Crítica de Albert Ferrer Flamarich del libro Las rutas de la música clásica de David Puertas Esteve
De rutas
Por Albert Ferrer Flamarich
Las rutas de la música clásica. Guia para melómanos viajeros. David Puertas Esteve. Ma non troppo, Barcelona, 2022. (246 págs.) IBSN: 978-84-18703-38-6.
Después de algunas incursiones francamente decepcionantes como Otra historia de la ópera de Fernando Saez Aldana, el sello barcelonés Redbook ha acertado con su última novedad bibliográfica. En esta ocasión, la aportación del profesor, divulgador y musicólogo David Puertas Esteve (Barcelona, 1969) presenta un itinerario por diversas ciudades repartidas en catorce capítulos que repasan algunos de sus vínculos y hechos musicales particulares. Todas son europeas, excepto Nueva York y Buenos Aires. De este modo el autor entreteje una guía centrada en el vector geográfico con los principales sucesos, personajes y obras vinculadas a estos lugares. Hasta cierto punto, elabora una historia de la música «sui generis» a partir de aspectos secundarios, tangenciales y pinceladas sobre cuestiones sociales, históricas y económicas ya que ilustra todos los periodos de los últimos siglos; así como salas de concierto, teatros, inventos o el resto de las disciplinas artísticas en una mezcla llena de anécdotas, curiosidades i hechos puntualmente sazonadas con ingenio o la actualidad no musical como la de los «tifosi» de La Scala (pág. 104). En los detalles concretos, por ejemplo, se agradecen los incisos sobre la música en Barcelona con referencias a Joan Manén, el Palau Güell y el órgano de Gaudí, la estancia de Schöenberg y una sardana de Gerhard; y particularmente, una mención al Contrapunctum Lucis (2012) de Xavier Pagès-Corella, uno de los grandes compositores catalanes de nuestro presente. Y también a compositores poco frecuentes en propuestas editoriales de este calibre como Stradella, Brunetti, Marín y Soler.
El gancho principal de estas rutas recae en un planteamiento creativo y en un sano espíritu sintético, a partir de pequeñas historietas presentadas en epígrafes y subdivididas en apartados de perfil pseudoperiodístico que funcionan por la experiencia y amplios conocimientos que destilan. No solo lo hacen desde una sólida formación cultural y humanista, si no también rezumando aquella pasión de quien se sabe reinventar y hallar las dosis de amenidad, imprevisibilidad y variedad; sin banalizarse y sirviéndose de una redacción llana, expositiva y alejada de giros retóricos o incursiones pedantes. En este sentido, Puertas Esteve sigue uno de los modelos que han modernizado la fisonomía de este tipo de publicaciones de consumo durante la última década, reconvirtiendo el modelo comercial y divulgativo «para dummies» durante los últimos años. Y es cierto que, en general, no aporta nada que no se haya escrito antes -incluso en el estilo de la distribución temática-, pero condensa suficientemente muchos focos temáticos que lo convierten en una herramienta productiva que ofrece una lectura entretenida para melómanos y el público en general.
Resumiendo, se trata de uno de aquellos «libros de quiosco» tanto del gusto de Ma non troppo en el cual el amplísimo bagaje de erudición que aporta el autor sabe equiparse con atuendos de accesibilidad disimulando la esencia. Además el considerable número de audiciones linkadas en códigos QR -también indexadas en un listado final- suponen un estímulo que redondea la utilidad, a pesar de la lamentable maquetación y diseño gráfico: una caja de texto demasiado grande, con poco margen respecto a los límites de la página que rebajan el atractivo visual que aportan la viñetas de información complementaria y las ilustraciones. Una de ellas, por cierto, equivocada ya que la foto de la página 16 no corresponde a Johann Strauss hijo, sino al padre. Peccata minuta: el único reproche significativo es que un libro como este no se haya editado (también) en catalán.