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Cd: Tres obras de Joan Guinjoan publicadas por Tritó

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Autor: Albert Ferrer Flamarich
11 de agosto de 2014

ABRIÉNDOSE CAMINO

Por Albert Ferrer Flamarich

Guinjoan: Concierto para percusión y orquesta, In tribulatione mea invocavi Dominum, Pantonal. Miquel Bernat, percusión. Orquestra de Cadaqués. Jaime Martín, director. Cor de cambra del Palau. Orfeó Català. Orquesta Sinfónica de Galicia. Victor Pablo Pérez, director. . Orquestra de Cadaqués. Sir Neville Marriner, director. Tritó TD 0103 DDD 58:52 1CD 1999, 2012. So: *** / Valoración: ***

   Lenta y esforzadamente, en buena parte gracias a la apuesta de Columna Música y la confianza de Núria Viladot como principales valedores discográficos, la obra de Joan Guinjoan (Riudoms, Tarragona, 1931) ha ido abriéndose camino en el panorama de los registros sonoros. Su integral para piano, numerosas composiciones de cámara, su ópera Gaudí y abundante obra orquestal cuentan con primeras grabaciones mundiales. A ellas se suma el presente compacto de la también discográfica catalana Tritó que ha contribuido al legado de Guinjoan con la comercialización y puesta a punto de partituras, además de ocasionales cedés como el de las Sinfonías 2 y 3 (Ref.: TD 0072).  

   En este disco, Tritó ha reunido tres obras de distintas épocas en un programa que destaca por la excelente toma de sonido. Un hecho que potencia la cualidad tímbrica de las composiciones, dando relieve a uno de los parámetros más preocupantes y de mayor elaboración por parte del compositor tarraconense. Podemos intuir que los tres registros proceden de matrices en directo, especialmente el Concierto para percusión y orquesta que fue estrenado el 13 de enero de 2013 por los mismos intérpretes que figuran en el disco. No se indica el origen de las grabaciones efectuadas por los distintos conjuntos liderados por la solvencia técnica, la intuición, la sabiduría y la elocuencia de Jaime Martín, Víctor Pablo Pérez y Sir Neville Marriner. Todos, junto al percusionista Miquel Bernat, ofrecen lecturas profesionales que sitúan al sello dentro de un estándar tan meritorio y competitivo como el de otras firmas europeas dedicadas a la recuperación del patrimonio autóctono y de la investigación musicológica.

   En conjunto, hay idiomatismo en una música perfectamente ejecutable que conjuga un lenguaje arraigado en la tradición más especulativa y, a su vez, cercano a los parámetros tradicionales. El vocabulario musical de Guinjoan es característico; conectado a sus raíces en el lenguaje de la modernidad –centroeuropeo y francés-. Su trabajo todavía tiene cualidades que lo identifican como distintivo mediterráneo en algunos de sus ritmos, en las citas, alusiones ocasionales y significativamente en una negativa, al menos en sus obras de madurez, de atenerse a cualquier tipo de dogmatismo compositivo. Esto favorece un pluralismo estilístico vehiculado al servicio de una sensibilidad personal y una expresividad esencialmente lírica.

   Su técnica combina secciones puntillistas, polimétricas y gran refinamiento tímbrico como ejemplifica el Concierto para percusión y orquesta (2013). Éste sigue una retórica más o menos clásica y está emparentado lejanamente con Tensión-relax (1971) en el uso de la percusión como una parte más dentro de la multiplicidad de texturas. Todos los movimientos combinan los timbales, el vibráfono y la marimba junto a otros efectivos como los platos suspendidos, los bongos, el gong, etc. El juego de armonías complejas, atisbos tonales y circunloquios en torno a motivos breves en una paleta luminosa e inquieta también se refleja In tribulatione mea invocavi Dominum (1987). Se trata de una obra religiosa potente y de cierto dramatismo, con herencia de Xenakis y en la que faltan procedimientos fonéticos como los murmullos, gritos, recitados, declamados, etc.

   Por su parte, Pantonal (1998) evoca instantes aislados y busca espacio en harmonías tonales en constante mutación pero sin que haya un predominio o una directriz harmónica precisa y unitaria. Participa de lo que la musicóloga Rosa María Fernández García denominó nivel constructivo neutro de Guinjoan, que aúna forma y estructura bajo un mismo signo de identificación de contenidos en un único nivel de comprensión analítica y fusionando distintos lenguajes. En esto simula la formatividad: inventar la obra y al mismo tiempo el modo de hacerla. A su vez, estéticamente se adscribe a la mímesis ars/natura: buscando la necesidad y eliminando lo arbitrario y lo caótico en una sucesión orgánica.  

   En conjunto las tres obras recogidas suponen un genuino retrato del sinfonismo de Guinjoan. Un retrato que da testimonio de la solidez de su escritura a modo de rica serie de variantes formales desarrolladas y de su energía, su fuerza rítmica y su colorido orquestal. Ello ejemplifica uno de los itinerarios creativos singulares y sugestivos de la generación catalana. La edición en dijipack sigue la estética austera y elegante del sello catalán. Las notas de carpetilla en tres idiomas firmadas por Pérez Senz son un artículo ameno y generalista, más periodístico que musicológico en el que las escasas indicaciones de análisis proceden de citar al propio compositor. Ya se sabe que en casos así lo ofrecido no sobrepasa la mera puntualización estructural y la adjetivación empática y aduladora.

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