la vida y en el trabajo. En ese orden de ideas y para concluir, me permito traer aquí dos citas: 

Mi música es la expresión espiritual de lo que soy, mi fe, mi conocimiento, mi ser (John Coltrane). Nuestra tradición nos enseña que el sonido es Dios (Ravi Shankar). Quisiera haber sabido despertar la curiosidad y el entusiasmo. Ojalá que mi vida haya sabido transmitir estos ideales.  

«Ortega y Gasset afirmaba: "Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñas". Es una sentencia que siempre me ha guiado»

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