Crítica de la ópera Carmen de Bizet, que despide la Temporada de Grandes Conciertos del Auditorio de Zaragoza
Carmen excelentemente acogida
Por David Santana
Zaragoza, 14-VI-2024, Auditorio-Palacio de Congresos de Zaragoza. Temporada de grandes conciertos del auditorio. Carmen (G. Bizet). Ainhoa Arteta (Carmen), Javier Tomé (Don José), Ángel Ódena (Escamillo), Maite Alberola (Micaela), Mikel Zabala (Zúñiga), Jorge Tello (Morales / Dancaire), Beatriz Gimeno (Mercedes), Marta Heras (Frasquita), Stefan von Korch (Remendado). Coro y Coro de voces blancas ‘Amici Musicae’, Orquesta Reino de Aragón. Dirección musical: Ricardo Casero. Concepción escénica: Emilio López.
La popularidad de la ópera Carmen augura siempre un buen número de asientos llenos en cualquier teatro en el que se represente. Si, además, le sumamos la presencia de un nombre reconocido al elenco como es el de Ainhoa Arteta, el éxito de taquilla está prácticamente asegurado.
Arteta se estrenó en el popular papel hace ahora un año en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera en una versión escenificada por Francisco López. En esta ocasión, asistimos a una versión semi-representada en la que, unos imprevistos de última hora relacionados con la reubicación de los abonados obligaron a cambiar la idea inicial —en la cual los cantantes se situarían tras la orquesta, logrando así una mayor simbiosis con las imágenes proyectadas y los efectos de luz—, por la tradicional «forma de concierto» con un ligero movimiento escénico. Las proyecciones, sobre el coro, apenas se pudieron apreciar al estar tan alejadas de la escena.
Esta nueva disposición, si algo bueno tenía es que ponía al maestro Ricardo Casero en el centro, pudiendo admirar sus dotes para la dirección, un imprescindible para cualquier estudiante de dirección de orquesta del Conservatorio Superior de Música de Aragón. Obligado a hacer cierto contorsionismo, se produjeron pequeños momentos en los que la coordinación entre cantantes y orquesta podría haberse trabajado algo mejor, como fue el caso del aria «Près des remparts de Séville». Pero, en general, Casero fue preciso con las entradas y minucioso con una orquesta rica en matices. De la Orquesta Reino de Aragón hay que destacar los soli de las maderas en la célebre «Les Dragons d’Alcala» que sirve de preludio al acto II y, especialmente, la musicalidad de la flauta junto con el arpa en el Intermezzo. Las trompas sonaron con extraordinaria potencia al final del acto III y la cuerda estuvo sublime en toda la ópera, mostrando una excelente cohesión tanto dentro de cada sección como en conjunto. Es algo realmente extraordinario teniendo en cuenta que, desgraciadamente, la ORA no cuenta con una temporada fija que le permita mantenerse activa durante todo el año.
Para el Coro Amici Musicae Casero tuvo que exagerar las indicaciones de las dinámicas, sin llegar a lograr el piano que creo que el maestro valenciano deseaba. En el Acto I, el coro masculino careció de la marcialidad que se le exige para representar a un grupo de soldados. Sin embargo, representó de manera bastante adecuada el bullicio de la plaza de toros en el acto final.
Vayamos finalmente con las voces solistas. La protagonista, Ainhoa Arteta, no convenció a la crítica jerezana y tampoco lo hace un año después en Zaragoza, acusando los mismos problemas que entonces en un grave en el que le falta ese brillo tan característico de su timbre vocal. Aunque su interpretación en el papel de Carmen es exquisita, su voz sigue siendo más agradecida a los papeles de soprano. La fuerza propia del personaje se dejó ver, vocalmente, en los números de conjunto, especialmente los dúos amorosos, en los que la soprano es capaz de crecerse más que en las arias, por mucho que su coquetería en la Habanera fuera irresistible.
La sorpresa de la noche la dio Marta Alberola quien, en el papel de Micaela, cantó un «Je dis que rien ne m'épouvante» asombroso. La soprano valenciana, que durante el primer acto había tenido la voz un poco atrás, logró proyectar en esta aria con una potencia exquisita, sin abusar en absoluto del vibrato y permitiéndose un diminuendo final realmente delicado tras llenar el auditorio con sus preciosos agudos.
Javier Tomé hizo un Don José muy interesante. Más templado al inicio de la ópera, dejó evolucionar vocalmente al personaje incrementando la potencia y la pasión hasta llegar al trastornado Don José del acto IV que nada tenía que ver con el soldadito del inicio de la obra.
Ángel Ódena confundió altanería con brusquedad en un «Votre toast, je peux vous le rendre» demasiado acentuado y bruto, aunque logró templar su voz y estar más correcto en el dúo «Si tu m’aimes, Carmen».
El resto del elenco hizo una buena labor: Mikel Zabala, marcial y potente, tal y como requiere su personaje Zúñiga. Juguetonas y vivaces las voces de Jorge Tello y Stefan von Korch como los contrabandistas macarras de Morales y Remendado y muy pizperetas Beatriz Gimeno y Marta Heras como Mercedes y Frasquita.
Musicalmente, el resultado fue bueno y esta Carmen fue excelentemente acogida por un público que despide hasta después del verano la Temporada de Grandes Conciertos del Auditorio.
Fotos: Auditorio de Zaragoza
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