Teatro Maestranza - Sevilla. 5/5/13. JAVIER PERIANES - Piano. Félix Mendelssohn (1809-1847): Canciones sin palabras (selección) Variaciones serias op. 54 en re menor. Ludwig van Beethoven (1770-1827). Sonata op. 90 en mi menor. Sonata No. 31 Op. 110 en la bemol mayor. Sonata nº 12 op. 26 en la bemol mayor
Javier Perianes volvió al Maestranza para ofrecer un recital en el que, entre otras obras, interpretó una selección de las íntimas y líricas "Canciones sin palabras" y las Variaciones serias op. 54, de Mendelssohn, música romántica en fin, con sus cambios expresivos imprevistos y alternos, rápidos y lentos, alegres y tristes, exultantes y fúnebres. Cambios que se corresponden con la imprevisibilidad emocionalidad del ser humano, gobernado más por sus emociones que por la lógica inflexible de la razón. Aunque en el Romanticismo se siguen manteniendo las formas clásicas (sonata, concierto, sinfonía...), la música está plagada de pequeñas piezas sin una forma concreta, que pretenden manifestar el deseo del compositor por expresar un concepto, idea o sentimiento sin atender a un molde preestablecido.
El compositor hamburgués permitió a Perianes mostrar esa faceta más sensible, intimista y emocional, haciendo gala del apelativo al que ha sido asociado (‘Poeta del Piano') por su capacidad para explorar el espectro sonoro, la profundidad del color del sonido y los límites del silencio. Cuando Perianes trabaja sobre el teclado combina una pulsación impetuosa con una mágica alianza entre lo serio y lo natural, con una sutil intimidad y una emocionante fuerza expresiva, abordando el romanticismo desde su más profunda razón de ser. Este joven maestro vive la música, la siente y consigue que la emoción estalle a borbotones, especialmente en los momentos más íntimos (como en el andante que da cuerpo a la op 19, haciendo imaginar un diálogo de amantes inexistentes, donde el pianista aportó su sello personal.
Pero el núcleo central del programa lo protagonizó Beethoven, último objetivo discográfico de Perianes. Aquí abordó la Sonata nº 27 op. 90, publicada en 1815, una obra de sólo dos movimientos de carácter introvertido, lírico y apasionado. El joven pianista supo equilibrar los impetuosos rubati con los pianísimos más exquisitos, como si de un pasaje emocional bipolar se tratase, uniéndolos con el nexo del leitmotiv de la melodía.
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