La soprano valenciana Isabel Rey celebra sus 25 años de carrera con un recital en el Teatro de La Zarzuela de Madrid, en el que ofrecerá un programa totalmente español. La primera parte estará centrada en canciones de García Abril ("Canciones de la Floresta"), Tomás Marco ("Mysteria") y las "Siete canciones populares españolas" de Manuel de Falla. La segunda estará dedicada a la zarzuela, con romanzas de obras de Barbieri, Turina, Guridi y Moreno Torroba. Le acompañará el coro y la orquesta de la Comunidad de Madrid, titulares del Teatro de La Zarzuela, bajo la dirección de Cristóbal Soler. La gran soprano española concede a CODALARIO una amplia entrevista en la que, además de hablar con total franqueza sobre su trayectoria artística en relación con las diferentes temporadas líricas españolas, nos adelanta que el día 12 de mayo de 2013 volverá a organizar una fiesta lírica de carácter benéfico como la que ya ofreciera hace dos años en el propio Teatro de La Zarzuela.
-No es fácil llegar a cumplir 25 años de carrera, especialmente en una época caracterizada por períodos artísticos más fugaces que en generaciones anteriores. ¿Cuáles has sido las bases fundamentales en su caso?
- Pues, como siempre, mucho trabajo y mucha autocrítica. Esta profesión es muy complicada, el canto se basa en un instrumento que está dentro de nosotros, al que sentimos pero al que no podemos acceder interiormente, lo que nos conduce con facilidad a desviarnos del buen camino técnico. Todos los instrumentos musicales son aparatos de precisión, y se requiere una gran disciplina, aprendizaje y práctica para tocarlos. En el canto sucede lo mismo. Nuestros músculos son los mecanismos del instrumento y, nuestro cuerpo, (la cabeza en este caso) la caja de resonancia. El dicho: "El escenario hace al artista pero mata al cantante" es muy cierto pues, con la escena, se tiende a desatender el instrumento y, si uno no está atento y listo para corregir esos desajustes, se van convirtiendo en crónicos y, pasado cierto tiempo, ya no hay vuelta atrás. Hay que tener mucha autocrítica, oírse mucho, y tener alguien de confianza, con conocimientos de voz y muy buen oído, que te diga la verdad, la auténtica verdad. Yo he tenido mucha suerte y tengo dos personas que cumplen con ese cometido. Hay que aceptar con normalidad ese análisis, y trabajar duramente para corregir las desviaciones técnicas. Creo que no hay otro secreto para mantenerse muchos años en carrera.
- Recuerdo perfectamente, porque tuve la oportunidad de presenciarla, una estupenda Ilia de "Idomeneo" que cantó en 1991 junto a Montserrat Caballé (con quien tuvo una inolvidable participación en sus clases magistrales de 1988 en el Auditorio Nacional), en el Teatro de La Zarzuela, el mismo recinto donde va a ofrecer este recital conmemorativo de sus 25 años en el mundo de la ópera ¿Fue su debut operístico en Madrid? ¿Qué recuerdos tiene de dichas funciones?
- Pues si, fue mi debut operístico en Madrid, y creo recordar que solo había interpretado dos óperas más anteriormente, y ninguna de Mozart. Tengo un recuerdo muy bonito. Yo debía tener 22 o 23 años, y me encontraba entre verdaderos "monstruos" de la lírica como Caballé, Wimbergh... Me sentía en la gloria, como se podrá imaginar. La producción era preciosa, de Emilio Sagi, con quien es un placer trabajar, y que además he repetido en varias ocasiones, la última no hace mucho. Ilia es un papel fantástico, para una lírica pura, aunque en aquellos tiempos yo era una ligera; quizás está más cerca de mi vocalidad ahora que entonces, pero cuando oigo la grabación, escucho cosas muy interesantes. Parece que Harnoncourt las escuchó también, pues tres meses después audicioné para él con esas arias y posteriormente trabajamos mucho juntos.
- Su período en Zurich ha sido muy importante en su carrera. ¿Cómo valora esa etapa como cantante de compañía y qué influencia ha tenido en su trayectoria?
- Zurich ha sido fundamental en muchos sentidos. Lo que en principio iba a ser un periodo de 4 o 5 años donde hacer repertorio y rodarme como cantante, se convirtió en mi lugar sagrado y preferido para cantar. La causa principal es sin duda que el intendente de la ópera fuese Alexander Pereira, que en el año 91 se puso al frente y formó un equipo de cantantes jóvenes en los que confió ciegamente, uniéndolos a un número enorme de primeras figuras del canto, junto a grandes maestros. Pereira es un enamorado del canto y los cantantes, lo que hace que el teatro dirija ciertas prioridades en función de ellos: elección de repertorio, descansos, buenos repertoristas a disposición, producciones "cantables", etc... Eso hace que para los jóvenes sea más fácil desarrollarse como cantantes, sobre todo porque desde el principio empiezas a hacer primeros roles con los grandes, y eso hace que no te puedas dormir en los laureles, porque tu no puedes "desentonar" en una producción. En mi primer año debuté: Jemmy del "Guglielmo Tell" con Zancanaro y Santi, Susanna con Popp, Prey y Hampson, y Gilda con Pons, Araiza y Santi... como para dormirte! Esto ha sido así durante estos 21 años en los que he tenido una relación profesional intensa con la Opernhaus Zürich, y la verdad es que me siento un poco "huérfana" ahora que he dejado definitivamente esta relación, porque Pereira lo ha dejado también, ha marchado a otro teatro. Yo empiezo una nueva etapa como soprano lírica pura, con un repertorio nuevo y... bueno, había que cambiar. Empiezo una segunda carrera...
-Ahora, en plena madurez artística, pero conservando la frescura vocal ¿Dónde encuadraría su voz y que repertorio considera más adecuado en estos momentos, con miras al futuro más próximo?
- Lo importante es, efectivamente, seguir manteniendo la frescura vocal, como hacían los grandes cantantes de generaciones anteriores, y esto solo se consigue si la voz está en la posición justa. Ese es el Santo Grial del cantante, que hace que fenómenos como Kraus, Pons, Nucci, Freni, llegaran a cantar con edades como las que tienen con esa frescura vocal. Yo he tenido la suerte de cantar con ellos y ver cómo la vigilancia técnica les siguió hasta el final de sus carreras. Yo comencé como soprano ligera con una buena extensión, pues iba con mucha facilidad al mi bemol y tenía muy buena coloratura. A medida que pasaba el tiempo, con el trabajo y el estudio, mi voz fue tomando cuerpo en el centro y empecé a introducir papeles de lírico ligera. El siguiente paso era el natural, el paso a lírica pura, pero yo observaba que muchas sopranos que hacían ese paso seguían usando recursos antiguos, que la voz se caía de posición y perdían extensión. A mí me empezó a ocurrir lo mismo, y entendí que el espacio y el apoyo que usa una soprano lírica no tenía nada que ver con lo que yo hacía, por lo que había que reconducir los recursos que yo usaba a un "nuevo instrumento". Decidí cambiarlo todo... descubriendo una emisión más fácil, más brillante y más densa, que me permite abordar con la vocalidad adecuada papeles con los que no hubiera podido soñar anteriormente como son Mimí, Desdemona, Contessa o Fiordiligi. Hay muchos papeles que canté como lírica ligera, que me gustaría abordar como soprano lírica, como es el caso de la Blanche de "Diálogos de Carmelitas", papel que adoro, Melisande... y sobre todo abordar papeles nuevos, composiciones nuevas... Como músico me encanta descubrir partituras. Siempre intento poner algo nuevo en mis recitales y conciertos, ¡hay que descubrir, avanzar, crecer...!
-De entre todos los compañeros con los que ha compartido escenario en estos 25 años ¿Quién han sido con los que mejor relación ha tenido, más a gusto ha estado y, asimismo, ha admirado más por su desempeño sobre las tablas?
- Soy muy afortunada, porque tengo muchos amigos en esta profesión. Prueba de ello es la Fiesta de la Lírica que organicé en el 2010 en el Teatro de la Zarzuela y a la que vinieron 21 compañeros de forma desinteresada, a colaborar con la Asociación San Juan de Adeje, de la que soy madrina, produciendo uno de los conciertos más bonitos que se han visto últimamente en Madrid. El 12 de mayo de 2013 celebraremos la segunda Fiesta de la Lírica, en el mismo escenario, y estoy viendo que vamos por el mismo camino, ¡seremos muchos en escena! Yo creo que las nuevas generaciones de cantantes tenemos menos problemas para relacionarnos entre nosotros. Entre mis amigas del alma se encuentran muchas sopranos a las que adoro. No tengo ningún sentimiento de rivalidad hacia ellas; al contrario, nos comentamos las cosas que hacemos y consulto ciertas cosas con ellas para ver cómo se han sentido en determinados roles. Lo que si es cierto es que luego, en el escenario, estableces una relación/comunicación/entendimiento con unos más que con otros, algo normal por otra parte. Sin lugar a dudas, mis colegas más cercanos están entre los tenores y los barítonos, que son con los que mantengo una mayor relación entre personajes, la mayoría de las veces somos familia! y dar un nombre es muy complicado porque son muchos con los que he tenido momentos inolvidables, y a los que admiro. Pero para dar algunos nombres, pienso en mis innumerables Rigolettos con Juan Pons, que es mi amigo del alma... con el que he hecho además Falstaff. En mi opinión es el mejor Falstaff de la Historia. Nos conocemos desde hace más de 20 años. Me queda la pena de no haber podido hacer con él el "Simon Boccanegra", que sí he hecho con Nucci, otro artista con el que es facilísimo cantar, entenderse y hacer música y que ha sido también mi Rigoletto en los últimos 10 años. Con José Carreras he hecho más de 60 conciertos, lo que hace que tengas una conexión buenísima a la hora de cantar; Piotr Beczala,es un maravilloso colega y amigo con el que disfruto enormemente; Carlos Álvarez... ¡que puedo decir de él! bueno, sí, que me debe un "Simone" -risas- ¡Me encantaría poder hacerlo!; Jonas Kaufmann es un autentico fenómeno vocal, musical y escénico, que te hace sentir como pocos en el escenario. Podría escribir cinco páginas contando maravillas de mis colegas. Si hago una lista rápida de los cantantes con los que he cantado, en tenores estarían: Aragall, Kraus, Domingo, Araiza, Wimberg, Florez, Macias, Carreras, Beczala, La Scola, Sartori, Kaufmann, Albelo, Machado, Bros... y de barítonos: Pons, Nucci, Alvarez, Lanza, Zancanaro, Hampson, Gilfry, Terfel, Bruson... bajos: Van Dam, Polgar, Salminen, Colombara, etc... Y en sopranos, aunque son muy pocas las óperas en las que coincidimos dos sopranos, (casi todas han sido mis Condesas), he podido cantar con: Popp, Caballé, Freni, Frittoli, Ghazarian, Mei, Mosuç, Hartelius, y tambien en la cuerda de Mezzo, Baltsa, Kaluza, Kasarova, Nickiteanu, Murray. A todos los admiro y respeto enormemente, porque han dado y están dando lo mejor que tienen por esta profesión.
-Ya se ha referido al concierto benéfico o fiesta lírica que organizó el pasado año en el propio Teatro de La Zarzuela. ¿Piensa seguir con este tipo de iniciativas?
- Como dije anteriormente, el próximo 12 de mayo haremos la segunda Fiesta de la Lírica, con muchos amigos/colegas que generosamente se van a prestar a esta buena causa. En la anterior Fiesta logré traer a 21 cantantes españoles y todos quieren volver si sus agendas lo permiten. Este año, además, contaremos con nuevos cantantes que ya han confirmado su asistencia. Iremos haciendo públicos sus nombres a medida que nos vayamos acercando a la fecha. Pero estoy segura de que será tan espectacular como la vez anterior. Os esperamos a todos. Además quiero agradecer la disponibilidad del Teatro de La Zarzuela, que se ofreció en la misma noche del primer concierto a repetir la Fiesta de la Lírica en fechas futuras. Esperemos que el éxito siga y lo hagamos cada dos años.
- Sus presencias en el Liceo de Barcelona han sido escasas y en el Teatro Real de Madrid mucho más numerosas, pero un tanto alternas y sin total continuidad. Cómo valora su presencia en los teatros españoles durante estos años y particularmente, en los dos principales, Liceo y Real? ¿No cree que ha sido insuficiente y menor de la que merecía?
- Mi presencia en el Teatro Real ha sido muy intensa. He cantado desde la primera temporada unas ocho producciones ("Nozze", "Rigoletto", "Rosenkavalier", "Bohéme", "Cuentos de Hoffmann", "Carmen", "Tamerlano", "Il Trionfo", y una segunda vez "Nozze"), sin embargo, es cierto que en el Liceo sólo he cantado una vez, y ni siquiera una ópera de repertorio. Entiendo que no gusto al Sr. Matabosch y lo respeto profundamente. Más amargor me produce el hecho de no haber cantado ópera en mi tierra, Valencia, después de tantos años de funcionamiento del Palau de Les Arts. Han hecho óperas que he cantado en muchos teatros y que he grabado, pero ni siquiera he recibido una oferta. El otro día, viendo la película homenaje a Victoria de Los Ángeles, se me cayeron las lágrimas cuando ella, con voz triste, reconoce el pesar que le producía el no haber cantado en el Liceo durante 25 años, ¡los mejores de su carrera!. No lloraba por el capricho de alguien que no entendió que ese no era su teatro, sino por el público de Barcelona. Seguro que hubieran querido oír a su paisana en sus mejores roles. Me vino a la mente que éso me podría ocurrir a mi en mi tierra, en Valencia, donde nací, donde estudié canto, donde me formé. Ahí realmente me di cuenta de lo que duele, pero no ya el que una señora alemana decida que no cantas en su teatro, sino que las autoridades valencianas desconozcan estas situaciones, o no sepan ni puedan remediarlas.
-¿Se ha puesto en contacto con usted la actual dirección artística del Teatro Real?
- Pues no; aunque mi agente ha insistido en varias ocasiones, no ha podido entrevistarse con la actual dirección. Precisamente hace unos días conocí personalmente al Sr. Mortier, en un concierto en el Teatro de la Zarzuela, y nos saludamos muy cordialmente. Me dijo que intentaría venir el próximo 7 de noviembre a mi concierto. Espero que pueda y nos sirva para buscar compromisos futuros, pues para mí el Real es mi segunda casa después de Zürich, y adoro Madrid.
- ¿Cuáles son sus próximos proyectos?.
- En breve me voy a Japón, para una tourné donde voy a debutar La Contessa de Le Nozze di Fígaro, y es todo un reto, pues después de haber cantado tantas veces Susanna, se me va a hacer muy extraño el abordar este personaje. También voy a cantar la Marguerite del Faust, que ya canté hace unos años como lírica ligera, y que ahora necesita un nuevo enfoque, al igual que La Donna Anna... Muchos retos.
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