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CRITICA: 'DAS RHEINGOLD' EN EL TEATRO DEL LICEO DE BARCELONA, CON PUESTA EN ESCENA DE CARSEN Y DIRECCIÓN MUSICAL DE JOSEP PONS. Por Alejandro Martínez

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Autor: Alejandro Martínez
7 de mayo de 2013
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 ORO DE 24 KILATES

Das Rheingold (R. Wagner). Gran Teatro del Liceo, 29/04/2013

       El éxito en una representación de la primera jornada del Anillo se debe, generalmente, a una buena labor de conjunto. No son aquí necesarios solistas con tanto fuste como en La Valquiria o Sigfrido. El Liceo, en este sentido, ha sabido reunir a un plantel más que solvente de voces, junto a una esmerada dirección musical y una espléndida propuesta escénica. El resultado es un Oro de primera, con algunos aspectos por limar, pero con una sensación general muy estimable. La clave central sobre la que gira este Anillo reside en la espléndida disposición escénica de Robert Carsen, con colaboración de Patrick Kinmonth, ya estrenada en Colonia hace más de una década. Conciben ambos, por fin, el Anillo como un gran drama lírico sobre el destino trágico de la burguesía. A partir de esta convicción, plantean una dirección escénica ciertamente corrosiva, donde tiene cabida un plano de sátira, cargado de cinismo. Nadie se imaginaría un lenguaje de comedia en mitad del Oro y sin embargo Carsen consigue incluirlo sin que desentone con el discurso general de su propuesta y sin que se resienta un ápice la narratividad del libreto. Seguramente el despliegue de su propuesta en las siguientes entregas, previstas año a año en el Liceo, nos permitirán valorar mejor la enjundia y consistencia de su óptica, pero a priori ofrece elementos de más que notable interés. La escenografía y el vestuario corrían a cargo de D. Petrovich y la iluminación era responsabilidad de M. Voss. Todos estos elementos se antojaron perfectamente integrados y al servicio de la idea general planteada por Carsen.
       La dirección musical corría, esta vez sí, a cargo de Josep Pons, la batuta titular del Liceo. Como explicara Joan Matabosch en su entrevista para Codalario, la práctica ausencia de Pons en el foso durante esta temporada se había debido a los ajustes obligados en la programación, centrándose su cometido en los proyectos de mayor envergadura, como esta primera entrega del Anillo. Hay que decir que es evidente el esfuerzo en elevar el desempeño orquestal, por muchos que sean todavía los aspectos por limar. Pons quizá no sea una batuta genial en este repertorio, antojándose algo falto de personalidad, demasiado académico, pero seguramente con esos mimbres no pueda irse, de momento, mucho más allá. Pons consiguió un sonido bien empastado, de volumen suficiente, sin estruendos, con una cuerda eficaz y con unos metales irregulares, sí, pero generalmente solventes, salvo los constantes titubeos de las trompas, tan requeridas además en esta partitura. Una buena labor, pues, la de Pons en el plano musical, siempre atenta a las voces aunque sin genialidades en el fraseo, pero con un apreciable esfuerzo encaminado a mejorar una orquesta, la del Liceo, que no ha venido estando a la altura del teatro al que representa.

      En el apartado vocal, destacó el maduro Wotan de Albert Dohmen, quizá de medios no tan frescos como antaño, pero con esmeradísimo oficio. Lo mismo cabe decir de la Erda de Ewa Podles, apabullante en su breve cometido. Sorprendió, y para bien, el estupendo Loge de Kurt Streit, con un instrumento brillante y que corría pleno por la sala, además de ser un intérprete de gran valía escénica. La pareja de gigantes, compuesta por Ain Anger y Ante Jerkunica, dejó un magnífico sabor de boca. El resto del reparto osciló entre lo anodino de la Fricka de M. Fujimura (estupendo instrumento, pero indolente expresividad) y lo vigoroso del Alberich de A. Shore (de medios ásperos, pero con una entrega incuestionable). Completaban el cartel M. Vekua como Mime, R. Lukas como Donner, M. Reijans como Froh, E. Wueschner como Freia, L. Bolle como Woglinde, M. Hinojosa como Wellgunde y N. Weissmann como Flosshilde. Todos ellos, salvo esporádicos momentos de menor fuste, estuvieron a la altura del nivel general de la representación.
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