CODALARIO, la Revista de Música Clásica

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CRÍTICA: ANNA CATERINA ANTONACCI DESPLIEGA TODA SU ELEGANCIA Y SENSUALIDAD EN EL CICLO DE LIED DEL TEATRO DE LA ZARZUELA. Por Arian Ortega

26 de abril de 2013
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CUANDO LAS PALABRAS (NO) SOBRAN

VI Recital de Lied del Teatro de la Zarzuela de Madrid. 23/04/13. Anna Caterina Antonacci (soprano), Donald Sulzen (pianista). Canciones de Hahn, Fauré, Debussy, Berlioz y Duparc.

       Pocas veces se da una conjunción máxima entre la voz y la palabra, el acento y el gesto. La mezzo Anna Caterina Antonacci- anunciada ahora como soprano- es la prueba de que se puede cantar e interpretar dentro de unos lógicos parámetros, sin caer en manierismos ni efectismos exacerbados, que lo único que logran es alejar al espectador de lo esencial: el canto.
       La cantante italiana puede estar satisfecha de su debut junto al pianista Donald Sulzen en el ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela. Se presentó con un enjundioso programa de canción francesa e italiana, con melodías muy acordes a sus características: elegancia y vía libre para su habitual sensualidad, en todos los aspectos imaginables. Bastaron apenas unos acordes para sumergirnos en las tres primeras canciones correspondientes a los "Estudios Latinos" del compositor Reynaldo Hahn. Enseguida nos enamoró profiriendo unas frases repletas de sensualidad y morbidez en un timbre riquísimo y variado en toda la gama central, como si las notas fluyeran de manera instantánea y volaran hasta difuminarse en la última butaca del teatro. Le acompañó un impoluto fraseo y acentuación franceses, que casi podían cazarse al vuelo. Quizá sea en esa zona central donde resida ese encanto suyo tan particular y que le prepara para unos repertorios más agudos. Esta contiene un sonido pleno y luminoso, de matices sedosos, aterciopelados y a todas luces cálidos, merced de una emisión volátil y relajada.

      "La muerte de Ofelia" de Berlioz, llevada con tacto y finura por el pianista, que acarició cada una de las teclas con la delicadeza que se merece la propia cantante, le supuso algún problema a Antonacci. Pudimos apreciar, junto a unos sonidos perfectamente hilados sobre la línea de canto, notas extremadamente graves que ocasionaron pérdida de consistencia y reclamaban una mayor cobertura.
       Muy interesantes nos parecieron las dos canciones que parten del mismo texto ("Green" y "Mandoline"), orquestadas de manera diversa por Gabriel Fauré y Claude Debussy. La soprano resolvió con fortuna la agilidad imperante en las primeras frases de ambas canciones, con proverbial juego de dinámicas.  La segunda parte, iniciada con las bellísimas canciones en dialecto veneciano del mismo Hahn, sirvieron para mostrarse más cómoda y natural en el recitado. Le favoreció la tesitura intermedia, por la que enseguida asomaba su color grave sin necesidad de forzar el instrumento, idílico para estos poemas, en especial "L'avertimento", el cual le dio pie a desarrollar su faceta actoral antes de volver al repertorio francés con un sentido "Au bord de l'eau" de Fauré, o una cuidadísima versión de "Diane, Séléné", rematada en una estupenda sfumatura sobre la última palabra. La cantante ofreció dos propinas a modo de conclusión. La primera, "Marechiare", le devolvió a sus orígenes y la desgranó con impoluta musicalidad y buen legato. La segunda, que avisó que sería "canción española", "La Tarántula", para regocijo de los que la aclamaban en la sala. Bonito gesto de la cantante que además cantó con un notable castellano. ¿Qué tendrá nuestro repertorio que a tantos cantantes extranjeros les fascina?.
       El pianista estadounidense que hacía también su presentación oficial en Madrid, ofreció un recital paralelo, siempre al servicio de los requerimientos de la solista principal, cuidando al extremo el tempo y el fraseo, fundiéndose ambos en un solo intérprete. Fruto de ello surge la habitual colaboración entre ambos integrantes, que parecen conocerse a la perfección.
       Para terminar conviene recordar dos cosas. La primera, que la información (o la falta de ella) sigue brillando por su ausencia unas calles más allá de Jovellanos, junto a la Plaza de Oriente. La propia cantante asegura que no hará Alceste de Glück la próxima temporada, conocedora de su anuncio. Sí estará en cambio en los cada vez más apetecibles Troyanos milaneses en abril de 2014, con Gregory Kunde en el papel de Aeneas.
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