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Crítica: Josep Colom y Víctor Pablo Pérez con la Sinfónica del Vallés

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Autor: Albert Ferrer Flamarich
6 de febrero de 2020

Dos maestros, un homenaje y un compromiso social

Por Albert Ferrer Flamarich
Barcelona. 1-II-2020. Palacio de la Música Catalana. Obras de Beethoven y Brahms. Josep Colom, piano. OSV. Víctor Pablo Pérez, director.

   La Sinfónica del Vallés ofreció su primer programa del 2020 con una nueva visita de Víctor Pablo Pérez, Principal Director Invitado hace tres temporadas. Además, el fin de semana fue extensísimo: la sección de percusión actuó el domingo por la mañana en el Palau de la Música Catalana con los Carmina Burana de Orff; y, por la tarde, La Farándula de Sabadell ofrecía la exitosa producción de El carnaval de los animales  de Saint-Säens coreografiada por la compañía Brodas Bros.


   El buen nivel señalado esta temporada se mantuvo con la Sinfonía núm. 2 de Brahms, abordada desde una luminosidad meridional. Destacaron la familia de las maderas, el sonido predominante de la cuerda (excelentes los violoncelos al inicio del segundo movimiento) y, en particular, el trazo compacto y coherente con que Víctor Pablo dotó de homogeneidad y equilibrio al discurso. Sin perder el punto rústico y evocativo en el ländler del Scherzo, globalmente participó de la visión serena y teñida por aquella inocencia asociada al topos pastoral. La clave recayó en el carácter suavizado de una interpretación refinada, lírica y maleable en el fraseo y las tensiones gracias a un inteligente y sutil juego de gradaciones.

   Bajo directrices parecidas y con un sonido de conjunto casi camerístico, el Concierto para piano y orquesta núm. 4 de Beethoven cautivó por la musicalidad, exhibición de matices y la austeridad llenas de sentido del catalán Josep Colom. Por enfermedad, sustituía a la prevista Olga Scheps. Con dos ensayos demostró que es un pianista de categoría internacional, apartado en nuestras programaciones. El gesto contenido, con pocos movimientos de brazo, y la libertad del enfoque general -de tempo, en el tercer movimiento- sublimaron una lectura ultra concentrada, personal, serena y solo empañada por algún carraspeo del público. Sencillamente, magnífico. En particular, el movimiento lento.

   El concierto lo había iniciado un vídeo ilustrativo del proyecto Beethoven 250: La música del silencio que agrupa a la Fundació GAES solidaria, el hospital Sant Joan de Déu y la Federació ACAPPS en la creación de la Jove Orquestra Graeme Clark, formada por jóvenes músicos sordos que gracias a un implante coclear pueden hacer música y crearla. Amics en la guerra se presentaba con los arreglos de Àlex Martínez mostrando reminiscencias del lenguaje fílmico de John Williams y estructurada en dos grandes bloques sobre un mismo tema y una sección central a cargo del oboe. La obra es fruto de los talleres de composición realizados el pasado mes de diciembre bajo la instrucción de Jordi Cos, viola y presidente de la orquesta. El suyo es un caso infrecuente: ¿cuántos presidentes de una orquesta siguen actuando regularmente como plantilla, ocupan la gerencia y lideran iniciativas sociales como ésta?

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