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SAIMIR PIRGU, tenor: 'Espera y sé paciente, ésa es la clave'.

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Autor: Inés Tartiere
27 de febrero de 2018

SAIMIR PIRGU, tenor: ´Espera y sé paciente, ésa es la clave´

   Una entrevista de Inés Tartiere  |  @InesLFTartiere
El tenor albanés Saimir Pirgu es sin duda uno de los más interesantes del panorama actual. Se encuentra en Barcelona formando parte de la ópera Romeo y Julieta de Gounod. A pesar de su juventud, Pirgu hace tiempo que ha dejado de ser una promesa. Lo afirman varios premios internacionales y una carrera muy sólida que, sin embargo, no está reñida en lo personal con un carácter alegre y un espíritu humilde muy llamativo en el siempre glamuroso mundo de la ópera. Hemos hablado con él sobre su situación artística actual y planes de futuro.

Vuelve a Barcelona donde ya ha triunfado en varias ocasiones, y con un rol que conoce bien. 

Romeo es un rol que ya he cantado, pero hace tiempo que no lo hacía y estoy muy contento de volver a retomarlo aquí. Es un coliseo donde no es fácil cantar, porque creo que es un teatro de tenores (risas). Aquí han cantado los mejores. Es la casa de Aragall, Carreras, Domingo, Alfredo Kraus; no es fácil ser un tenor en el Gran Teatro del Liceo, por eso es un gran reto para mí. Tengo que convencer al público, que es muy experto, en ocho funciones. Es un rol difícil, aunque menos que Rodolfo que ya he cantado aquí, pero por supuesto intento dar lo mejor de mí mismo. La producción es una coproducción con Santa Fe y es muy bonita.  

También acaba de sumar otro gran éxito para su carrera en su reciente Madama butterfly en Zurich. ¿Se siente cómodo con este nuevo rol?

Realmente no es un nuevo rol para mí, porque he cantado papeles de Puccini como Bohème, que para un tenor es como tres veces más grande que Butterfly. El tercer acto de Bohème es exactamente lo mismo de Butterfly. No se necesita una voz más grande para cantar Pinkerton. Depende de si un papel se ajusta o no a tu voz, y puedo decir en voz alta hoy que Puccini es maravilloso para mi vocalidad. Sé que no lo es para todos los cantantes, porque para cantar Puccini tienes que tener un tipo de calidad vocal concreto, y tener en cuenta muchos aspectos, como la orquesta.   Para mí cantar Butterfly fue una especie de experimento, y fue realmente mucho mejor de lo que me esperaba. Nunca pensé tener un gran éxito con un rol que es considerado un poco secundario, o que siempre está a la sombra de Butterfly. Antes de cantar Simon Boccanegra, tenía la misma sensación, y creo que el público pensaba lo mismo, y realmente fue mucho mejor de lo que ambos esperábamos. Creo que es el camino correcto para seguir mejorando y creciendo como artista.

Es un rol complicado y a la vez muy ingrato.

Sí, totalmente de acuerdo. Es un caso parecido al de Alfredo de La traviata. Pero realmente yo no creo en roles pequeños, medianos o grandes, para mí ha sido maravilloso poder cantarlo. No siempre tienes que ser el  protagonista.  

Ya que se siente muy cómodo con Puccini, ¿cree que en unos cuantos años debutará Cavaradossi de Tosca?

Soy demasiado normal, no tengo pinta de tenor (risas). Siempre he pensado que para cantar Tosca, que es un rol que todos los tenores desean cantar, tienes que ser famoso, un tenor importante, la gente se tiene que girar por la calle al verte, imagínese a Domingo cuando cantaba Cavaradossi: ya era un ídolo.  

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Antes de ser cantante era violinista. ¿Por qué empezó a cantar?  

Porque realmente era un violinista muy malo (risas). Soy un afortunado, porque encontré lo que creo que mejor puedo hacer, que es cantar. Todo empezó cuando ví en la televisión a los tres tenores, y me dije a mi mismo que esto era lo que realmente quería hacer. Claro que no es fácil, pero si quieres algo de verdad, tienes que ir a por ello. Soy un producto de los tres tenores. Después de diez años, estoy cantando en casi todos los lugares donde lo han hecho. Luciano Pavarotti ha sido mi mentor, y con Plácido Domingo he tenido la suerte de cantar  en el Metropolitan, y trabajar con él en Washington y Los Angeles. ¿Quién me lo iba a decir a mí diez años atrás, cuando era un admirador más de ellos, que iba a cumplir este maravilloso sueño?. 

¿Qué ha significado Pavarotti para usted?

Absolutamente todo. Me enseñó la clave para tener una larga carrera, qué es lo realmente importante, y cómo mantener siempre el nivel cantando. Muchos cantantes enfocan su carrera en cantar con más potencia, en intentar mostrar más de lo que realmente son capaces, pero la cuestión es que tienes que pensar más en tu vida, no en una función, necesitas proteger lo que tienes. Cuando personas de mi alrededor dicen yo soy rico o yo soy muy inteligente, yo siempre pienso, realmente no tengo nada, sólo mi voz, y la necesito para toda mi vida. La voz me ha enseñado que la vida con esta cualidad, es realmente maravillosa. Hago algo que realmente me apasiona, la gente me respeta, y por supuesto tengo que cuidarla. En mis quince años de carrera estoy realmente agradecido por estos consejos. Pavarotti me ha dicho una frase que siempre llevo conmigo: Cuanta mas calidad tengas, más larga será tu carrera. No escuches a la gente que intenta hundir tu carrera, no seas celoso de la gente que canta contigo. Espera y sé paciente, ésa es la clave. Los teatros acabarán contando contigo.  Acabo de hacer once funciones de Butterfly, y no es fácil, necesitas estar todos los días al 95%, porque sino es así, la gente dejará de pagar una entrada para escucharte. Por supuesto he aprendido cómo cantar, con Lucia, Rigoletto, que son muy importantes para el passagio, que es una técnica específica, la vocalidad, pero puedo llegar a las personas con la calidad, con la dicción. Es muy importante todas estas lecciones que he aprendido del gran Luciano Pavarotti, es el mejor regalo que me han podido hacer.

Que personalidades como Luciano Pavarotti o Plácido Domingo hayan alabado su voz, ¿da seguridad o sin embargo más responsabilidad?

Creo que un poco de las dos. Más que alabar mi carrera, para mí lo más importante es que me han apoyado y ayudado a desarrollar mi propio camino. Tu carácter, tu personalidad, cómo sobrevivir en este mundo tan complicado. Es difícil mantenerte en tu camino, no cambiar porque alguien piensa diferente. Nunca he tenido miedo de decir lo que pienso, y realmente si miro mi carrera estoy muy contento porque he hecho lo que realmente quería hacer. Creo más en mi instinto que en lo que me dicen otras personas. Les escucho, pero luego tengo una personalidad muy fuerte para decidir qué es importante para mí, no soy muy influenciable.  

 ¿Cómo consigue mantener la voz de forma saludable?  

Necesitas tener cuidado, ser precavido, establecer tus prioridades, no intentar convencer a nadie de que eres el mejor, esto es muy importante. Cometemos muchos errores cuando somos jóvenes, nos creemos que el mundo es nuestro, pero después de viajar durante cinco o seis años alrededor del mundo, te das cuenta de la cantidad de gente que hace lo mismo que tu, eres uno más. No somos diferentes a nadie, no producimos nada nuevo, no somos mejores. Primero tenemos que intentar alcanzar el nivel que ya existe, y después intentar mostrar algo diferente.  

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Creo que el repertorio francés es muy adecuado para su voz.  

Sí, totalmente cierto. Siempre me he sentido muy cómodo en este repertorio, y con la lengua. Creo que el albanés es tan difícil, que al final me resulta más fácil aprender otros idiomas.    

¿Ha pensado debutar Don Jose de Carmen?  

Creo que este rol es para una verdadera estrella, al igual que Werther, Riccardo de Un ballo in maschera, o Cavaradossi de Tosca. Es para cantantes más expertos. Primero tienes que tener una voz con mucha calidad para enfrentarte a estos roles, y segundo necesitas ser bastante famoso para cantarlos. No es común por ejemplo ir a ver un Werther por Charlotte, al igual que ir a ver una Traviata por Germont o Alfredo. Necesitas estar realmente preparado para cantarlos. Ahora mismo tengo treinta y seis años, tengo tiempo suficiente para cantar estos roles en un futuro, pero ahora  hay muchos roles del repertorio lírico que sé que puedo cantar mucho mejor. No es bueno correr demasiado.  

¿Tiene ofertas de otros teatros españoles?

Llevo muchos años deseando volver a Madrid, porque solo he cantado allí dos veces en óperas de compositores españoles, y nadie me recuerda (risas). Canté Elena y Constantino de Ramón Carnicer,  e Il burbero di buon cuore, de Vicente Martín y Soler. Me han llamado para volver con Rigoletto, Lucía y algún otro rol más, pero por temas de agenda no ha sido posible volver todavía. Canté el Réquiem de Verdi el año pasado en el Auditorio Nacional, y estoy deseando volver a cantar ópera en el Teatro Real. También he cantado Don Giovanni en Valencia, para mí siempre es un placer volver a España.

 Tengo la impresión de que hoy en día Mozart está infravalorado por los cantantes.

Es incomprensible. Bach y Mozart fueron la revolución. Todos los cantantes no deben olvidar que Mozart es el comienzo de todo, no sé porque hoy se engaña a la voz intentando cantar un repertorio más pesado con veinte o treinta años, cuando la voz no está preparada, sólo porque se cree que se va a tener más éxito en este repertorio. Para obtener un gran vino, hay que esperar, ser paciente, conlleva mucho tiempo. Con la voz es lo mismo.  

Sin embargo usted es muy joven y ya ha cantado prácticamente en todos los grandes teatros. ¿Alguna vez ha tenido la impresión de que ha corrido demasiado?

 No, para nada. No me importa dar diez pasos atrás, si el rol no es para mi. No acepto nada que no este totalmente convencido, pero por desgracia esto no es muy común. Tantas veces te dicen que no vas a tener más oportunidades. Se necesita dar opciones a los cantantes jóvenes, confiar en ellos, no juzgarlos por su edad. Cuando cantas un rol, lo normal es que lo cantes durante los siguientes años. Nadie hoy en día suele tener el conocimiento para decir, si cantas Lucía, puedes cantar Rigoletto. Si cantas el Elisir, puedes cantar Roberto Devereux, y si cantas  Traviata, puedes cantar Simon Boccanegra en diez años. No se suele tener la suficiente precaución con la voz. Es mi responsabilidad hacerlo, no del negocio o de terceras personas. Es por eso que tu estas cantando aquí, porque realmente algo estás haciendo bien. Muchos otros no tienen este control en su carrera, y esa es la razón por la que se pierden tantos grandes talentos por el camino.  

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¿Qué consejo le daría a los cantantes jóvenes?  

Que tienen que creer primero ellos en ellos mismos, trabajar muy duro y abrir los ojos y las orejas, que no se obsesionen con una cosa. Muchas veces nos encontramos perdidos en este mundo tan inmenso, pero cada uno tiene que encontrar su propio camino, y confiar en su propio instinto. Hay que tener calidad, estar bien preparado, y elegir bien. La vida da oportunidades a todos, pero cada uno tiene que perseguir las suyas

¿Cree que su físico ha podido ayudarle en su carrera?

Por supuesto, es muy importante. Hoy en día vivimos en un mundo mucho más superficial, y todos somos esclavos de esto. No debemos ir en contra, tenemos que encontrar el modo de resistirlo, es una revolución que reúne buenas y malas cosas. Es mi propia responsabilidad cuidar de mi mismo.  

Ahora mismo combina roles belcantistas con otros más líricos como Macduff, Pinkerton, Gabriele Adorno… ¿Se siente cómodo con ambos repertorios?

No encuentro que Macduff sea tan interesante como Gabriele Adorno o Pinkerton. Lo he cantado, pero no creo que lo vuelva a hacer, sin embargo con Gabriele y Pinkerton si me veo cantándolo en los grandes teatros, me he sentido muy cómodo con ellos. Creo que puedo combinar muy bien cantar Butterfly con el repertorio francés como La damnation de Faust, que ya he hecho en Moscú, o Faust, incluso con Boccanegra. También Luisa Miller es uno de los roles que incorporaré en un futuro. Es mi idea sobre mi carrera. Soy muy consciente que el repertorio pesado no es para mi vocalidad, por ejemplo Manon de Puccini, Otello, Andrea Chénier, la calidad de la voz en este tipo de repertorio es totalmente diferente. Por ejemplo las voces de Di Stefano, Giglu, Raimondi o Aragall, nunca alcanzaron los sonidos pesados de Del Monaco o Giacomini. Naces con una voz, aunque lo natural es que con los años se vaya ampliando, pero aún así no significa que cuanto tengas cincuenta años puedas llegar a cantar este repertorio.

 ¿Cómo cree que se desarrollara su voz en los próximos años?

Sinceramente, no creo que llegue a ser el nuevo Del Mónaco (risas). Ahora mismo tengo una voz lírica. Pero la voz lírica es muy amplia, abarca mucho repertorio. Me siento muy cómodo con el belcanto, creo que los papeles más significativos en mi carrera son los belcantistas, Nemorino y Edgardo. Hace algunos años quizás diría que Idomeneo, aunque Rodolfo siempre va a ser muy importante para mí, y creo que Gabriele Adorno será mi futuro.

¿Il Duca di Mantova?

Es realmente un rol muy complicado para el tenor. Lo he cantado muchísimas veces, y en teatros muy diferentes, y confieso que cada vez que lo canto encuentro algo diferente, y nunca estoy del todo satistecho. No sólo por la dificultad que supone, además eres el malo de la ópera y la gente casi siempre está en contra tuya. También la mayoría están esperando que cantes “La donna è mobile”, sin apreciar todo lo que cantes antes, que es mucho.

Reconozco que yo siempre espero por el aria “Parmi veder le lacrime”, creo que dice mucho del tenor.

Yo reconozco que sin embargo para mí es la parte más fácil (risas). No es lo común, pero sufro mucho más con “Questa o quella”, que cantas nada más entrar en escena y la voz no esta nunca lo suficientemente cálida, y además es muy difícil seguir el tiempo exacto de la orquesta, no es nada fácil. Suelo cantar mucho mejor en la función “Parmi veder le lacrime“ y el cuarteto que “La donna è mobile” y “questa o quella”. Sin embargo las incorporo mucho en mis conciertos, porque es más fácil que salga bien. Es muy importante el director en estas dos arias, sus tiempos son cruciales para mí.

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¿Qué tiene Albania que nos ha dejado varios cantantes para la historia? Inva Mula, Ermonela Jaho, Saimir Pirgu…  

Creo que nuestras historias son diferentes. Yo era un violinista albanés, pero realmente soy un cantante italiano, soy un producto de Italia. Ermonela, aunque estudió en Albania también es producto italiano, sin embargo Inva Mula si es un producto totalmente albanés.  Tiene que ver mucho con la cultura y lo que hemos vivido aquí. Por ejemplo Ermonela, estoy seguro que sin esas vivencias por supuesto no sería la misma, con esa sensibilididad tan impresionante.

Creo que es la primera vez en la historia que dos artistas albanos estrenan juntos la temporada de Ópera del Teatro Colón de Buenos Aires, como este año ha hecho junto con Ermonela Jaho.  

Lo hicimos primero en el Covent Garden de Londres, cuando todavía Ermonela no era tan conocida allí, y tuvo que sustituir in extremis a Anna Netrebko en el año 2010. Yo había hecho mi debut en Londres en el 2007, y tres años después pude cantar con ella allí. Es una compañera increíble y estoy encantado de compartir con ella escenario tantas veces. Este año en el Teatro Colón ha sido una experiencia increíble, puedo decir que es el mejor teatro en el que he cantado en mi vida, la acústica es sencillamente impresionante.

Creo que dos frases fueron suficientes para que Claudio Abbado le contratara como Ferrando de Cosí fan tutte

Es tan importante que confíen en ti, y que maestros como Abbado aprecien tanto a artistas jóvenes. Fue un poco surrealista. Él estaba en contra de todo el teatro, porque  era el único que realmente creía en mi. Y después de diez años, Muti me eligió para el Requiem de Verdi en Salzburgo con la Filarmónica de Viena. Tener a dos directores tan increíbles que realmente creen en ti, y te echan una mano en el momento justo te dan la seguridad y la confianza que necesitas cuando todavía estás empezando...

¿Qué directores han sido más importantes en su carrera?

Sinceramente, todos. Estoy orgulloso de poder decir que desde tan joven pude trabajar con directores tan buenos. Daniele Gatti, Pappano, Gardiner, Luisi, Petrenko, Phiippe Jordan, con el que hice mi debut en Salzburgo con Elina Garanca en el 2004 cuando yo tenía 22 y él tenía 30. Jordan era el director en el festival. Yannick Nézet-Séguin, que será sin duda el siguiente gran director. Estoy feliz de poder haber trabajado y haber adquirido diferentes experiencias que te hacen crecer muchísimo, y realmente no creo que sea suerte. Para mí la suerte fue haber conocido a Pavarotti o a Claudio Abbado, en momentos tan cruciales de mi carrera, todo lo demás es trabajo duro diario. No creo que trabajar con todos ellos sea una casualidad.      

¿Tiene alguna debilidad?  

Ser demasiado seguro en mis decisiones. Puede parecer algo positivo, pero realmente no lo es, porque a veces por estar tan seguro cometo grandes errores, en algo que realmente creía que era lo mejor para mí.  

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¿Qué es lo mejor y lo peor de esta carrera?

 La mejor parte es que me dedico  a lo que realmente quiero y me garantiza una vida maravillosa. Lo peor es que soy esclavo de mi voz y a veces es peligroso y es un gran sacrificio, hay que tener mucho cuidado. Tu vida al final gira entera entorno a los caprichos de tu voz.

¿Es difícil tener una familia cuando se llega a un nivel como el suyo?

 Es la parte en la que nunca piensas, no es imposible pero es muy difícil. Creo que siempre corres el riesgo de no estar con tus hijos y que los tengan que cuidar sus abuelos, porque para un niño esta vida no es posible. Antes era mucho más fácil porque te solía acompañar tu mujer, o tu marido pero hoy en día esto es cada vez más difícil. Antes de hacerlo tienes que pensarlo mucho realmente, no se puede ser egoísta.

¿A qué tenor admira mas?

 Por supuesto no tengo que decir que Pavarotti es mi ídolo. Siempre he admirado muchísimo a Aragall y Domingo. Pero las voces que de verdad me llegan son las de Carreras y Di Stefano, la luce y el squillo de ellos era realmente increíble. No me ofendo cuando me dicen que hoy en día se ha perdido esa forma de cantar, porque creo que es totalmente verdad, hoy en día producimos más sonido, pero con menos calidad. He pasado años escuchándoles  e investigando como  poder emitir esa calidad con el sonido correcto.

¿Qué rol nunca ha cantado y le gustaría hacer en un futuro?  

Me encantaría cantar Manon Lescaut, pero sé que eso nunca va a poder ser(risas).  

¿Qué rol, adecuado para su voz, le gustaría cantar en un futuro?  T

Tengo el sueño de poder debutar Luisa Miller, que es un rol muy difícil para el tenor. Tengo que ver como evoluciono con otros roles, pero todavía soy joven. Creo que me ha aportado muchísimo debutar King Roger de Szymanowski, en el Covent Garden y en Australia, y que las óperas rusas o checas como Iolanta o Rusalka, irían muy bien a mi voz, también Francesca da Rimini que no es una ópera tan representada. No quiero cantar sólo el repertorio italiano y francés.  

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¿Lensky?  

Creo que es un rol muy fácil para el tenor, y que muchos tenores rusos cantan este rol mejor que yo. Me interesa mucho más Vaudémont de Iolanta.

¿El repertorio alemán?

 No lo sé… no estoy tan seguro de que pueda cantarlo. Quizás cuando tenga cuarenta y cinco o más pueda cantar Lohengrin.

¿El caballero de la rosa de Strauss?  

Seguro que si, me encanta.

¿Cuál es su compositor preferido?

 Mozart y Verdi. Para mí ambos reúnen el mejor libreto, la mejor música y el mejor teatro.  Para el violinista que aún hay dentro de mí es Dvorak. 

¿Con qué momento se quedaría de su todavía corta pero intensa carrera?.

Principalmente que soy un hombre feliz, sin duda es lo más importante. ¿Qué puedo decir? Cantar Idomeneo cuando tenía veintidós años, ser el debutante más joven en el festival de Salzburgo, trabajar con Riccardo Muti… todas estas cosas no son nada si realmente no eres feliz con lo que haces, y yo tengo la inmensa suerte de disfrutar tanto con cada cosa que hago, que creo que eso también se refleja en el escenario.

 ¿Próximos compromisos?

Después de este Romeo y Julieta en Barcelona, iré a Tokyo a hacer L´elisir d´amore, Rigoletto en Munich. El año que viene iré a París con una nueva Traviata de Deborah Warner, con la que estoy muy ilusionado.

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