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NANCY FABIOLA HERRERA, mezzosoprano: «Sería necesaria una escuela de zarzuela en España»

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Autor: Óscar del Saz
10 de diciembre de 2019

NANCY FABIOLA HERRERA, mezzosoprano: «Sería necesaria una escuela de zarzuela en España»

Una entrevista de Óscar del Saz / @oskargs
La constante presencia de Nancy Fabiola Herrera en los escenarios internacionales la convierte en una de las grandes mezzosopranos de la actualidad. La prensa especializada la ha denominado «la Carmen del siglo XXI». En 2018 realizó dos grabaciones interpretando rosario en Goyescas, de Granados, con la BBC de Londres y Salud en La vida breve, de Falla, con la BBC de Manchester. Destacan sus interpretaciones de Isabella en L’italiana in Algeri en el Teatro Colón de Buenos Aires y como Bernarda en La casa de Bernarda Alba en el Teatro de la Zarzuela. Ha cantado el Stabat Mater (Rossini), el Requiem (Verdi) en San Sebastián y Guadalajara (México), dirigidos por Plácido Domingo, y ha ofrecido conciertos en la Sala Chaikovski de Moscú y recitales en el Palau de la Música de Valencia y en el Festival de Benicasim, junto a Ainhoa Arteta. Su interpretación de Salud en La vida breve la ha llevado a San Petersburgo, Tanglewood, Toronto, Los Ángeles -con el maestro Frühbeck de Burgos-, Madrid, Cincinnati y la Orquesta de Capitole. Su Carmen se ha visto en el MetropolitanOpera (MET de NY), el Covent Garden, el Teatro Bolshói, la Ópera de Tokio, la Deutsche Oper, la BayerischeStaatsoper, las Termas de Caracalla, el DresdenSemperoper, el Masada Festival, la Ópera de Tel aviv, la Ópera de Los Ángeles y teatros españoles como la Ópera de Sabadell, el Teatro Villamarta de Jerez, el Kursaal de San Sebastián y el Teatro Pérez Galdós de Gran Canaria, entre otros. En 2009, abrió la temporada de la Arena de Verona como Carmen, bajo la dirección de Domingo. Entre sus grabaciones destacan La bruja de Chapí para Deutsche Grammophon, Dante de Granados para aSV, Tonades de los siglos XVII y XVIII de Gerhard para Columna Música, la Sinfonía n.º 3 de Mahler para Arte Nova, El amor brujo, de Falla, para Naxos y Concierto italiano de Llorca, además de Il postino de Daniel Catán y Luisa Fernanda, ambas con Domingo. En 2019, ha actuado en la Houston Grand Opera en Florencia en el Amazonas de Catán, El Gato Montés en la Ópera de Los Ángeles, Les contesd’Hoffmann en el Teatro Nacional de Pekín y Samson et Dalila en La Maestranza de Sevilla. Nos citamos con Nancy Fabiola Herrera en un lugar muy cercano al Teatro de la Zarzuela, en una noche fría en la que nuestra protagonista viene de viaje de Lisboa.

Gracias por atendernos aprovechando los ensayos de su próximo recital en Madrid en el Ciclo de Lied del CNDM en el Teatro de la Zarzuela…

Pues para mí lo primero es felicitaros, Codalario, somos muy afortunados por tenerles a ustedes. Les felicito de corazón.


¿Cómo han ido las funciones de Sansón y Dalila de Sevilla? ¿Cómo ha ido madurando ese rol desde que lo debutó en Manaos?

Es rol es completo y complejo a muchos niveles, una partitura complicada pero tremendamente hermosa. La evolución que ha habido desde una primera vez…, pues yo creo que a nivel vocal y también actoral el rol siempre ha de tener un recorrido, y nunca ya va a ser igual que la primera vez. Yo te diría que el personaje ha evolucionado hacia una profundidad mayor dentro de lo que es estrictamente la parte musical ya que tuve la oportunidad de volverlo a hacer en Oviedo y luego en el Metropolitan -dirigida por Mark Elder- en el ensayo general por indisposición de Elina Garança. Él hizo una lectura muy profunda de la partitura y fue muy enriquecedor trabajar con él. El trabajarlo ahora con Jacques Lacombe pues añade muchas notas interesantesa ese bagaje. El repertorio francés es muy difícil porque es muy dado a tener que profundizar musicalmente en él porque está lleno de matices, lleno de colores; un repertorio en el que hay que ser muy preciso, y cuyalengua es una de las más difíciles para el canto. Es por ello por lo que hay que tener una exactitud muy grande a todos los niveles. Aparte de eso, es un rol que se mueve en toda la tesitura y con una orquestación densa y fuerte en muchos momentos, por lo que hay que aprender a negociar con los registros (grave, agudo) y, sobre todo, con la orquestación.

¿En la ópera actual, da tiempo a trabajar la componente psicológica de los personajes con los maestros?

Sí, aunque el cantante tiene que llevar montadas cosas a priori, aunque lo interesante es saber que un personaje tiene diferentes maneras de abordarse, lo que hace que siempre sea como de “una lectura nueva” sobre mí misma, o por lo menos, te hace ver las cosas desde otro punto de vista distinto del que tú ya llevas. La primera Dalila que yo hice era tremendamente mala, malísima, y la que hice en Oviedo tenía una componente mayor de venganza, justificada de alguna forma, también con cierta maldad intrínseca, pero con el componente de cierto enamoramiento de Sansón, pero muy sutil. En cambio, con Paco Azorín esta última vez ha sido un trabajo totalmente diferente e intenso, además negociado o mediado entre los dospara conseguir algo orgánico y creíble de una Dalila completamente enamorada que cae en la trampa de su venganza y de su debilidad como mujer, de querer un amor posesivo, poseer a Sansón y tener como enemigo al Dios de Sansón, que es el verdadero dueño de Sansón. No hay una Dalila puramente mía. De hecho, yo siempre hago mía cada propuesta en la que participo, pero me la tengo que creer yo primero porque si no, no podría adoptarla como personaje pues la primera regla es la honestidad respecto de lo que estás contando, e intento que eso suceda en cada propuesta. La propuesta de Sevilla ha sido muy diferente y muy potente, y creo que no ha dejado indiferente a nadie y nos hemos enriquecido todos con ella.

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¿Qué programa va a presentar en el Ciclo de Lied? ¿Por qué lo ha elegido?¿Pensó en haber elegido otra temática más tradicional pegada al Lied Alemán, al más puro romanticismo, o lo tuvo claro desde el principio?

Yo soy una gran fan del Lied alemán. De hecho, es el repertorio con el que yo me formé. Me va a encantar poder tener la oportunidad de hacer este repertorio en cualquier momento, Wolf, Mahler, etc. Pero lo que voy a cantar es un programa que yo diseñé hace un tiempo, «Noches de cabaret», junto con el pianista Mac MacClure,porque me gusta ver la cara más popular y amable de compositores que son muy conocidos por su parte clásica, seria. Me gusta explorar su lado más humano o más terrenal que es con el cuál podemos identificarnos más directamente porque hablan de las pasiones más humanas. Sé que es un programa bastante atípico. Antonio Moral me propuso hacer un programa para su Ciclo y yo le presenté 2 ó 3 programas diferentes. A Antonio le gustó este programa. Sé que rompe un poco con el resto de programaciones del Ciclo, pero creo que es interesante romper. La canción de concierto, el Lied, va mucho más allá de lo que es el Lied alemán o el Lied francés o la canción francesa. Dentro de cualquier Lied más «serio» siempre ha habido músicos que han compuesto en esa época maravillosa de los años 20-30 que han compuesto para esa explosión que fue la música de cabaret: cabaret de Europa en la primera parte y cabaret latino en la segunda.

Creo que hay cosas muy interesantes, y considero que hay que mostrar al público esta cara más amable, más humana o más desenfadada. Yo soy una persona muy inquieta, me gusta también ofrecer contrastes que choquen un poquito con lo establecido. Como artistas, hay tanta música por hacer que, nuestra obligación es mostrar al público la variedad de repertorio que más podamos. Me gusta meterme en la piel de diferentes personajes y diferentes estilos y un programa de conciertos te permite eso. Con Zamacois, por ejemplo, la mayoría de los músicos se han formado con sus tratados de música, de música seria, pero él escribía también cuplés para ser cantados en los cabarets del Paralell. De hecho, él alguna vez negó que los escribió, pero era una manera de ganar un dinero extra en épocas difíciles. Lo mismo ocurre con Kurt Weil de cabaret alemán pero adaptado -después de sus viajes a Estados Unidos-, por los gustos de Hollywood.

¿Cuál es la primera música que recuerda haber cantado de niña,y la primera que cantó en su vida con público?

De niña escuchaba en casa música mejicana y boleros. Mi padre era forofo de la música mejicana y ponía rancheras, boleros cantados por Javier Solís, Jorge Negrete, Pedro Infante. Yo crecí con esa música. Cuando yo me reunía con mi pandilla teníamos guitarra y cantábamos muchísimos boleros. Después, los grupos de moda de la época: Bee Gees… Yo no cantaba en público, de hecho mis padres se enteraron que cantaba de casualidad, pero ya tarde, aunque mis amigas en el colegio sí que me oyeron cantar. Lo primero que yo canté en público fueron espirituales negros. Cuando estaba estudiando bachillerato, escuché ensayando a un coro de voces femeninas espirituales. Cuando las escuché pensé: «yo quiero cantar eso». Hice la prueba con el director y me metió en el coro. Mi primer solo fue un espiritual, una música que adoro y hasta el día de hoy la meto en muchísimos recitales. Es una música con una fuerza y una espiritualidad maravillosas.

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¿Qué papeles ha dejado en su carrera y qué otros anhela encontrar?¿Cómo papel, Carmen encasilla o te da más oportunidades?

Creo que las dos cosas. La gente tiene tendencia a encasillar. Cuando alguien te asocia con un rol te abre muchísimas puertas, pero cuando te identificantanto con un rol les cuesta a veces luego imaginarte en otra cosa, un Roberto Deveraux, una Adalgisa… Ahí uno tiene que también luchar… Yo he contado los roles que he hecho, y creo que son unos 53 roles en escenario. Yo no canto sólo Carmen, he cantado muchas cosas desde el principio, pero sí, cuando te identifican con un rol hay una tendencia a encasillar.

Siempre intenté ser cuidadosa con los roles que elegía, abordar roles que podía defender, que fueran creíbles, resolverlos vocalmente y ser convincente con ellos, siempre con la curiosidad de abordar diferentes estilos con la premisa de poderlos defender. También hay veces que abordas algo y después decides «esto voy a apartarlo, o voy a esperar un poquito más, que creo que va a quedar mejor dentro de un tiempo». La voz va evolucionando y adquiriendo otras connotaciones… Hay roles más ligados a la juventud y en cierto momento decides que «ya está» y pasas de un repertorio más lírico a uno un poquito más dramático. Pero siempre he pretendido ser consecuente con todos ellos.

¿Y una carrera conducida por el hecho de decir «quiero cantar con este tenor o con este barítono, o junto a esta soprano»? ¿Cree que hay cantantes que lo hacen? ¿Ud lo ha hecho?

Sí, hay cantantes que lo hacen. Yo, no tanto. Evidentemente, hay colegas con los que te apetece cantar porque hay muchas veces una química grande a nivel personal o hay una química grande a nivel musical y eso hace que la experiencia sea mucho más enriquecedora, con colegas y también con directores, pero no siempre se da y yo no he sido de las que lo ha perseguido por encima de todo. Sí tengo colegas para los que para ellos «ése es el punto». Lo contrario, lo que a mí me ha pasado, me ha permitido conocer a muchas personas, a muchos artistas que, de otra manera -si hubiera sido tan selectiva en cantar con esta persona o la otra- no hubiera abierto tanto el abanico para poder trabajar con artistas que me han aportado muchísimo.

¿Con sus colegas de cuerda, tiene relación con ellas? ¿Gusta de tener esas relaciones?

Sí, claro que sí. Yo opino que cada artista somos una «huella dactilar», nunca somos dos iguales, aunque haya personas que tengan tendencia a comparar, pero yo por eso nunca voy a dejar de hablar con un colega porque sea de mi misma cuerda, al contrario. Lo primero, hay que ser «ser humano», y como tal uno tiene que relacionarse con todo el mundo y mirar a las personas como seres humanos. Nunca he dejado de tratar a una persona porque sea colega de mi misma cuerda. A veces no me gusta tratar a esa persona si el ser humano no me da buenas vibraciones. Si eso ocurre, me mantengo al margen. En general, tengo muy buena relación con las colegas de mi misma cuerda y me encanta, además.

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Cuando cambia de repertorio (francés, italiano, zarzuela…), ¿cuánto tiempo dedica -si lo hace- para reajustar su técnica?

Siempre hay que hacer algunos reajustes, más bien por la tesitura del mismo. Hay roles que abordo que están en la parte lírica, más agudos, y ahí sé que debe haber un tiempo de reajuste. Hay otros que son más dramáticos. Yo lo asimilo al cambio de marchas de las bicicletas de montaña… Sí que tiene que haber un reajuste vocal. En cuanto a pasar de un repertorio a otro (a francés, a italiano, etc.), sí hay que trabajar un poquito la vocalidad, aún con la misma base, ya que la pronunciación misma de un idioma hace que varíe un poquito la manera en que tú cantas. El tema de las vocales es muy importante: en repertorios ruso, español, son más abiertas pero el repertorio francés tiene unas vocales bastante más cerradas. Sí, siempre hay que hacer un trabajo.

En la parte actoral de ese trabajo de un rol…, nos sorprendió mucho su Bernarda Alba, de Miquel Ortega, estreno del Teatro de la Zarzuela. ¿Cómo lo hizo para conseguir tan altas prestaciones?

Son retos que se te presentan en una carrera. Yo siempre he sido una persona que me ha gustado meterme debajo de la piel de otros personajes. Algo que yo traje conmigo, de mi naturaleza, desde pequeña me gustaba imitar a los profesores, las voces, los gestos, meterme dentro de su psicología, y se reían mucho conmigo. Eso lo hacía de manera natural. Y el poder ser actriz es una de las cosas que más me llamaron la atención de esta profesión y poder interpretar personajes tan variopintos y tan diferentes. En esa producción, todos realizaron un grandísimo trabajo y yo siempre estuve muy influenciada por la obra de Lorca. Fue muy bonito trabajar con Miquel Ortega. Él hizo un gran trabajo adaptando esa gran obra, de forma tan potente. La dirección de Bárbara Lluc también fue extraordinaria, y gracias a ellos se logró ese resultado que se logró. Fue muy bonito también que el Teatro la difundiera en streaming para todo el mundo, aprovechando las nuevas tecnologías. Espero que se vuelva a hacer en muchos sitios más.

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Ud también canta zarzuela.¿Por qué creeque no se ha montado todavía una Escuela de Zarzuela en España? ¿Lo considera necesario?

No me lo explico. Sería muy necesaria. Es nuestro género por antonomasia. Pero en España muchas veces somos enemigos de nosotros mismos y de nuestras cosas. No se entiende, es una cuestión de mentalidad. Creo que a veces sentimos vergüenza de lo nuestro. Le damos más y apreciamos más lo que venga de fuera que dar valor a lo que nosotros tenemos. En muchos países, en los que he vivido o estado, apuestan por lo suyo y te lo venden como lo más grande. Nosotros tenemos tantas cosas, que no sabemos contar bien el valor que tienen y venderlas al mundo… Precisamente, a la música española no le hemos dado todo el valor o la proyección que se le podría haber dado, y en la zarzuela, más todavía. Y es porque hay un desconocimiento grande y ha sido denostada, y mucha gente la ha asociado con un momento político, que no tiene nada que ver, y entonces no estamos mirando que es un género que representa la historia cantada de las costumbres de las diferentes regiones de nuestro país. Yo he aprendido costumbres de otras regiones de España que yo no conocía. A través de la zarzuela, aprendí y sigo aprendiendo, tantas cosas de cada región que aunque sólo sea por la parte de historia ya habría que darle un puesto importante. Además, está la música tan maravillosa que tiene. Que hay zarzuela mala: sí, como hay ópera mala. Pero hay tanto bueno… Hay un desconocimiento muy grande y pesa esa losa, esa mancha que tiene procedente de un momento político determinado.

Eso que ha quedado rancio, hay que quitarlo y hay que darle el valor y el apoyo que necesita. Nosotros como artistas tenemos que programarlas y ponerlas en nuestros conciertos. A nivel de Ministerio, a nivel político, sería muy hermoso que nos sintiéramos orgullosos de lo nuestro. Creo que todo tiene una posibilidad de cambio, y creo que podemos lograrlo, sobre todo si la masa crítica crece puede haber un cambio de verdad. El género hay que hacerlo bien, presentarlo con calidad. En ese sentido, el Teatro de la Zarzuela ha hecho durante estos últimos años una labor bastante encomiable. Cuando yo empecé en esto, un cantante de ópera que cantara zarzuela estaba mal mirado.De hecho, a mí por cantar zarzuela se me encasilló como si fuera algo peyorativo o menor. Menos mal que cada vez más cantantes que tienen una carrera de ópera internacional están abordando el género porque los de ópera pueden cantar ópera y viceversa. De hecho, cantar zarzuela tiene mayor dificultad. Una escuela de zarzuela, por tanto, haría falta absolutamente para cubrir la enseñanza de las particularidades necesarias en la zarzuela. Fíjate, para la primera escuela de zarzuela se nos va a adelantar México.


¿Considera que si la zarzuela consigue el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad pasará a ser considerada y protegida en mayor grado? ¿Va ello en el mismo sentido la iniciativa/proyecto Zarzuela por el Mundo?

Definitivamente, sí. El género gusta en todos lados y en los países latinos hay una tradición antigua que está mucho más acentuada de lo que está en España, se sigue conservando.Donde quiera que tu programes una zarzuela en Latinoamérica, llenas. Cuando programas zarzuela en concierto en cualquier parte del mundo (Washington, Los Angeles, La Scala…) hay un éxito rotundo. Y hay mucha gente que está luchando por esto hace mucho tiempo y creo que es hora que entre todos podamos hacer algo más. Este Proyecto, Zarzuela por el Mundo- fue idea de Marcello Pérez, que lo concibió, y fue presentado a la Fundación Beckmann que ya estaba haciendo una labor cultural fantástica en la ciudad de Tequila,y tenían programado el montar el Conservatorio Plácido Domingo para formación en disciplinas de zarzuela. Al oír de la iniciativa de Zarzuela por el Mundo decidieron patrocinar el proyecto.

Se están haciendo muchas cosas para que se pueda programar zarzuela sobre todo comenzando con los países latinos, agilizando el tema de mover producciones, que los costes sean asequibles y compartidos y, sobre todo, que se haga más zarzuela y de mejor calidad en el mundo, que se vayan uniendo más asociaciones, y que entre todos podamos facilitar que se hagan más producciones y así el género se estabilice. Paralelamente, el proyecto lleva una vertiente educativa. La idea es que donde se vayan a presentar espectáculos previamente haya conferencias y los propios artistas vayan dando master classes y vayan creando escuela, formación y conocimiento, porque ahora no lo hay. Seguro que hay muchos profesionales del género, que llevan años y años, que nos ayudarán en esto. Es una labor importantísima e inclusiva. No se trata de competir. Para mí el referente siempre fue la zarzuela, porque es donde yo empecé… Guadalupe Sánchez, Rubén García Martín, Dolores Travesedo, Evelio Esteve, Seoane, la familia Font-Moncloa, la familia Castejón… Toda esa tradición, si no se transmite, se perderá. Todavía estamos a tiempo de recuperarla, y aunque esos grandes artistas estén retirados, debemos aprovecharlos para que formen a las nuevas generaciones.

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Y Usted misma, como en el pasado Certamen Internacional de Zarzuela de Valleseco, lo hizo.

Sí, yo estoy comprometida totalmente con todo ello. Y va a haber muchos más colegas comprometidos.

¿Tiene Ud muchos alumnos o clases magistrales al año?

Pues me van pidiendo, voy haciendo. A veces el calendario de trabajo no te permite, pero voy buscando hueco y es una manera de pasar todo lo que he vivido y aprendido. Y trasmitir esa tradición, y contar todo el trabajo que conlleva ser cantante y concienciarlos para que adquieran el gusanillo de formarse bien, durante toda la carrera, y con el rigor adecuado.

¿Qué opina de la crítica? ¿Lee las críticas sobre Ud?

Sí las leo, aunque no todas, las que me llegan o mi agente me manda a partir de un buscador. La crítica es la opinión de una persona, por lo que es la opinión subjetiva de esa persona. Tiene todos mis respetos el saber la visión de esa persona, y me interesa ver también cómo alguien percibe una cosa que yo he vivido cuando estoy dentro. Hay veces que las críticas te ponen por los cielos o por los suelos. Ni intento subirme a la parra ni deprimirme en cada uno de esos casos. Yo intento salirme de eso y ser objetiva, y a veces leo cosas muy acertadas y otras que están totalmente fuera de contexto. Pero no sólo sobre mí, sino sobre la producción en la que estoy. Son pocos, gracias a dios, pero hay personas prepotentes que se creen con derecho a destruir por el placer de hacerlo. Pero insisto, es una persona, ésa persona en concreto.

¿Qué tal lleva vivir en varios países al año?

Yo viajo muchísimo, y tengo la fortuna de viajar con mi marido. Cuando no tengo un compromiso de trabajo volvemos a nuestro cuartel general. Tenemos Nueva York (donde yo vivía de soltera), Montevideo (donde está la familia de mi marido) y Canarias (donde está mi familia). Nuestra prioridad es estar con nuestros padres y con el resto de la familia.


¿Cómo separa su vida diaria de su vida profesional? ¿Qué aficiones tiene?

Poco tiempo me queda para hobbies, siempre estoy preparando el siguiente compromiso. A mí me encantan las terapias alternativas, el trabajo de la energía, aprender sobre herramientas para tener una mejor salud o mantener un balance dentro de la locura del cambio.Me gusta la cristaloterapia, el reiki, la aromaterapia y los aceites esenciales. Todo eso le ayuda a uno y yo gusto ayudar a los demás cuando lo precisan. Son cosas que uno puede llevar consigo. Me gustaría hacer más talleres y seguir formándome en técnicas de masajes y todo lo que son métodos naturales, así como la sanación a través del manejo del pensamiento y el control de las emociones. A mí me gusta mucho cocinar y preparar recetas naturales. Me gusta comer lo que preparo en casa. Pero tampoco hay que machacarse ni ponerlo como obligatorio. No se trata de estar privándose de cosas, pero sí pensar en que la mente es tan poderosa que puede llevarnos en volandas hacia el buen camino.

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