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Crítica: «La increíble historia de Juan Latino» en el Festival de Vélez Blanco

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Autor: José Antonio Cantón
25 de julio de 2021
Juan Latinoen el Festival de Vélez Blanco

 Gentil elogio del títere y la máscara

Por José Antonio Cantón
Vélez Blanco, 23-VII-2021. Teatro Municipal. XX Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. Claroscvro. Compañía de Teatro. Espectáculo escénico musical: La increíble historia de Juan Latino.

   No podría denominarse de otra manera este comentario sobre la actuación de la  Compañía de Teatro Claroscvro en el Festival de Vélez Blanco dado el resultado artístico alcanzado con su zarzuela pasticcio-barroca dedicada al primer académico universitario de color de la historia, el insigne Juan de Sessa, humanista y figura ilustre de las letras del Siglo de Oro español, que lleva por título La increíble historia de Juan Latino. Pensada para todo tipo de público, con especial atención al infantil, es fruto de una coproducción de esta compañía con el Teatro de Zarzuela de Madrid y la colaboración del Festival de Música Antigua de Sevilla, el Festival Internacional de Música y Danza de Úbeda y el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

   Desde el más mínimo detalle, todo es importante en este espectáculo en el que ya la figura protagonista genera más que expectación conforme se va descubriendo su nacimiento y primeros años como esclavo, los derroteros de su vida y la trascendencia humana de su personalidad. El guión creado por los titulares de la compañía, la canadiense Julie Vachon, especialista en teatro de marionetas, y el musicógrafo, productor, crítico y tratadista linarense Francisco de Paula Sánchez, es todo un prodigio de síntesis descriptiva y orientación emocional, lográndose un delicado equilibrio expositivo con la ayuda de una sutil y a la vez presente línea musical perteneciente a la época de la historia muy bien dirigida, según los episodios de su argumento, por su asesor en este relevante aspecto, Enrique Pastor, presente en el escenario tañendo su guitarra barroca o con su vihuela de arco, acompañado por la violagambista Sofía Alegre, haciendo sonar pasajes escogidos de obras musicales españolas del renacimiento y el barroco junto a otras de origen africano, produciéndose contados momentos en los que ambos músicos llegaban a interactuar con los personajes.

   Asunto de destacada importancia es el relacionado con el títere y la máscara como elementos sustanciales de la acción dramática. En los dos casos la personalidad creativa de Ibán Sierra Caballero ha servido para aunar criterios expresivos también aportados por los titulares de la compañía con la significativa cooperación de Lorena Fernández. Todos ellos han logrado que pudieran ser identificados los personajes en cada intervención, determinando sus estados de ánimo. En el caso de Julie Vachon con las máscaras, lograba esa impostación que le daba cuerpo, profundidad y alcance de emisión vocal a cada papel a modo de cómo estas técnicas de interpretación se realizaban y tenían absoluto sentido en el teatro clásico griego, convirtiéndose así en una figura sustancial de esta producción con su natural y a la vez fascinante vis dramático. Otro tanto se puede decir de Francisco de Paula Sánchez, narrador, protagonista y animador de un argumento que supo llevar con ese arte de ir sabiendo modular el interés del espectador, niño y adulto, hasta el punto de mantenerse un silencio denso a lo largo de toda la representación, hecho que da idea de qué grado de atracción tiene este espectáculo con sus doce personajes, entre los que aporta contrastada gracia la marioneta Gugurumbé, esa especie de ancestral espíritu africano que ronda siempre la mente de Juan Latino cuando ha de tomar decisiones importantes en su vida. Una vez más, Julie Vachon activaba su intervención en escena con un sentido, ingenio y desparpajo que concentraba atención y a la vez servía de revulsivo ante lo insólito del guión, remarcando la importancia de los valores humanos que éste contiene y bien refleja,  que tan actuales son por la necesidad que tiene nuestra sociedad de que formen parte y se integren cada vez más en la vida humana.

   Esta producción es la cuarta con las que Claroscvro, fundada hace once años, se ha situado entre las mejores compañías de su género en España y una de las más destacadas internacionalmente como fue al ser considerada y reconocida así el año 2015 por la Young Audiences Music Award (YAMA) y la European Network for Opera and Dance Education (RESEO). Su nuevo espectáculo en proceso de creación dedicado al cielo sefardí, seguramente moverá al entretenimiento y a la reflexión como lo consigue éste, dedicado a Juan Latino, en su loable afán de procurar esa función ética y estética que tanto necesita la consciencia del hombre del siglo XXI.

   El Festival de Vélez Blanco, sensible a esta realidad, ha sabido ver este estado de cosas promoviendo la producción y posterior muestra de este espectáculo que valora nuestro patrimonio musical a través de un alto sentido de expresividad mostrada con absoluta y esmerada belleza formal, que ha significado todo un elogio del títere y la máscara como ancestrales elementos del arte dramático.

Foto: Festival de Vélez Blanco

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