CD: Cristina Gómez Godoy, «Oboe conciertos. Mozart &Strauss»

Una grabación digna de ser escuchada

Por Agustín Achúcarro
Cristina Gómez Godoy, oboe. West-Eastern Divan Orchestra. Director: Daniel Barenboim.   Warner Classics 2022. Concierto para oboe en do mayor K. 314 de Mozart y Concierto para oboe en re mayor, TrV 292 de Richard Strauss.

   «Si pudiera simplemente conseguir que nazca en otras personas la sensación de felicidad que yo he sentido, me daría por satisfecha. El hecho de haber grabado este CD con el maestro Barenboim es un sueño hecho realidad. No habría imaginado una mejor constelación de talentos- en referencia a la West-Eastern Divan Orchestra- para grabar mi primer disco». Afirmaciones provenientes del librillo informativo del disco que ha grabado la oboísta Cristina Gómez Godoy, que apuntan a lo que se ha conseguido con esta grabación. Los conciertos para oboe K.314 de Mozart y el TrV 292 de Richard Strauss, son la base de un disco que propicia un disfrute de la música debido a la labor de una solista, que técnica y musicalmente muestra un alto grado, un fantástico director que aporta toda su experiencia, y una joven orquesta, que refleja el talento que existe actualmente entre las nuevas generaciones de instrumentistas.

   Cristina Gómez Godoy proporciona a cada obra lo que precisa y se nota cómo ahonda en una articulación y un fraseo cristalinos en Mozart, y subraya esas mismas cualidades en la obra de Strauss, pero de una manera diferente, con un sonido más denso, de múltiples colores.

   El Concierto para oboe en do mayor K. 314 tiene mucho de conmovedor y la oboísta lo saca a flote. Mozart suena equilibrado entre orquesta y solista, y esta última cuida la manera de abordar los crescendi y resolver con soltura los saltos interválicos y las agilidades. En el Andante los ataques en piano suenan dulces, seguros, y los detalles son realzados por el oboe y la orquesta, que se recrean en el Adagio. El Rondó no resulta reiterativo, pues hacen prevalecer matices y acentos. 

   El Concierto en re mayor para oboe TrV 292 de Richard Strauss es un ejemplo de las obras escritas para pequeña orquesta y solista, fruto de los últimos años de la vida del autor, y su escucha es de una belleza inusitada. La partitura requiere un solista capaz ante la exigencia de frases muy largas, sin  posibilidad de respirar, algo que sucede desde casi el inicio de la obra. Y la forma en que se toma el aire y se mantiene en este concierto es algo especialmente importante. Gómez Godoy se enfrenta a esta prueba con serenidad y resulta proverbial cómo mantiene el caudal sonoro, sin altibajos, ni tensiones, ni refuerzos. La intérprete deja su huella en el lirismo que contiene la obra, así como en los cromatismos, que provocan efectos sorprendentes de colorido. Daniel Barenboim sabe llegar hasta lo más recóndito de la obra, no le falta ni experiencia, ni maestría, y la orquesta le responde con calidad, mientras la solista despliega un arte que no desfallece, ora melancólico, ora sereno, durante esos tres movimientos conectados entre sí, a partir del modelo clásico, pero sin dejar de remarcar que es fruto de una época y una perspectiva histórica posterior, con el indeleble carácter de Richard Strauss. La sutil relación de la orquesta y el oboe se pone de manifiesto desde el primer movimiento con el refinado diálogo con las maderas, la flauta, el oboe solista y el clarinete, o en la manera en la que se aumenta casi imperceptiblemente la tensión. En el tercer movimiento la solista resuelve con pericia los cambios de registro. Gómez Godoy emplea un sonido más mórbido y denso que en la obra de Mozart, sin extralimitarse, ni perder naturalidad, y que acierta en ese cambio de tratamiento de las obras, tan enriquecedor. Una grabación, que puede encontrase también en plataformas como Idagio, digna de ser escuchada.