La Voz de Asturias (Domingo, 20/6/10)
Ana Mateo afronta la nueva temporada de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias con el difícil reto de elegir al sucesor de Maximiano Valdés. La gerente de la OSPA explica a LA VOZ cómo se desarrollará el proceso de selección y cuáles son sus próximos proyectos para el más importante conjunto sinfónico asturiano.
- Tras 16 años, Max Valdés ya no está al frente de la OSPA
- Todo lo que es la OSPA se lo debe a Max Valdés, desde cómo suena hasta dónde ha llegado. De los 20 años de existencia del conjunto, 16 los ha llevado él. Cómo le he dicho a él personalmente, la orquesta es su niña, una niña que ya se ha hecho mayor y que ahora debe seguir sin él.
- ¿Por qué dejar a la orquesta sin titular durante todo un año?
- Hay que tener en cuenta que Valdés es un director muy difícil de sustituir. Su figura ha sido clave en el devenir de la OSPA y todos estábamos de acuerdo en que sustituirlo inmediatamente iba a ser un error, porque Maximiano Valdés iba a seguir estando muy presente de alguna manera. El resultado iba a estar muy condicionado por su impronta. No se le haría ningún favor al próximo titular ni a la orquesta, así que lo que finalmente nos planteamos es un comité de búsqueda, un recurso muy utilizado en Estados Unidos, en el que estuvieran representados miembros de la propia orquesta.
- ¿Quién forma parte de ese grupo de expertos?
- La Consejera de Cultura, Mercedes Álvarez; Jorge Fernández León, Viceconsejero de Promoción Cultural y Política Lingüística; Rafael Casanova y Steven Wright, como representantes de la orquesta; Antonio Ripoll, Cosme Marina, Luis Suñén y yo misma.
- ¿Cómo se desarrolló el proceso de selección de candidatos?
- De un modo abierto y muy libre, la verdad. Buscando siempre el consenso y teniendo siempre presente qué es lo mejor para la OSPA. Hemos trabajado con total franqueza y sin ningún tipo de presión. En la primera reunión presentamos cada uno nuestras propuestas, entre las que había varias coincidencias. A partir de ahí se elaboró una primera lista y comenzamos a hacer llamadas y a dar forma a la próxima temporada.
- ¿Qué tipo de perfil buscaban?
- La OSPA necesita un director que quiera unirse a nuestro proyecto de orquesta con seriedad, franqueza y verdadero interés. Un director que sepa trabajar la orquesta, que mejore nuestra calidad y que se implique de verdad. Un maestro que quiera llegar con nosotros a un nivel superior.
- La lista que se ha dado a conocer tiene 14 nombres ¿El próximo director de la OSPA saldrá de ahí?
- Eso sería lo ideal, desde luego. Todos los directores que vendrán invitados el año que viene son conscientes de ello y saben a lo que vienen. Pero tampoco hay que olvidar que la lista era mayor. Se han quedado fuera, por disponibilidad básicamente, maestros muy interesantes, que también pueden ser una opción si necesitáramos un año más para buscar. Lo ideal sería, desde luego, que el futuro titular estuviera ya entre estos catorce nombres, para no alargarnos demasiado en el tiempo.
- ¿Qué es lo que necesita la OSPA como institución?
- Necesitamos proyección. Que de Pajares hacia abajo se conozca el trabajo que estamos haciendo. Ya hemos avanzado mucho. Le diría que, desde que me incorporé a la casa, lo más reseñable tal vez sea el interés creciente que están mostrando las grandes agencias internacionales por la orquesta. Pero esto es solo un principio.
- Hay aspectos importantes de su trabajo de gerencia que si no se dicen no se saben
- Es que debe ser así. En la oficina trabajamos mucho y muy intensamente, pero nuestro trabajo no se ve. Nosotros no nos subimos al escenario, no nos exponemos frente al público. El resultado está, de alguna manera, reflejado en el concierto. Tener las partituras preparadas, poder contar con directores y solistas importantes o reaccionar frente a cancelaciones de última hora es un trabajo conjunto que no debe verse. El objetivo es siempre el concierto y, al igual que en un restaurante lo que importa es el plato y no los nervios en la cocina o el tiempo que se haya pasado el cocinero en el mercado, con la orquesta sucede lo mismo: lo que pase en los ensayos o lo que hagamos en la oficina no se tiene que ver; lo que debemos mostrar es el resultado de todo ello a través de la orquesta. Evidentemente, para mí es una satisfacción personal enorme saber que solistas de la talla de Boris Belkin o Frank Peter Zimmermann, que estará con nosotros la próxima temporada, vienen porque me conocen desde hace tiempo y confían en mí como profesional, pero eso forma parte de mi trabajo y nada más.
- La veo muy confiada en las posibilidades de la OSPA
- Es que las tiene. Todo el mundo que viene a trabajar con ella se queda maravillado, no sólo por su nivel musical, sino por un aspecto que la hace diferente: su calidad humana. Esta cualidad convierte a la OSPA en un conjunto muy especial de verdad. No son muchas las orquestas que pueden hacer gala de esa calidez que nos distingue. Hablan, se comunican, dicen lo que les gusta y lo que no con franqueza y, de ese modo, hacen que el trabajo sea más sencillo. Tenemos que conseguir que una orquesta que tiene este potencial se conozca dentro y fuera de España.
- ¿Dónde quiere que esté la OSPA dentro de diez años?
- Soy una persona pragmática. Soñar no cuesta nada, pero creo que hay que ir paso a paso.
- ¿La orquesta se va a ocupar de los compositores asturianos?
- Precisamente en las próximas semanas se publicará la convocatoria de un concurso de composición destinado exclusivamente a los compositores asturianos para celebrar nuestro 20 aniversario. Maximiano Valdés dirigirá la o las obras que resulten seleccionadas en Oviedo, Gijón y Avilés. También vamos a ocuparnos de los intérpretes de la región, porque es evidente que el nivel está aumentando y hay jóvenes muy interesantes que debemos apoyar.
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