CODALARIO, la Revista de Música Clásica
Está viendo:

El mayor tesoro del Teatro de la Zarzuela todavía está por desenterrar. Un artículo de Nuria Blanco Álvarez

  • Comparte en Facebook
  • Comparte en Twitter
  • txcomparte_whatsapp
Autor: Nuria Blanco Álvarez
6 de marzo de 2021

«Sin duda merecería la pena el trabajo arqueológico de recuperación de esta magnífica cápsula del tiempo, un tesoro de la Historia de la música española que, literalmente, cimenta la Zarzuela»

El mayor tesoro del Teatro de la Zarzuela todavía está por desenterrar

Por Nuria Blanco Álvarez | @miladomusical
Hoy justamente se cumplen 165 años de un hecho trascendental para el mundo de la zarzuela y es que el 6 de marzo de 1856 se ponía la primera piedra para la construcción del edificio de la calle Jovellanos, el Teatro de la Zarzuela.

   El primer gran espaldarazo para la creación de nuestro género lírico nacional se dio con la creación en junio de 1851 de la llamada Sociedad Lírico Española, conocida como la Sociedad del Circo. Tras alguna que otra frustrada tentativa previa para establecer la zarzuela en Madrid a través de una sociedad, es Joaquín Gaztambide quien toma la iniciativa al tener la idea de alquilar el teatro del Circo y establecerse allí por su cuenta junto a Francisco Asenjo Barbieri y el cantante Francisco Salas. Barbieri propone entonces erigirse en sociedad junto a los autores que hasta entonces habían escrito zarzuela con éxito, los compositores José Inzenga, Cristóbal Oudrid y el padre de la zarzuela restaurada, Rafael Hernando, junto al libretista Luis de Olona, conocidos todos ellos como el «Grupo de los siete» que, efectivamente, se constituyen en sociedad y alquilan el teatro del Circo para, desde él, cultivar el género lírico nacional. Su intención era contratar a una compañía de zarzuela y a los mejores libretistas del momento para que les suministraran material para sus obras.


   El domingo14 de septiembre se inaugura la nueva etapa en el teatro del Circo con esta sociedad al frente, estrenando la zarzuela en dos actos ¡¡Tribulaciones!! con música de Joaquín Gaztambide sobre un libreto de Tomás Rodríguez Rubí, pero será el siguiente estreno el verdaderamente trascendente para el mundo de la zarzuela. El 6 de octubre de 1851 se estrena en el teatro del Circo la primera zarzuela grande de la historia, Jugar con fuego de Barbieri con libreto de Ventura de la Vega que, en palabras de Emilio Casares, «se convirtió en el jalón definitivo de la zarzuela al marcar las características de la posteriormente denominada zarzuela grande, implicando una revolución formal». Será una vía definitiva para reformar el género lírico español y, por supuesto, una alternativa a la supremacía en España de la ópera italiana, con la que, por primera vez, puede competir de tú a tú.

   Pero no todo fueron éxitos para esta sociedad que tuvo además que hacer frente al hecho del cierre de los teatros ante los acontecimientos revolucionarios de 1854 con el levantamiento de O´Donnell, lo que supuso tener que realizar un gran desembolso económico para la reapertura, nada menos que 20.000 reales de vellón por persona, que varios de los miembros de la sociedad no podían afrontar y también comenzaron a producirse ciertas rencillas internas al no haber sido similar la capacidad productiva de los distintos socios (Barbieri compuso 17 actos, Gaztambide 14, Oudrid 9, Hernando 3 e Inzenga 2, mientras que Olona había escrito casi el 90 % de libretos de las obras estrenadas en el Circo y Salas las había representado); por todo ello los tres músicos menos rentables hubieron de abandonar la sociedad.


   La primitiva Sociedad del Circo, reducida ahora a Olona, Salas, Gaztambide y Barbieri, en vista del excesivo alquiler que les imponía el empresario del teatro, siendo además ahora solo cuatro a participar en los pagos, deciden intentar construir el suyo propio y destinarlo exclusivamente a la música lírico dramática española buscando, por un lado, una fuente de financiación y, por otro, un terreno donde erigirlo.

   En un principio se interesan por un solar de la calle Barquillo, justo frente a su ahora competidor Teatro del Circo, sin embargo, no llegan a un acuerdo con su dueño, José Salamanca. La casualidad hace que Salas de cuenta de un espacio aprovechable justo en frente de su casa, en la calle Jovellanos, tal y como lo describe Barbieri se trataba de «unos talleres de coches que eran unos inmundos casuchos pero que revelaban tener más que suficiente terreno para la construcción de un teatro».

   Empiezan entonces las negociaciones con el banquero Francisco de las Rivas para que financie el proyecto, llegando pronto a un acuerdo. El 19 de febrero de 1856 se empezó la demolición de los casuchos y el 2 de marzo comenzaron las excavaciones. Apenas unos días después, el jueves 6 de marzo de 1856, la hija del empresario, Carmen de las Rivas, coloca la primera piedra del teatro de la Zarzuela en un acto en el que los cuatro socios, Gaztambide, Olona, Barbieri y Salas depositan en una caja de plomo varios libretos de las zarzuelas de los principales autores del género desde el restablecimiento de la zarzuela con El duende de Hernando, pieza paradigmática que, junto a Colegialas y soldados del mismo compositor, establecen las bases de la zarzuela moderna y también se incluyó el libreto de Jugar con fuego de Barbieri, primera zarzuela en tres actos y origen de la Zarzuela grande. Además, se incluyó un acta firmada por todos, redactada por Luis de Olona y manuscrita en pergamino por José López de la Flor, oficial primero del Archivo del Duque de Osuna, y que rezaba así:


«El edificio que hoy se levanta, está destinado a las representaciones Lírico-Dramáticas que hace cinco años, desde la formal creación de la Zarzuela, tiene lugar en el Teatro del Circo, situado en la Plaza del Rey. Merced a la honrosa cooperación del señor de las Rivas, quien como dueño de estos solares y en gracia de su entusiasmo por el género lírico-español costea la construcción del nuevo Teatro, para que sea un día propiedad de los empresarios de la Zarzuela; éstos, con la constante fe que los anima, esperan que el arte lírico-español tendrá en este recinto un templo digno del porvenir que le aguarda y un culto tan noble y duradero como debe ser su gloria. La presente acta, que firman los señores cuyos nombres constan al frente de ella, queda desde luego depositada en esta piedra con los libros de las zarzuelas cuyo éxito ha contribuido más directamente hasta la fecha a la prosperidad y a los adelantos del género».

   El propio Barbieri deja constancia precisa de la ubicación del tesoro: «La piedra quedó depositada a dos pies de distancia a la derecha del eje o centro de la fachada». Sin duda merecería la pena el trabajo arqueológico de recuperación de esta magnífica cápsula del tiempo, un tesoro de la Historia de la música española que, literalmente, cimenta la Zarzuela.

  • Comparte en Facebook
  • Comparte en Twitter
  • txcomparte_whatsapp

Compartir

<< volver

Búsqueda en los contenidos de la web

Buscador

Newsletter

Darse alta y baja en el boletín electrónico