Crítica de la ópera Die Fledermaus de Johann Strauss en Bolonia bajo la dirección musical de Sasha Yankevych
Una comicidad fallida
Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 22-XII-2023. Comunale Nouveau. Die Fledermaus [Johann Strauss / Carl Haffner y Richard Genée]. Mert Süngü [Gabriel von Eisenstein], Desirée Rancatore [Rosalinde], Nicolò Ceriani [Frank], Miriam Albano [Principe Orlofsky], Matteo Falcier [Alfred], Birger Radde [Dr. Falke], Salvatore Grigoli [Dr. Blind], Anaïs Mejías [Adele], Francesca Micarelli [Ida], Vito [Frosch]. Coro y Orquesta del Teatro Comunale. Director de escena: Cesare Lievi. Director musical: Sasha Yankevych.
El murciélago se representó en Viena en el Theater an der Wien el 5 de abril de 1874 con gran éxito, siendo una opereta llena de humor refinado, ironía y magnífica música. Deriva de la comedia francesa Le réveillon de Henri Meilhac y Ludovic Halévy. La trama, llena de enredos amorosos y cambios de identidad, se desarrolla en una fiesta de disfraces con un magnífico baile y un optimismo y euforia desbordantes. Sin duda por esta razón en Austria y Alemania se suele rpresentar en el periodo navideño. La alegría de esta opereta deriva de una partitura de música de baile y de una exigencia vocal compleja que la elevan por encima de su género. En Bolonia se ha propuesto en italiano, contrariamente a la costumbre de mantener la lengua original del libreto. Para respetar la métrica de Strauss la versificación en italiano degrada fuertemente su valor primigenio y el texto pierde también los juegos de palabras y la ironía del original alemán.
Se ocupa de la dirección escénica Cesare Lievi, en cuya opinión el título podría ser «Il pipistrello ovvero lo struzzo» (El murciélago o bien el avestruz) porque los personajes se traicionan y son desleales entre ellos, no quieren verse como realmente son y se autoengañan con el conocido reflejo del avestruz. Por esta razón Cesare Lievi presenta en escena el motivo recurrente del avestruz, primero en un discretosegundo plano, embalsamado a gran tamaño en el centro del escenario en el segundo acto, y en una jaula en el tercero. Desafortunadamente la dirección está acompañada por una escenografía insípida y un vestuario ramplón, ambos de Luigi Perego. En el primer acto se simula estar en un teatro con técnicos que apuntan los proyectores sobre los personajes, mientras en los siguientes se prescinde ya de esta propuesta superflua. Es obvio por otra parte que en los numerosos diálogos hablados los cantantes líricos no estaban en su elemento, en claro perjuicio de la comicidad. Perfecta en cambio la iluminación de Luigi Saccomandi, bella la coreografía de Irina Kashkova y excelentes los bailarines.
Dirige la orquesta el joven ucraniano Sasha Yanchevych, segundo premio en el concurso Toscanini de 2021, a quien ya conocemos por su dirección del concierto del pasado 17 de noviembre. Ya desde la obertura, auténtica y universalmente conocida obra maestra, el director ha mostrado su capacidad de individualizar cada episodio y de subrayar los tiempos rápidos, los audaces contrastes dinámicos, la elegancia, la vivacidad y la alegría de vivir. Flexible y notable la prestación del coro preparado por Gea Garatti Ansini.
El reparto es de buen nivel. Desirée Rancatore luce un timbre atractivo, una magnífica línea de canto, gran seguridad en los agudos y sapiente técnica. A menudo está en el centro de la escena interpretando a la Sra. Eisenstein, con tonos demasiado dramáticos sin la debida frivolidad de quien tiene un amante, Alfred, el tenor Matteo Falcier con buenos agudos y un timbre claro que destacan sobre todo en el dúo del primer acto. Anaïs Mejías natural y encantadora como Adele, con una voz sin problemas en el agudo como demostró en sus momentos solistas. El tenor Mert Süngü fue un Eisenstein muy convincente, con voz de timbre muy lírico y justa proyección. Miriam Albano como un Príncipe Orlofsky en travesti con voz de timbre atractivo y buena proyección, pero constreñida en el recitado a imitar la voz masculina empañó la naturalidad de los diálogos. Nicolò Ceriani fue un Frank perfecto como actor y cantante. Francesca Micarelli una magnífica Ida, presente en escena durante toda la obra. Correctos Birger Radde y Salvatore Grigoli como Dr. Falke y Dr. Blind respectivamente. Perfecta la participación de Vito, el cómico Stefano Bicocchi, como el carcelero Frosch.
Aunque la parte musical fue sin duda excelente, la insulsa escenografía y sobre todo la parte recitada robaron a la opereta la frivolidad, la ligereza y la alegría que se esperan del género. Pocos aplausos de un público ostensiblemente desmotivado.
Fotos: Andrea Ranzi