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CD: Herzogenberg: Lieder. Por Hélène Lindqvist y Philipp Vogler.

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Autor: Albert Ferrer Flamarich
13 de abril de 2014
Foto: CPO

Por Albert Ferrer Flamarich.
Herzogenberg: lieder. Hélène Lindqvist, soprano. Philipp Vogler, piano. CPO 7775862 DDD 2009 64:43.

   El sello de compositor menor ha servido para etiquetar un gran número de compositores que entre el siglo XVIII y las primeras décadas del XX ocuparon un papel destacado pero sin el premio de una trascendencia histórica. Detrás de este cliché habitualmente se esconde un espectacular talento largamente ignorado por el público melómano. Éste es precisamente el campo de abono con el que el sello alemán CPO ha logrado una fama y reconocimiento más que justificados las tres últimas décadas. Su labor a favor especialmente –aunque no de manera exclusiva- a compositores decimonónicos cubiertos por las sombras de los grandes y pioneros (Beethoven, Mendelssohn, Schumann, Liszt, Wagner, Brahms, Strauss, etc) ha sido decisiva para establecer un canon más justo y extenso del panorama creativo de la antepasada centuria. De este modo se han diluido algunos tópicos sobre el concepto de maestro, la función del canon que configuraban y ciertas decisiones de mercado. En este contexto, el actual revisionismo del repertorio permite hallar numerosos ejemplos de verdaderos mediadores culturales que en su momento fueron reconocidos, aclamados e incluso imitados. Alguno de ellos, contribuyeron a la resolución de crisis puntuales de algunos géneros como fue Raff a favor de la sinfonía o Franck en las sonatas para violín, como es sabido.   

   Un ejemplo es el de Heinrich Picot de Peccaduc, barón von Herzogenberg (1843-1900) de quien CPO ha publicado buena parte de su estimable catálogo: desde su obra para piano y de cámara (sonatas para violín, para chelo, tríos con piano, cuartetos, etc) al oratorio Der Geburt Christi y la Misa en Mi bemol, sin olvidar las dos sinfonías y alguna otra página orquestal como el Concierto para violín. Es decir, un abanico variado que complementa las aportaciones de sellos como Hänssler, en lo reincidente de algunas obras, y de Carus, en cuanto a los trabajos corales a capella. En el presente compacto y como primicia mundial se nos invita a conocer 24 lieder cuya miga musicológica viene legitimada por el apoyo de la Internationale Herzogenberg Gesellschaft.

   De cronología similar a Dvorak, Rimsky-Korsakov, Rheinberger, Grieg y Reinecke, von Herzogenberg fue amigo de Brahms gracias a que su mujer Elisabeth había sido alumna del hamburgués. El dato es significativo pues su conocimiento –así como el de Bach- motivó el giro en su tendencia, que lo alejó de los postulados wagnerianos de vanguardia. Su eje compositivo, en consecuencia, mira a la traición liederística de Schubert, Schumann, Mendelssohn, Loewe tanto en lo musical como en los referentes literarios. Éstos configuran una selección de distintos opus y épocas con poemas pertenecientes al corpus literario de la primera del siglo XIX: Goethe, Eichendorff, Mörike, Heine, Rückert, Brentano y algunos anónimos populares, así como la rareza de un Büchner u otros contemporáneos del compositor como Heyse. 

   La grabación fue efectuada en diciembre de 2009 y rezuma elegancia y buen gusto en la mayoría de los lieder. El equilibrio entre voz y piano es adecuado, bien secundada ella por el teclado logrando una combinación entre tersura, brillo y claridad en la articulación. El fraseo, delicado y de una flexibilidad curvilínea se responde a la variedad de caracteres y humores: todos ellos forman parte del habitual coctel expresivo y sentimental decimonónico que bascula de la nostalgia y la exaltación amorosa a la meditación sobre la vida, el sentimiento de alienación del sujeto en el mundo y la fascinación por la naturaleza en un sentido panteísta. La voz de la soprano Hélène Lindqvist muestra una afinación y dicción correctas, con un centro sonoro y un registro agudo sin molestas estridencias y algo brillante, en la que no faltan demostraciones puntuales de fiatto. Por su parte, el piano de Philipp Vogler sabe encontrar matices expresivos que le otorguen claridad, levedad e intimismo; también destacar efectos como, por ejemplo, el juego de pedal y la consecuente resonancia en, Der Vögel Abschied op. 91 núm.6 en la imitación de las campanas.

   En conjunto los lieder son tratados como gran literatura sin disimular la sencillez de la escritura tanto vocal como pianístico ni sobredimensionarla (no abundan, por ejemplo los contrastes harmónicos dentro de cada pieza y de hacerlo, se mueven dentro de las relaciones habituales). Ello refleja la seriedad de trabajo y de quienes están al frente en este tipo de hallazgos musicológicos así como la competencia de los estudios musicales del país. Un dúo que, por cierto, lanzarán un disco similar con lieder de Anton Rubinstein (1829-1894), fundador del conservatorio de Moscú y maestro de Tchaikovski y Taneiev, entre otros. La edición, marca de la casa, sigue la estética habitual y el libreto en dos idiomas, contiene los cantables con una precisa acotación de los poemas y los poetas, así como unas doctas notas de carpeta que combinan el escenario histórico y biográfico del compositor con un análisis musicológico, algo escueto esta vez e infrecuente en CPO.

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