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MARCO MONCLOA, barítono: 'EN ÓPERA DE MADRID QUEREMOS HACER ÓPERA DE CALIDAD A PRECIOS ASEQUIBLES'

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Autor: Alejandro Martínez
6 de marzo de 2014
Marco Moncloa, barítono


Un nuevo proyecto lírico, Ópera de Madrid comienza esta semana su andadura en el Teatro Reina Victoria de Madrid. Por delante, más de viente funciones de Rigoletto y tres títulos más de aquí al verano. ¿Sus señas de identidad? Buscan presentar títulos de repertorio servidos con calidad y a precios asequibles. ¿El reto? Conseguir el respaldo del público en una ciudad como Madrid tan dominada por el Teatro Real y el Teatro de la Zarzuela. Codalario ha hablado con uno de sus principales impulsores, el barítono Marco Moncloa, que tomará además los ropajes de Rigoleto en la producción que se estrena mañana.

¿Por qué y cómo nace Ópera de Madrid?

Este proyecto surge de la iniciativa de varios profesionales del mundo de la lírica, cantantes y directores musicales, que nos llevábamos preguntando durante mucho tiempo por qué no había en España un teatro de repertorio, una propuesta estable, al modo de los teatros de Alemania y Suiza. Es un modelo que no existe en el sur de Europa, donde imperan los grandes teatros que promueven grandes producciones, de costes muy elevados y a los que accede muy poca gente. Si pensamos en el público que accede al Real, hablamos de muy poca gente, a precios cada vez más altos y que escapan a las posibilidades de la clase media. Además cada vez más los abonados de los grandes teatros se quejan de que no se les ofertan títulos del repertorio más tradicional. Con todo esto, ya en 2011 fuimos trabajando en este proyecto, en su viabilidad y aunque es muy complicado, lo hemos puesto en marcha. Somos más de 85 personas en la compañía y hemos accedido a un teatro a la italiana en pleno centro de Madrid, a doscientos metros de la puerta del Sol, el Teatro Reina Victoria, y vamos a comenzar mañana día 7 con nuestra primera función, con Rigoletto.

¿Hasta qué punto es una iniciativa privada?

El capital a día de hoy es cien por cien privado. No contamos con ningún tipo de ayuda, ni pública, por supuesto, ni tampoco sponsors o patrocinadores privados. Además, todo el capital invertido es de los propios artistas. Hemos constituido una sociedad limitada con el nombre de Ópera de Madrid. En lugar de montar una cafetería o un restaurante, hemos montado una promotora lírica, digamos. Nuestra idea es producir ópera, zarzuela, conciertos líricos, propuestas didácticas y también música de cámara, todo lo que sea necesario para favorecer el desarrollo de nuestra orquesta.

¿La taquilla es entonces la única fuente de financiación?

 Sí, junto al capital aportado por los artistas, será la taquilla que obtengamos el único ingreso que nos permitirá mantener la iniciativa en pie.

Y a nivel organizativo, ¿hay un productor principal, un director artístico? ¿Cuál es vuestro organigrama de trabajo?

Somos un equipo directivo formado por gente con mucha experiencia teatral, gente que lleva en algunos casos más de treinta años en este mundo de la lírica, con mucho oficio. Así, hemos confeccionado un equipo de producción, un equipo de administración y un equipo artístico.

¿Cómo se ha constituido la orquesta?

 Tanto como como orquesta se han creado desde cero. Buscábamos un perfil muy determinado: calidad y entusiasmo. De ahí que fuese más complicado contar con gente más veterana, que busca un proyecto más acomodado. Hay gente con mucho entusiasmo, gente con mucha experiencia y con todo ello hemos hecho una selección entre unos quinientos músicos que nos hicieron llegar su curriculum. Luego se hicieron audiciones presenciales y se constituyó así tanto el coro como la orquesta.

¿Qué relación tiene Ópera de Madrid con el Teatro Reina Victoria?

 En Madrid los teatros son plazas muy apetitosas y los empresarios de los teatros los codician mucho porque son conscientes de tener ahí la gallina de los huevos de oro. De hecho, muchos empresarios teatrales no son ni siquiera los dueños de los espacios, sino sus administradores. Es cierto que la asistencia ha bajado, pero un teatro en el centro de Madrid es algo muy cotizado. En nuestro caso, hemos encontrado un espacio ideal en el Teatro Reina Victoria, un teatro a la italiana de unas seiscientas butacas, y hemos llegado a un acuerdo económico con su empresario Enrique Cornejo, para que sea nuestra sede casi en exclusiva, lo que facilita mucho la implantación de nuestra compañía en su primer año de actividad.

¿A qué público va dirigida esta iniciativa? ¿Hay un perfil determinado?

 Queremos abarcar varios perfiles. El primero, el aficionado a la ópera que es exigente y que suele acudir al Real, al Liceo, al Campoamor, a los principales teatros españoles. Es un aficionado que busca lírica de calidad y que reclama cada vez más que se programen los títulos de repertorio, cada vez más descuidados. También el proyecto va enfocado al público que no se ha acercado aún a la ópera porque no se lo ha podido permitir. En nuestro caso, manejamos precios que van de 20 a 60 euros, nada que ver con los precios de los grandes teatros, pero manteniendo una gran calidad sobre el escenario. Habrá además un día del espectador, día de la tercera edad, descuentos para grupos y público familiar. Y claro, por supuesto, pensamos en el público turista que viene a Madrid y que tampoco se puede acercar al Real por sus precios y por el número reducido de funciones que presentan. En general, lo que queremos es hacer ópera de calidad a precios asequibles. Aspiramos a ser el segundo teatro de ópera de Madrid después del Real y confiamos en consolidar una marca estable como Ópera de Madrid en dos o tres años. Tenemos también planes para llevar nuestras producciones a otros teatros españoles y también proyectos de coproducción, por ejemplo con Bélgica.

¿Qué nos puede contar sobre esta primera producción, este Rigoletto?

Nuestro tratamiento con cada producciones es de máxima seriedad, con cuatro o cinco semanas de ensayos. Así que la calidad musical está garantizada. Sobre la producción, este Rigoletto viene de Bélgica, del festival Zomeropera en Alden Bilzen, donde debuté el año pasado como Rigoletto. Este festival está ya considerado entre los diez mejores festivales de Europa, junto a la Arena de Verona, Glyndebourne, etc, lo que da idea de la calidad de la propuesta. En el equipo artístico hay gente con una gran carrera internacional como Javier Franco, que será nuestro Rigoletto varios días, o como José Manuel Sánchez y Manuel de Diego, nuestros tenores. También tenemos a Ruth González, a Eugenia Enguita, a Hevila Cardeña… Por un lado tenemos a gente ya consolidada, con una carrera ya hecha, y luego contamos con gente más joven, muy bien formada, ya con algo de experiencia, y que está deseando demostrar su valía. Entre todos, tenemos una media de edad de entre 25 y 45 años. Un equipo joven, por tanto, que quiere también hacer una propuesta joven, con montajes distintos, nada transgresor, pero tampoco rancio.

¿Cuántas funciones se han previsto hacer por título? Casi a función diaria, ¿no es cierto?

De Rigoletto vamos a hacer 21 funciones en marzo, del 7 al 30. Esto es, función diaria excepto los lunes, con tres repartos. En abril haremos El barbero de Sevilla, con 25 funciones. En mayo 26 funciones de Bohéme. Y en junio Agua, azucarillos y aguardiente. En total 108 funciones.

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