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MIGUEL ÁNGEL RECIO: 'Mi anhelo como gestor es que nuestra Cultura sirva como elemento de unión para toda la sociedad española'

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Autor: Aurelio M. Seco
29 de enero de 2018

MIGUEL ÁNGEL RECIO: 'Mi anhelo como gestor es que nuestra Cultura sirva como elemento de unión para toda la sociedad española'

   Una entrevista de Aurelio M. Seco | @AurelioSeco // Fotografías: Fernando Frade/Codalario
Ha sido Director general del INAEM, Director General de Bellas Artes y Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas, creador de MusaE... Miguel Ángel Recio es uno de los gestores culturales españoles de más respetada trayectoria. Su apellido es sinónimo de fortaleza, rectitud e independencia, algo difícil de encontrar  en el presente, dentro y fuera de España. No lo decimos sólo nosotros. Su nombre sale a relucir desde la admiración en multitud de ocasiones cuando se habla de gestión cultural; de música también. No podíamos dejar pasar la ocasión de hablar con él. Melómano de corazón, escritor a punto de publicar, Miguel Ángel Recio nos habla en la siguiente entrevista de la figura del gestor, de la situación musical y en general cultural de España, de la tan necesaria Ley de Mecenazgo.

Usted ha sido director general del INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música). ¿Haga un diagnóstico de la situación musical española? ¿Cuáles son sus fuerzas y debilidades, sus virtudes y defectos?

La Música en España tiene talento creativo, grandes infraestructuras para su interpretación (auditorios y salas) y público. También tiene abundancia en lugares de aprendizaje. Pero si atendemos a las distintas músicas comprobamos que existen desequilibrios: hay un consumo masivo de música pop, hay un gran abandono en el aprendizaje profesional de la música, el público de la música clásica aumenta poco, hay una concentración de oferta de calidad en pocas ciudades del país…

La fortaleza de la música reside en que es necesaria para vivir y constituye una parte fundamental de la forma de encontrar belleza. Su debilidad  reside en que puede ser objeto de manipulación para convertirla en un producto mercantilizado. En este caso se afecta tanto a la creación, como a la interpretación como en el gusto del público.

Esto puede afectar también a la música clásica que limite su exhibición a los productos más comerciales. Mantener el equilibrio en la música clásica entre entretener al público, fomentar la creación, ofrecer oportunidades a intérpretes nuevos, cuidar a los consolidados  y descubrir nuevas sensaciones es uno de los retos más difíciles.

¿España es de verdad una potencia cultural, o exageramos?

España es, sin duda, una potencia cultural. Lo es por el patrimonio cultural que posee y no me refiero únicamente a sus monumentos -a sus palacios, castillos o catedrales- sino al concepto más amplio de patrimonio cultural que incluye archivos, costumbres y tradiciones, fiestas, gastronomía, colecciones, paisajes… bienes materiales e inmateriales. A ese patrimonio debemos añadir la capacidad creadora de nuestros artistas en todos los campos y todas las artes –literatura, pintura, música, teatro, danza, fotografía, diseño, etc.-. Y además debemos incluir nuestra capacidad para ofrecer toda esa cultura: exposiciones, conciertos, concursos, festivales… de fama universal.

España es, sin duda, en todos los frentes que he mencionado, una potencia cultural que puede ofrecer a quien la visita una de las ofertas culturales más importantes del mundo. Por ello y por otras razones como el clima o la hospitalidad y simpatía de sus gentes, los turistas aumentan cada año en nuestro país.

Deme su opinión sobre las entidades musicales españolas que considera más interesantes.

Existen muchas entidades culturales en nuestro país. He participado desde dentro en algunas tan importantes como el Museo Nacional del Prado o el Teatro Real, el Liceu o el Auditorio Nacional y antes en el Museo Thyssen o en Patrimonio Nacional y sus Palacios Reales. Mi opinión sobre todas ellas y otras muchas es que trabajan con una base maravillosa como son las artes y un criterio de estilo como es la excelencia. De esta manera su éxito está garantizado.

En el ámbito musical, para mí deben recibir mención especial las entidades dedicadas a la ópera (Teatro Real, Liceu, Mestranza, Palau des Arts…) porque tratan con una de las especialidades más complejas tanto por su gestión como por el riesgo de críticas con su visibilidad evidente y, por supuesto, por el elevado coste de sus producciones.

Otras entidades musicales en bloque son los auditorios y orquestas porque son el entramado –también complejo- que genera el contexto en el que artistas individuales pueden destacar. Sin ellos, sus oportunidades se verían disminuidas.

MusaE es uno de los proyectos  musicales de los que se habla a la hora de ayudar a nuestros músicos más jóvenes. Es idea suya. ¿Hábleme de cómo surgió y se desarrolló la idea?

MusaE es la conjunción del entusiasmo por la música de muchas personas que comenzó hace más de cuatro años y se materializó en un convenio suscrito por la Fundación Carasso, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la Sociedad Acción Cultural Española y la Fundación Eutherpe en el año 2015.

La idea surge de esa conjunción en la que se quería potenciar la música en los museos estatales, ofrecer oportunidades a jóvenes intérpretes en sedes con prestigio, al tiempo que se les dotaba de técnicas para incrementar sus habilidades ante el público y en su futura carrera profesional. Además se pretendía fomentar la educación musical de personas con inquietud cultural porque ya eran habituales en los museos.

No puedo negar que existió una musa maravillosa inspiradora de este proyecto. Precisamente por ello lleva ese nombre. Pero cuando muchos están de acuerdo en desarrollar una idea, ésta se convierte en realidad. Y así ocurrió.

¿Cuál es el estado actual de MusaE y su futuro?

El proyecto MusaE ha llevado a los museos más de cien conciertos y más de noventa artistas jóvenes. Esto ha sido posible gracias a los presupuestos públicos, a la aportación de la Fundación Carasso, al asesoramiento artístico de una comisión y a la labor de gestión de la Fundación Eutherpe con Margarita Morais al frente que ha dotado a MusaE del alma que necesita. En una reciente entrevista de esta revista Margarita Morais habla con cariño de su trayectoria y de MusaE. Actualmente el proyecto sigue en marcha y confío continúe durante mucho tiempo.

¿Puede un gestor cultural español ser independiente del sector político?

La independencia en la gestión cultural es necesaria frente a las influencias del sector político y económico, así como respecto de la presión de los artistas, de sectores influyentes del público y de cualquier otra intervención. Durante mis años como director de instituciones culturales siempre he podido trabajar con independencia. Ser independiente exige trabajar con rigor y mostrar que las decisiones se toman alejadas de las presiones o de los caprichos y que responden a criterios objetivos y profesionales.

Para evitar personalismos también existen mecanismos como la toma de decisiones colegiadas y después la necesidad de rendir cuentas de la gestión.

Un gestor cultural español puede y debe ser independiente.

Importantes personalidades musicales de este país hablan de usted como uno de los gestores más honestos, independientes, serios y valientes que conocen. ¿Qué han visto en usted?

Durante toda mi carrera profesional me han importado mucho las personas. Es cierto que, como en cualquier otro ámbito, se trabaja con directrices, presupuestos limitados y objetivos que cumplir. Por encima de todo ello siempre están las personas y he procurado escuchar a todas: a trabajadores, artistas, directivos, políticos, críticos... Supongo que hablarán bien de mí aquellos que vieron satisfechas sus expectativas, otros permanecerán en un discreto silencio. Lo importante es haber hecho y seguir haciendo mi trabajo lo mejor posible. Espero haberlo conseguido. Lo hice con entrega, por vocación y por cariño a las artes y a quienes vibraban con ellas –artistas y público-. Hacerlo así ha podido ser una de las claves de mi gestión.

¿Es necesaria una ley de mecenazgo en España? ¿Por qué?

La actividad de mecenazgo es necesaria para impulsar las artes y los artistas. Parecía que las Administraciones Públicas con sus presupuestos serían suficientes para lograr ese impulso, pero ya se ha visto que eso no es así y que es necesario fomentar la participación de otros sectores de la sociedad, tanto empresariales como de pequeños mecenas.

Esa participación no es sólo económica. Se debe buscar una implicación en varios frentes: en la gestión, en la colaboración con otros sectores, en la captación de públicos…

Por ello se deben reconocer otros apoyos como la adquisición de obras, la prestación en especie y el voluntariado. Todas estas cuestiones deben ser incluidas en una moderna Ley de mecenazgo.

¿Proponga usted un modelo de Ley de Mecenazgo? ¿Qué aspectos importantes debería tener esta ley?

Una Ley de Mecenazgo es algo complejo que requiere partir de lo ya existente que es la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo con las modificaciones que introdujo la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades. Sin embargo, esto no es suficiente.

Esta ley tiene pendiente mejoras de contenido técnico y algunas relativas a las desgravaciones. Por otro lado es necesario recoger nuevas formas de dar visibilidad a los mecenas y reconocimientos honoríficos que resultarían fáciles de otorgar para un Gobierno y muy valorados por los donantes.

Pero fundamentalmente es necesario incorporar dos cuestiones:

- diferenciar patrocinio y mecenazgo buscando fórmulas propias de impulso de ambas actividades en el sector cultural

- incluir como receptores de ayudas que ofrecen beneficios fiscales a más instituciones culturales que las actuales, incluso cuando no tienen la condición de fundación o de asociación de interés público.

Siempre criticamos a los organismos públicos pero, ¿qué deberían hacer mejor los artistas españoles?

Los artistas españoles se encuentran desorganizados y atomizados en asociaciones pequeñas. En mi opinión deberían organizarse más adecuadamente para que su voz se escuchase mejor y para contar con servicios profesionales que les ayuden a captar ayudas con el régimen actual que ya cuenta con incentivos. Los artistas no pueden verse inmersos en el proceloso mundo administrativo o de la gestión. Deben seguir dedicados a su carrera artística confiando en gestores profesionales otras cuestiones como la búsqueda de patrocinios que es una tarea compleja pero que, bien hecha, con proyectos atrayentes, recompensas bien pensadas y liderazgo, puede dar muchas satisfacciones.

Usted también ha sido Director General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, ¿cuáles fueron sus objetivos, qué estuvo desarrollando desde que le nombraron y cuáles son sus planes futuros? ¿Qué lugar ocupa la música dentro de esa dirección general?

Durante mi etapa como Director General de Bellas Artes se cumplió el centenario de creación de la Dirección General, por tanto una de las más antiguas. Celebramos jornadas y se elaboró un libro conmemorativo en el que mi aportación versó sobre el futuro de las Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas. Me remito a todo ello. Sin embargo, hay elementos que debo destacar brevemente:

- La excelencia como elemento en los análisis, estudios y todo tipo de trabajos de la Dirección General para así servir de referencia en sus campos a muchos otros.

- La dimensión nacional y por tanto la capacidad de elaborar criterios de actuación para las Comunidades Autónomas con el fin de no perder de vista proyectos ambiciosos y cohesionadores para la sociedad española.

- El papel en la formación de especialistas y estudiosos, siguiendo la estela de maestros que les precedieron, para seguir produciendo artistas, académicos y profesionales culturales de prestigio.

- El protagonismo internacional para mostrar globalmente el patrimonio español, uno de los más ricos a nivel mundial.

La música ha tenido entrada tradicionalmente en los museos pero el proyecto MusaE fue una experiencia mejorada. Aún se necesita más presencia musical porque es necesaria una mayor interrelación de las distintas disciplinas culturales y artísticas. Música en los museos, literatura en los auditorios, danza en las escuelas y teatro en las empresas podrían ser buenos ejemplos de esa necesaria mezcla.

¿Qué es para usted “cultura”? Gustavo Bueno consideraba que es una idea borrosa, imposible de definir de manera clara y distinta.

Prefiero pensar que la Cultura es tan amplia que es difícil encontrar una definición para abarcarla. Es mucho más que un patrimonio, más que la manifestación de las Artes, más que el legado de hombres y mujeres dedicados a actividades relacionadas con la mente y el espíritu. En ella se encierra la identidad de los pueblos, la belleza y la genialidad del ser humano.

¿Es usted partidario de acercar la cultura al público o de que el público se acerque a ella?

Ambas cosas son necesarias. La Cultura necesita un público y tiene vocación de manifestarse ante él, por eso los artistas encuentran su motivación en los destinatarios de sus obras: lectores, oyentes, visitantes de museos, espectadores… El público estimula y genera Cultura y a la vez la transmite cuando ha descubierto algo maravilloso.

Sin embargo, la Cultura necesita mostrarse de forma adecuada para poder conocerla, estudiarla y concentrar el tiempo limitado en lo que más interesa. Es necesario hacer pedagogía de la Cultura en función de edades, gustos e intereses. Ahí entran los educadores y los profesionales.

La Cultura utiliza también las modernas formas de llegar al público, por ello las nuevas tecnologías son un trampolín fantástico para su difusión. En estos momentos hay que pensar en un público nuevo: aquel que no se acerca físicamente a espacios culturales pero accede a sus producciones (conciertos, exposiciones, etc.) a través de la red. Ellos también buscan la satisfacción del encuentro con las artes aunque de otra manera. Es un público virtual que mueve sus comentarios en las redes sociales y que cada vez es más numeroso. También es necesario programar para él.

¿Es tan importante llenar un concierto de gente (o un museo de visitantes), aunque la razón por la que vayan no sea su interés por la música? ¿Le preocupan las estadísticas en este aspecto? ¿Es una de sus preocupaciones llevar más gente a los museos?

La gestión se mide con cifras y la gestión cultural también. Por ello se asocia erróneamente el éxito de una organización (museo, auditorio, teatro…) a las cifras de sus seguidores. El panorama puede ser aún peor cuando la necesidad de gente viene impulsada por razones presupuestarias: la búsqueda de ingresos económicos. Entonces entramos en la mercantilización de la Cultura.

Sin embargo, si se programa música y el público no responde es necesario conocer la causa. No se debe programar sólo lo que el público pide, aunque es preciso contar con él y pensar en la diversidad.

Mi preocupación siempre ha sido lograr un equilibrio entre la satisfacción del público y la posibilidad de ofrecer experiencias nuevas. Éstas son, por definición, arriesgadas. Pero programar sólo repertorios de éxito es empobrecer la oferta y limitar el conocimiento. El juicio crítico sobre una programación debe ser de conjunto y basado en parámetros que complementen la cifra de espectadores y visitantes como el impacto social, el cumplimiento de objetivos, los fines educativos…

¿Le deja tiempo su trabajo para ir a conciertos en Madrid? ¿Cómo es su día a día?

Madrid tiene una enorme oferta cultural y procuro disfrutar de ella. Tengo mis preferencias por conciertos de compositores como Beethoven o Mahler y directores como David Afkham a quien siempre acudo a ver cuando dirige la Orquesta Nacional de España en el Auditorio Nacional.

Por otro lado cuento con el asesoramiento y la amistad de Antonio Moral quien me recomienda no sólo los conciertos del Centro Nacional de Difusión Musical que dirige (especialmente su Ciclo de Lied) sino óperas y otros conciertos.

¿Cuáles son sus anhelos como gestor?

Mi anhelo como gestor es lograr que el encuentro íntimo que se produce entre una persona y la obra cultural se realice en las mejores condiciones posibles.

Mi anhelo como gestor cultural es facilitar no sólo la exhibición sino también la creación, el estudio, el aprendizaje, la experimentación y la revalorización de la Cultura.

Mi anhelo como gestor cultural español es que nuestra Cultura sirva como elemento de unión para toda la sociedad española, porque existe una rica Cultura española, y que además sea motivo de atracción por distintas vías de muchos extranjeros que verán satisfecha su curiosidad.

Está a punto de publicar una novela. Hábleme de su vertiente como escritor y de qué trata la novela.

He escrito una novela titulada “La oficina de la cuarta planta” que espero sea editada en breve. Se trata de una novela intimista y con misterio cuyo protagonista, un hombre de valores muy marcados, trabaja en la oficina creada en el Palacio Real de Madrid para ayudar a encontrar a soldados desaparecidos durante la Primera Guerra Mundial. Allí conoce a Elena que se convertirá pronto en su esposa. Después acontecen diferentes episodios que incluyen unas monedas de oro escondidas. Espero que guste a mis lectores.

Escribir se ha convertido en una vía para sentir otras vidas. Exige mucha entrega y no puedo dedicarle todo el tiempo que yo quiero. Es muy gratificante pero también muy duro cuando los avances son lentos y porque implica cierta soledad.

Al final las satisfacciones están siendo enormes, tanto en el proceso de relectura como en la preparación de la edición y confío lo sean después a través de los lectores.

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