CODALARIO, la Revista de Música Clásica
Está viendo:

Crítica: Doce Chelistas  de la Filarmónica de Berlín en Murcia

  • Comparte en Facebook
  • Comparte en Twitter
  • txcomparte_whatsapp
Autor: José Antonio Cantón
15 de febrero de 2025

Crítica del concierto ofrecido por los Doce Chelistas de la Filarmónica de Berlín en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia

Doce Chelistas  de la Filarmónica de Berlín

Singular estilización de excelente música popular

Por José Antonio Cantón
Murcia, 8-II-2025.  Auditorio y Centro de Congresos «Víctor Villegas». Doce chelistas de la Filarmonica de Berlín. Obras de Blacher, Bourtayre, Klengel, Kaiser-Lindemann, Koncz, Piaff, Piazzolla, Rota, Saegusa, Salgán, Scotto, Shearing, Tizol/Ellington, Williams y Youmans. 

   Cuando las intenciones del compositor se someten a los dictados del intérprete, mucho tiene que decir éste para que se admita como una idea estética aceptable e interesante para el oyente bien formado y experimentado en su escucha. En este principio se puede entender se sustenta la razón de ser del selecto grupo instrumental integrado por los Doce Chelistas de la Berliner Philharmoniker que, desde que se presentaron en Tokio el año 1972, han constituido una de las formaciones de cámara más atractivas del panorama internacional como una institución con distinción tímbrica y sonora propias dentro y fuera de la muy prestigiosa Orquesta Filarmónica de Berlín, referente absoluto entre las de su excelsa categoría.

   Aprovechando que el violonchelo es el más versátil de los instrumentos de cuerda en cuanto que se adapta a todas las áreas del amplio espectro sonoro y auditivo, pudiendo emitir desde profundos graves hasta estridentes agudos, fue una idea muy acertada crear esa pequeña orquesta que significan los doce componentes de su particular registro cordal para, desde adaptaciones bien pensadas en lo musical y muy respetables con la autoría de la composiciones, generar un repertorio particular que ha cautivado desde hace décadas. Uno de los insignes violonchelistas que asumió esta posibilidad de crear una formación solo de violonchelos, más de una treintena, fue Pablo Casals a finales de la tercera década de la pasada centuria.

   Para su cincuenta aniversario, los doce chelistas berlineses han organizado una magna gira que se viene produciendo por varios países desde hace tres años con un programa que recoge en primer lugar Hymnus, Op. 57 de Julius Klengel publicado en 1920, convertido desde entonces en una pieza muy admirada para este formato instrumental por su colorido tímbrico, con la que iniciaron la actuación. Le siguió otra obra dedicada este grupo por el compositor alemán Boris Blacher que lleva por título Blues, Espagnola y Rumba Philarmonica en la que se aprecia un estilizado carácter formal extraído de sones populares. En tercer lugar le tocó el turno al tema principal, Catch me if you can, de la banda sonora del film Atrápame si puedes que Steven Spielberg realizó el año 2002, en una versión de David Riniker, miembro de este grupo berlinés y destacado alumno del mítico chelista brasileño Antonio Meneses, en el que dejaron patente una jazzística rítmica no exenta de cierto improvisado mimetismo minimalista. Un arreglo muy condensado de melodioso lirismo romántico del compositor alemán Wilhelm Kaiser-Lindemann sobre un motivo del ballet La Strada de Nino Rota despejó el liderato para esta actuación del francés Bruno Delepelaire sobre el grupo sustituyendo al esperado Ludwig Quandt, uno de sus destacados maestros y posterior compañero como solista principal de violonchelo de los filarmónicos berlineses. Un Ragtime del compositor nipón Shigeaki Saegusa vino a contrastar rítmicamente la obra anterior para enlazar con la conocida canción Lullaby of Bridland del británico George Shearing en versión del anteriormente mencionado Wilhelm Kaiser-Lindemann, que dejó una grata sensación en el auditorio al término de la primera parte.

   La segunda fue iniciada por el conocido tema Caravan del trombonista puertorriqueño Juan Tizol, pieza que se hizo famosa por la Orquesta de Duke Ellington durante la década de los años treinta. De uno de los componentes de los doce, el vienés Stephan Koncz, interpretaron seguidamente Swing on Dvořák, una serena y a la vez expresiva fantasía sobre un motivo del compositor bohemio. Un arreglo de Michael Zigutkin de la conocida canción Té para dos que compuso en 1925 el neoyorquino Vincent Youmans, en la que todos los violonchelos sonaron con un rebrincado ritmo de especial encanto. 

   También con una versión del ya mencionado Kaiser-Lindemann, deleitaron con el vals Bajo los puentes de París del compositor marsellés Vincent Scotto dando lugar a una adaptación del ya mencionado violonchelista Ludwig Quandt de una melodía que se convirtió en una especie de himno liberador de la Francia ocupada por los nazis en la voz del famoso chansonnière Maurice Chevalier, Fleur de Paris que en 1944 compuso el músico biarrota Henri Bourtayre. Para terminar con el repertorio francófono, interpretaron una de las canciones icónicas del más genuino género chanson, La vie en rose que llevó a Edith Piaff al olimpo alcanzando con esta canción su mejor expresividad lírica.

   El bloque final del programa estuvo dedicado a éxitos latino-americanos empezando por The 12 in Bossa Nova de Kaiser-Lindemann que supuso toda una exhibición técnica de las posibilidades sonoras y percusivas del violonchelo, convirtiéndose en una verdadera masterclass colectiva de máxima sensación para el oyente, que se sentía sobrepasado por la diversidad y cantidad de focos de atención que surgían del grupo tanto musical como plásticamente. Para compensar tanta intensidad rítmica continuaron con el tango A Don Agustín Bardi del reconocido tanguero Horacio Salgán, ambos, autor y dedicatario, grandes creadores de esta danza de Uruguay y Argentina que supieron traducir los berlineses con especial sentido platense. Estando en tal hemisferio no podía falta Astor Piazzolla del que interpretaron dos obras, Adios Nonino y Fuga y misterio que sirvieron para relajar la percepción de un público embelesado con la excelencia de este conjunto de violonchelistas, verdaderos magos con su instrumento. Varios bises completaron su actuación entre los que destacaron la humorística versión del tema principal de la banda sonora de la película La Pantera Rosa realizada por Blake Edwards compuesto por Henry Mancini y la universal Yesterday de The Beatles, que seguramente llenaron de nostalgia a muchos de los presentes en la gran sala del auditorio de Murcia.

  • Comparte en Facebook
  • Comparte en Twitter
  • txcomparte_whatsapp

Compartir

<< volver

Búsqueda en los contenidos de la web

Buscador

Newsletter

Darse alta y baja en el boletín electrónico