MARIELLA DEVIA, EL MAGISTERIO POR NORMA
NORMA (Bellini) Bolonia, Teatro Comunale, 13-4-2013. Mariella Devia (Norma), Carmela Remigio (Adalgisa), Aquiles Machado (Pollione), Sergey Artamonov (Oroveso), Alena Sautier (Clotilde), Gianluca Floris (Flavio). Dirección musical: Michele Mariotti. Dirección de escena: Federico Tiezzi. Escenografía: Pier Paolo Bisleri.
La estupenda y radiante tarde de Sábado nos permitió asistir a una curiosa estampa llena de contrastes. La explanada enfrente de la fachada principal del Teatro Comunale de Bolonia, situado al lado de la famosa Universidad de la ciudad, rebosaba de jóvenes en animado botellón, mientras los aficionados, muchos de ellos vestidos de etiqueta, ya que era el estreno, hacían su entrada en el recinto para poder presenciar el debut de Mariella Devia como Norma. Todo ello en un civilizadísimo clima de tolerancia mutua.
Un acontecimiento esta Norma, ya que se representaba por primera vez en Bolonia en época moderna la versión original de la partitura, es decir, con Adalgisa cantada por una soprano y además, como homenaje a Richard Wagner en su centenario por parte de la ciudad más wagneriana de Italia, se interpretó el aria para Oroveso "Norma il predisce, o druidi", que compusiera en 1837 el genio de Leipzig, rendido admirador de la obra maestra belliniana.
También era un gran aliciente, cómo no, el debut de la gran Mariella Devia en el legendario papel. Una artista que por propia elección y como consecuencia de su temperamento, ha llevado una carrera de casi 40 años dentro de una gran discreción y alejada de la fama, la popularidad y cualquier expresión del star system. Una cantante admirada por conocedores y amantes de su grandiosa técnica, su profesionalidad, seriedad y dedicación sin alaracas, ni otras veleidades que el puro servicio al canto. Algo que no abunda precisamente entre las estrellas líricas actuales.
Su planteamiento, como no podía ser de otra manera, sabio, inteligentísimo, apoyado en una dirección musical y una producción totalmente al servicio de su interpretación que, descartada la intensidad dramática de otras intérpretes y asumiendo la justeza del volumen y la falta de la consistencia en centro y grave que requiere el papel, lo lleva a su terreno y sin forzar en ningún momento, expresa todo a través del canto. Al fin y al cabo Bellini expresó con rotundidad: "Il dramma per musica deve far piangere, inorridire, morire... cantando". Asimismo, su aproximación al papel y todo el planteamiento escénico y musical de la representación pusieron el acento en el importante elemento de tragedia neoclásica que, junto al romántico, confluyen en la genial partitura del compositor catanés.
En esa línea, la Devia con una voz aún en buen estado a pesar de algunos sonidos áridos en el centro y un agudo que ha perdido, lógicamente, parte de ese brillo y punta de antaño, compuso una protagonista noble, superior lógicamente en los momentos patéticos a los de fiereza y estallido dramático y en la que, la sobriedad del carácter de la soprano conectó perfectamente con el marco de austeridad Gluckiano-Spontiniano tan presente en Norma.
Por descontado que el fundamento de su interpretación radicó en su magistral técnica y dominio de todos los resortes del bel canto. Altísima factura en el canto spianato, afinación impecable, perfecta colocación, morbidez, precisión en la agilidad, dominio de las regulaciones dinámicas, control del aire, musicalidad y elegancia. Si al recitativo "Sediciosi voci", nobilísimo, le faltó incisividad, fantástica resultó su manera de delinear un "Casta diva" con un fiato aún estimable y en la que destacó la parte intermedia del aria, lunar, mágica, en la que la veterana soprano desgranó de manera pulquérrima el pasaje de agilidad apoyada en la refinadísima dirección de Mariotti y una estupenda prestación del coro en un subyugante pianissímo. El público felsineo prorrumpió en una ovación inacabable, que dió paso a la cabaletta "Ah bello a me ritorna" interpretada con sus dos estrofas y una estupenda exhibición de coloratura.
Magníficos asimismo resultaron los dos dúos con Adalgisa, una apreciable Carmela Remigio con la que empastó fantásticamente, logrando formar un auténtico alboroto en el teatro, después del "Mira o Norma". La soprano nacida en Pescara posee musicalidad, gusto y sensibilidad en su canto, italianísimo, aunque el material de soprano lírica justa no es especialmente bello ni suntuoso y la emisión no está totalmente liberada.
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