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LIBRO: 'Escuchar e interpretar', de Rafael Lamas

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Autor: Albert Ferrer Flamarich
14 de octubre de 2014

DE OSTRACISMOS MUSICALES

Por Albert Ferrer Flamarich

Escuchar e Interpretar. Ostracismos musicales en los albores de la conciencia moderna española. Rafael Lamas. Alianza Editorial. 2014 (175 págs.) ISBN: 978-84-206-8981-4

   La música española está llena de aporías y así lo vuelve a demostrar Rafael Lamas en este libro publicado por Alianza Editorial. Es el segundo que el pianista, director de orquesta y profesor titular de literatura y teoría cultural en la Fordham University at Lincoln Center de Nueva York publica en España. Se trata de un título significativo, corto, fluido y distribuido en cinco capítulos y un apéndice. El primero es una introducción en la que expone cuestiones previas cuya raíz parte de una mirada cultural abierta a partir del grabado Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer de Goya. Su percepción es mucho más trágica de lo que me sugiere y, además, se contradice porque en la página 18 le atribuye un rostro difuso, titubeante y perdido y en la 19 habla de terror. A mi juicio el rostro no es de terror y aunque el desarrollo teórico extraído del grabado es atractivo, no lo es la premisa que le da pie. No obstante, el capítulo da claves para entender la actitud de ese incipiente romanticismo español y su compleja circunstancia en la subversión política y de Estado a que el poder sometió al pueblo convertido en “Pueblo”, a las artes en general y al teatro musical en concreto.

   En los siguientes capítulos repasa los casos de Antonio de Eximeno, el XIV Duque Medina Sidonia y Manuel García, para concluir con Blanco White y Larra (padre). Con estos cinco protagonistas y sus aportaciones (una novela, la sustracción de unas partituras del Padre Soler, dos discursos y unos artículos) plantea la identificación sentimental del sujeto con la música. Lo hace enmarcándolos en el proceso de individualización de la experiencia musical como identidad estética en la España de finales de siglo XVIII y los albores del XIX. Con ello sostiene la tesis de los giros hacia la nueva conciencia y cómo el gusto musical determinó el valor de la sociedad replanteando conceptos como el nacionalista y disfrazando las diferencias económicas, de clase y la crisis del sujeto. De este modo también explica el pacto del individuo desarraigado para merecer su ciudadanía y la nueva estrategia de teatralización del poder.

   Lamas traza una crítica cultural servida por una base histórico-política en un discurso desarrollado a través de lo estético. Para ello, apunta como ejes el exilio de los españoles, el paso del Antiguo Régimen al nuevo orden y el concepto de “negatividad” como motor de creativo del sujeto. A su vez cita temas como la expulsión de los jesuitas, la Ilustración, la inclusión de España como marco ambiental para títulos operísticos de potente semántica política o la capacidad de Manuel García para reinventarse y convertirse en la figura española más conocida en la Europa decimonónica. Aunque el autor no lo indique también da claves para entender el surgimiento de las distintas oleadas del alhambrismo español y europeo.

   Como apéndice incluye el discurso On Musical Sounds del primero de Blanco White, fruto de recibir el Master of Arts de la Universidad de Oxford en 1826. El error viene dado porque este texto aparece en inglés con notas al pie en castellano indicando puntualizaciones de edición crítica del original. Dado el público al que se dirige y al no ser una edición bilingüe, con o sin la matriz inglesa, este discurso del literato español debería haberse traducido en castellano. Por otro lado, el sistema de citaciones no aparece del todo claro y quizá el autor podría haber aclarado las directrices seguidas ante la inmensa variedad de metodologías aplicadas. Algunas, por cierto, de una enervante autocomplacencia académica vehiculadas por cierta incomprensibilidad para el lector común.

   La edición tiene cubiertas con solapas, tipografía y tamaño de letra cómodamente legibles aunque el papel sea de baja calidad –del que envejece y se arruga con suma facilidad-. Sin duda es una aportación necesaria, de considerable enjundia y que eleva la reflexión estética española sobre su propia esencia, siendo ésta habitualmente poco proclive y menos profunda en lo estético que en lo histórico y lo estrictamente formal.

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