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Crítica: Avishai Cohen Quartet en el Festival de Jazz de Málaga

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Autor: José Antonio Cantón
8 de noviembre de 2022

El Festival de Jazz de Málaga acoge un concierto del Avishai Cohen Quartet

Avishai Cohen Quartet

Sustancial Jazz de Avishai Cohen

Por José Antonio Cantón
Málaga, 5-XII-2022. Teatro Cervantes. XXXVI Festival Internacional de Jazz de Málaga. Avishai Cohen Quartet. Avishai Cohen (trompeta), Yonathan Avishai (piano), Barak Mori (contrabajo) y Ziv Ravitz (batería). Temas del álbum que lleva por título Naked Truth editado por ECM.

   El trompetista israelí Avishai Cohen ha logrado en su nuevo disco Naked Trutha un jazz de manifiesto comedimiento y concentrado concepto, en el que va descubriendo desde el silencio hasta el último detalle sonoro que puede emitir su instrumento, que expresa una aparente debilidad en la pureza de sus vibraciones, pero con un grado de belleza musical que refleja toda la enorme sensibilidad que detenta este intérprete. Su concierto celebrado en la tercera jornada del Festival ha estado dedicado al mencionado trabajo que está dividido, a modo de suite, en ocho partes y una especie de sección conclusiva epilogal, todo ello surgido de la inspiración que le han supuesto a Cohen unos versos de la admirada poetisa israelí de ancestros sefardíes, Zelda Schneurson Mishkovsky, que tiene por título Departure, cuyo texto recitó el músico antes de la penúltima obra del programa que, según explicó, viene a resumir el sentimiento recogido en los sonidos de este concierto lleno de emotividad, en el que los tres músicos que le acompañaban creaban un lirismo compartido en sensibilidad, que destilaba sinceridad y compromiso, ese que, musicalmente va más allá de una mera coordinación y deseable conjunción en los resortes de gestualidad que son tan necesarios en un grupo.

   Si un afán de excesivo protagonismo, marcaba la sustancialidad de su función integradora del grupo desde una poética musical que se sustentaba y alcanzaba razón de ser en la sonoridad del piano, generada por Yonathan Avishai con gran elegancia a la vez que efectividad armónica sin caer nunca en el aspaviento, todo un ejemplo de refinamiento, sobriedad y sutileza en el teclado; en la seguridad rítmica que, con diversidad de matices dinámicos, expresaba Ziv Ravitz, uno de los bateristas más admirados de Israel, para finalmente disfrutar de la precisión en el diapasón y la redondez en el pizzicato del contrabajista Barak Mori, otra referencia jazzística del mencionado país medio-oriental, de donde son originarios todos los componentes de este cuarteto. Los armónicos naturales -tan esenciales en toda manifestación del arte de los sonidos-, que generaban estos tres sólidos instrumentistas quedaban perjudicados por una ecualización electrónica que resaltaba en demasía las frecuencias bajas, como ocurría con el bombo de la batería, que impedía percibir la resonancia natural de los graves tanto del piano como del contrabajo, ya de por sí afectado. Esta fue la única laguna que pudo experimentar el oyente en esta actuación llena de un alto grado de refinamiento instrumental.

Avishai Cohen Quartet

   El líder se expresó desde el primer momento con un sonido distinguido por una manifiesta tendencia evocativa que llevaba a embellecerlo, dejando una sensación de complacencia en el auditorio, lejos de cualquier tipo de estridencia y agresividad. Ese es el sentido que prevalece en las ocho partes que integran la última grabación del Avishai Cohen Quartet, para lo cual desarrolla un lirismo que tuvo su culminación en una versión realmente hermosa del segundo movimiento, Adagio assai, del Concierto para piano y orquesta en sol de Maurice Ravel, una de las páginas más sublimes compuestas en el siglo XX. Para su interpretación usó el fliscorno, tan representativo en la cobla catalana que, por su dulce timbre, se adecua perfectamente al ambiguo preciosismo de los primeros compases de este tiempo, sustentado en extrañas armonías y fluidas disonancias,  que en el pensamiento musical materializado en sonido de Avishai Cohen adquieren un efecto embriagador, que requiere una escucha atenta, dada la coloración que alcanzó en su melopea desarrollada también por el piano en la obra original. El diálogo que mantuvo con los otros tres componentes del grupo se hacía cada vez más determinante sin llegar en momento alguno a generar tensión excesiva, salvo en ese crescendo central, acentuado por su cambio de tonalidad, donde pivota como contraste toda la genialidad musical que contiene este momento mágico raveliano. Asumió la relevancia del corno inglés y la flauta que se producen en las derivaciones finales de la pieza original, dejando que el teclado de Yonathan Avishai reprodujera un eco de los sonidos del piano de Ravel. En definitiva, toda una  magnífica revisión en la que se demuestra la rica musicalidad del maestro Cohen.

    Éste, sin una búsqueda de protagonismo, generó ese punto de equilibrio donde la calidad de sus compañeros de viaje jazzístico convergía en una prosa sonora llena de sensibilidad y emoción, que llegaba, paradójicamente, a la espiritualidad en ciertos instantes en el que la atonalidad se adueñaba del discurso que, incluso, pudo alcanzar el delirio, un delirio ensimismado que requiere por parte del oyente especial atención a las fuentes tradicionales que utiliza en la construcción de un lenguaje propio y singular de lo que se puede llamar música radical, desarrollando así una clara actitud de explorar nuevos caminos vanguardistas y generar nuevas experiencias sonoras como ese sutil minimalismo que animó toda su actuación, cuyo ejemplo más curioso se produjo cuando proyectó el sonido de su trompeta sobre el clavijero del piano libre de apagadores, generando una mezcla tímbrica muy sugestiva.

   En este sentido, referido a las esencias Naked Truth, en definitiva, el sustancial jazz que ofreció este cuarteto en el Teatro Cervantes malagueño, hay que decir que un motivo serial parecía estar constantemente estimulando el discurso de cada episodio del programa, entendido como un factor de búsqueda y de cambio como respuesta a muchas turbaciones e incertidumbres estéticas y emocionales de este inquieto trompetista que, para hallar respuesta, sabe adentrarse con determinación en los misterios de la música especulativa asumiendo todos sus riesgos. 

Foto: Festival de Jazz de Málaga

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