Madama Butterfly (G. Puccini). Gran Teatro del Liceo, 24/03/2013
En contadas ocasiones, a la hora de representar una ópera, se dan cita elementos que presumen ser garantía de éxito casi antes de que se levante el telón. Ése ha sido el caso de las representaciones de Madama Butterfly en el Liceo que nos ocupan y que desde hace semanas colgaban ya en las taquillas el cartel de "no hay entradas". El atractivo de estas citas era resultado de reponer un título central en el repertorio más popular, junto con la presencia de un intérprete mediático como Roberto Alagna en el rol de Pinkerton, amén de una notable intérprete, Hui He, para encarnar el rol de Butterfly. Redondeaba la apuesta segura la reposición de una coproducción entre el Liceo y el Covent Garden, a cargo de Moshe Leiser y Patrice Caurier. Una puesta en escena de tintes clásicos, realistas, con muy poca imaginación y ayuna en poesía, pero vistosa y cómoda para el espectador menos bregado, que era en última instancia el que buscaban también estas funciones, en una apuesta más comercial y ocupando el hueco de un proyecto anterior que no pudo llevarse a cabo por las apreturas presupuestarias del teatro barcelonés.
La soprano china Hui He tiene cogido el punto al rol de Cio-Cio-San y matiza en multitud de pasajes su interpretación. Vocalmente maneja con soltura el filado y la emisión en piano, jugando casi a placer con las dinámicas. A cambio, no es menos cierto que el instrumento carece en el centro y en el grave de la entidad necesaria, quedando el tercio agudo como la sección más apreciable de su timbre. Ofreció lo mejor de sí en el dúo con Pinkerton en la escena final, siendo curiosamente su parte solista, "Un bel di vedremo" la más rutinaria de su interpretación.
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