Crítica de Magda Ruggeri Marchetti de la ópera Così fan tutte de Mozart en Bolonia, bajo la dirección musical de Martijn Dendievel
Una ópera divertida
Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia. 29-V-2025. Teatro Comunale Nouveau. Così fan tutte [Wolfgang Amadeus Mozart / Lorenzo Da Ponte]. Mariangela Sicilia [Fiordiligi], Francesca Di Sauro [Dorabella], Vito Priante [Guglielmo], Marco Ciaponi [Ferrando], Giulia Mazzola [Despina], Nahuel Di Pierro [Don Alfonso]. Orquesta y Coro del Teatro Comunale. Director de escena: Alessandro Talevi. Director musical: Martijn Dendievel.
Este drama jocoso de Mozart se estrenó en el Burgtheater de Viena el 26 de enero de 1790 y todavía hoy se representa con gran éxito. Esta nueva producción del Teatro Comunale dirigida por Alessandro Talevi ha gustado mucho, también gracias a una lograda dirección de actores que, en clara sintonía con el foso, ha puesto de manifiesto la intensidad dramatúrgica, la atinada caracterización, así como las líneas esenciales de esta ópera. El director escénico ambientra la trama en los años sesenta del siglo pasado, cuando el mundo occidental se hallaba en medio de un cambio epocal que revolucionaría las actitudes morales. Don Alfonso es quien enseña a los jóvenes a sintonizarse con estos nuevos aires. También las mujeres son diferentes y a menudo toman la iniciativa decidiendo qué compañero escoger. Dorabella dirá en efecto «tu il biondino, io il brunetto, eccoci entrambe spose!». La ópera comienza preparando a los hombres al fracaso subrayando que la sátira es a su costa, y en cualquier caso todos actúan siguiendo los consejos del filósofo Don Alfonso.
Con el horizonte del mar siempre al fondo, la escenografía presenta un número cambiante de pequeñas edificaciones con puertas, entre las que se mueve parte del coro, transformado en servidumbre, que prepara las varias fiestas colocando sillas, mesas o divanes. Estos fantasmagóricos servidores llevan candelabros y la iluminación de Teresa Nagel es perfecta así como el vestuario de Stefania Scaraggi.
Musicalmente el maestro Martijn Dendievel ofreció una lectura partiendo de un sonido flexible y su dirección fue sugerente. Ya desde la obertura impactó el sonido orquestal sencillo en apariencia, pero hábilmente contrastado, así como el diálogo entre los instrumentos solistas y las diversas secciones. El acompañamiento de los cantantes con su batuta fue perfecto así como la intensidad del mismo, con énfasis en los recitativos que situaban eficazmente tanto el universo interior de cada persionaje como las distintas situaciones escénicas, complementando expresivamente el canto con la orquesta. Logró imprimir a la narración un buen ritmo teatral con sonoridades escuetas y tiempos ágiles, una visión que insiste sobre el amargo desencanto y la ironía. Subrayó la reflexión de Mozart que indaga sentimientos humanos como el amor, los celos, la tentación y los remordimientos. Hemos admirado también el excelente coro preparado por Gea Garatti Ansini y naturalmente el óptimo cast.
Mariangela Sicilia fue una competente Fiordiligi, que tuvo su mejor momento en el aria «Come scoglio» donde superó las dificultades con su voz de atractivo timbre, su fraseo delicado y su dominio de la coloratura. Francesca Di Sauro fue una óptima Dorabella con su voz bien proyectada y facilidad en el registro agudo. Dotada de una bella coloratura, su desenvoltura escénica la reveló como óptima actriz. Vito Priante bordó el papel de Guglielmo con voz potente y gran proyección. El barítono Marco Ciaponi como Ferrando se esmeró en los recitativos y en los dúos, superando fácilmente las dificultades y luciendo una voz de importante volumen y proyección. La soprano Giulia Mazzola con voz brillante y gran facilidad en los agudos compuso el retrato de una mujer experta y divirtió con sus caracterizaciones primero de médico y después de notario. El Don Alfonso del barítono Nahuel Di Pierro pareció portador de un sano sentido común más que cínico manipulador de las situaciones. Su voz no es enorme pero de timbre claro y una bella línea de canto. El público, que durante el espectáculo había aplaudido a cada aria, al final ovacionó largamente a los cantantes, al director musical y a una orquesta que demostró una vez más su excelencia.
Foto: Andrea Ranzi
Compartir