
Crítica de José Antonio Cantón del concierto homenaje realizado por la Orquesta de Córdoba al compositor español Lorenzo Palomo, bajo la direccion de Salvador Vázquez, con Conrado Moya como solista
Enriquecida transcripción
Por José Antonio Cantón
Córdoba, 23-I-2025. Gran Teatro de Córdoba. Orquesta de Córdoba. Solista: Conrado Moya (marimba). Director: Salvador Vázquez. Obras de Lorenzo Palomo y Ludwig van Beethoven.
El sexto concierto de abono en la presente temporada de la Orquesta de Córdoba (OC) tenía el atractivo de permitir escuchar una de las obras más interesantes del catálogo de Lorenzo Palomo, compositor muy vinculado a la ciudad califal en sus primeros años de formación musical, lo que hizo que siempre se sintiera cordobés dado el trascendente arraigo que ese periodo significó en su vida tanto artística como personal. Con la asistencia del marimbista alicantino Conrado Moya, la segunda gran atracción de la velada, el maestro Palomo quiso hacer el año 2021 una transcripción de su concierto El jardín de Baco, para guitarra y orquesta que le facilitara explorar las posibilidades sonoras y estéticas de la marimba contrapuestas a las de la orquesta, ampliando el sentido concertante polifónico de la obra original hasta los límites de una más estructurada creación armónica. Se quiso con esta obra materializar en la velada un sentido homenaje a la figura del compositor, fallecido en Madrid el 13 de abril del año pasado, sabedor ya de la intención de la orquesta en programarle esta adaptación para la presente temporada.
Este aspecto ha sido el más relevante de este concierto en el que se ha podido disfrutar de cómo la idea primigenia de Lorenzo Palomo ha adquirido una enriquecida dimensión contrapuntística que hace que la marimba entre en un ámbito de equiparable dimensión acústica con la orquesta, que a su vez se enriquece en su función dialogante lo que permitía al director titular de la OC, Salvador Vázquez, que fue el maestro que estrenó esta nueva versión con el mismo solista dirigiendo la Orquesta de Extremadura el año 2022, ampliara el espectro dinámico del instrumento orquestal, alcanzando una dimensión mejor equilibrada en su discurso.
Demostrando una capacidad técnica de auténtico virtuoso de tan expresivo instrumento de percusión, Conrado Moya se fue adentrando en los distintos estilemas que desarrolla el compositor que van desde apuntes operísticos “straussianos”, hasta células de las particulares voces de Gershwin y Falla, permitiéndose desde este último a recurrir a giros típicos de las escuelas españolas del siglo XX, sin olvidar algunas referencias a una especie de expresionismo ruso que hacía recordar al periodo inicial más rompedor de Stravinski e incluso en la última parte de la obra a algunos rasgos estilísticos de Bernstein, todos ellos captados, repetido y hechos suyos en sus casi cinco lustros como repetidor del Teatro de la Deutsche Oper Berlin. Desarrollado con un tratamiento bien definido por su natural capacidad de lenguaje musical de Lorenzo Palomo, que manifiesta siempre un respeto a la tradicional armonización, esta obra se puede entender como bien sonante en la que el oyente nunca se siente desconectado del sentido de su intención diatónica. Su traducción en esta ocasión por los intérpretes que mejor la conocen, se ha convertido en una de las citas más significantes de la presente temporada de la orquesta cordobesa.
Ante los aplausos de un público que supo percibir el buen trabajo realizado por orquesta, director y solista, éste obsequió como bis una preciosa versión de la famosa canción popular catalana El cant dels ocells con la que el sonido de la marimba se proyectaba y mantenía de manera continuada como si se tratara del mejor legato de una orquesta de cuerda, siendo ofrecido con un encanto de especial gusto musical por parte de este percusionista que se erige como una de las figuras indiscutibles en nuestro país como transcriptor para este instrumento, lo que favorece a su enorme proyección internacional, como también pude comprobar en su extraordinaria actuación en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) hace dos años y medio en una adaptación suya del Concierto Heroico para piano y orquesta de Joaquín Rodrigo.
Dentro del proceso de adaptación del maestro Salvador Vázquez a su nueva responsabilidad de titular de la OC, la Sinfonía “Pastoral” de Beethoven representa un extraordinario campo de experimentación para que la orquesta, que conoce al director sobradamente, perfile aún más la respuesta a sus criterios de concepto, preparación y definitiva exposición. Adentrándose en su presentación por parte de la cuerda, el músico malagueño, fue cuidando la dinámica del primer movimiento en cada uno de sus temas a través de esta sección instrumental que manifestaba una tendencia a una conjunción afinada que definiera sus voces en cada momento conforme avanzaba la obra. En el segundo movimiento, que describe una escena junto al arroyo, la batuta fue aparentemente relajando su metro para atemperar la libertad expresiva que requieren los pasajes imitativos de cantos de pájaros de su final. En el tercero quiso enfatizar su campesino carácter canoro que Beethoven desea resaltar antes de asumir la intensidad expresiva del cuarto que refleja el estrepitoso estruendo de una tormenta desatada, importante momento de la obra que fue dominado por la experiencia de la excelente timbalera de la OC, Cristina Llorens, dúctil y estimulante metrónomo de este instrumento orquestal. Por último, hay que destacar cómo hizo la transición al Allegretto último, cuidando al máximo el sentido coral premonitorio que le caracteriza antes de, superado su paródico desarrollo, comunicar la coda final con la serenidad que otorga el sentir de que se está ultimando un buen trabajo de conjunción ante el reto programático de esta sinfonía absolutamente paradigmática.
Foto: Rafael Alcaide
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