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Antonio Méndez dirige a la Sinfónica de Castilla y León

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Autor: Codalario
19 de octubre de 2017

Entre el repertorio alemán y un estreno de Halffter

   Un reportaje de Agustín Achúcarro
Antonio Méndez es el encargado de dirigir el segundo concierto de la Temporada de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el Auditorio de Valladolid los días 19 y 20 de octubre. El director mallorquín es metódico y reflexivo y mide cada una de sus palabras, lo que según su criterio reafirma el haber estudiado y vivir en Alemania. Méndez pertenece a una generación de jóvenes directores españoles y en su manera de entender la dirección no figuran las carreras fulgurantes pues prefiere las que evolucionan lentamente. Por eso tiene muy presente las palabras que le dijo su mentor Bernard Haitink: “Antonio, no te olvides que una carrera no son los dos próximos años sino cuarenta, y como lo construyas es lo realmente importante”.

   Para esta ocasión, de acuerdo con los rectores de la OSCyL, forman el programa la Obertura Leonora nº 2 de Beethoven, Contrastes para orquesta de Cristóbal Halffter, y Muerte y transfiguración y Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel de Richard Strauss.

   En cuanto a la primera obra no es casual que se haya decantado por el compositor de Fidelio, ya que se considera un enamorado de Beethoven, ni que haya elegido su Obertura nº 2. “La Leonora la he hecho bastante y es curioso que siendo la tercera la que más se dirige yo no lo haya realizado nunca. La segunda la hice en mi debut con la Filarmónica de los Ángeles, con la Staatskapelle Dresden, en Irlanda y la uno en Suiza, con la Radio de Francfurt, en Tokio… Así que Méndez manifiesta una predisposición clara por las dos primeras versiones de esta obertura sobre las que “le resulta muy curiosa las diferencias entre ambas”, y sin dejar de considerar sus diferencias ve en ellas “algo en común que también tienen muchas oberturas de Beethoven”. Las preferencias de Méndez sobre la Leonora nº2 de la ópera Fidelio se explican en función de algunos detalles. “La energía sería lo típico de reseñar, pero yo veo también una especie de fuerza que arrastra desde el inicio hacia el final, como un imán que lo va atrayendo”. “Y aunque Beethoven-prosigue el director-no era un compositor de ópera esta obertura en concreto me parece muy teatral; por ejemplo, la introducción es muy gráfica con esa escala ascendente que nos lleva en ocho compases a la mazmorra de Florestán y surge su tema”. Realmente vuelve sobre ella cuando puede porque la disfruta mucho y le atraen cosas muy concretas suyas: “Me encanta por la cantidad de personajes que simboliza y por ese final apoteósico, un presto que vamos a intentar hacer como figura en la partitura, que es realmente a lo que dé de velocidad, para así subrayar su energía”.

   De la obra de encargo de la OSCyL a Cristóbal Halffter se quedaría con la paleta de colores.“Creo que el titulo Contrastes está muy bien elegido pues los tiene tanto de tempo como de dinámica, de carácter y de colores. Es una obra muy interesante con muchísima percusión, con cinco percusionistas trabajando a tiempo completo, y en términos visuales y tímbricos es quizás la parte más desarrollada, con dos sets de timbales, percusión de java, mucha pequeña percusión, y por supuesto emplea muchos recursos en el resto de la orquesta, como armonía por medios tonos y efectos de muy diferentes tipos”, concluye el director sobre esta partitura homenaje a la figura de Don Quijote. No le gusta a Méndez establecer diferencias entre la música actual y la de otras épocas por lo que su empeño es que aparezcan en el programa perfectamente cohesionadas.“Tenemos que conseguir que la obra actual no se vea como esos siete minutos que hay que hacer porque toca, sino que quede englobada en el programa y nadie se plantee si es contemporánea o no”.

   Y para finalizar dos de los poemas sinfónicos de Richard Strauss, compositor hacia el que Antonio Méndez también siente una gran afinidad. “Soy un mallorquín un poco alemán, mi formación ha sido allí, aunque empecé en Mallorca y luego seguí en Madrid, pero la base de mi repertorio son compositores como Beethoven, Schumann, Brahms, Bruckner o Wagner”. A esto une las características de las dos obras de Strauss y la versatilidad que ha encontrado en la Orquesta Sinfónica de Castilla y León. “Esta orquesta permite cambiar de sonido en una semana y Muerte y transfiguración y Till creo que funcionan muy bien seguidas, aunque sean diferentes, por el contraste, por lo que podemos encontrar colores diferentes para ambas obras, y por eso creo que es un desafío el combinarlas”.

   Méndez hace un poco de historia para entender la vinculación de la cultura musical europea. “Cuando Strauss compuso Muerte y transfiguración llevaba varios años siguiendo tanto a Brahms como a Wagner, estuvo en los ensayos de la premier del Parsifal y asistió a la premier de la cuarta de Brahms, con éste dirigiendo, y después escribió ese poema sinfónico. A tenor de esto recuerda las palabras que ha dicho en uno de los ensayos en relación a Muerte y transfiguración: “Esta obra tiene mucho de Wagner, en relación a los estados del ánimo, con el motivo de la voluntad de vivir, del idealismo, que utiliza al final para la transfiguración”.

   Precisamente esos ensayos han dejado muy satisfecho al director y le hacen pensar positivamente en el concierto. “Estamos realizando un buen trabajo esta semana, de hecho del primer al segundo ensayo ya se veían muchas cosas que estaban ahí y que puliremos en el tercero y en el general, lo que me ratifica en que pueden estar orgullosos de esta gran orquesta, tan versátil y con tantas ganas de trabajar”.

© IGOR Studio

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