Una entrevista de Mario Guada.
La programación del Centro Nacional de Difusión Musical [CNDM] se estructura en torno a una serie de pilares y fundamenta su ya notable éxito gracias a una serie de claves que queremos desgranar en las siguientes líneas de la mano de su máximo representante, Antonio Moral, director del centro quien, junto a su nutrido equipo, hacen posible año a año la programación musical más potente, importante y referencial del panorama musical español en el ámbito de la llamada música clásica.
El CNDM sostiene gran parte de su programación sobre el patrimonio musical español, al cual se dedica mucho esfuerzo por medio de las recuperaciones y las conmemoraciones. Háblenos en primer lugar de esta faceta para la temporada 2015/2016.
El apartado de las músicas históricas para nosotros es clave. La próxima temporada vamos a recuperar ochenta obras inéditas –diez más que la pasada–, de las cuales muchas de ellas pertenecen a compositores importantes como Francesco Corselli, Cristóbal de Morales, Pere Rabassa, o un programa monográfico dedicado a Juan Manuel de la Puente, de la mano de Al Ayre Español | Eduardo López Banzo. Se trata de una amplia recuperación que se llevará a cabo en catorce ciudades españoles y por primera vez vamos a hacer un proyecto de extensión, difusión y recuperación en Colombia, en coproducción con el Festival Sacro de Bogotá, que se llevará a cabo en septiembre. De estos sesenta y tres programas diferentes que se han programado únicamente veintisiete de ellos se harán en Madrid, por lo que se muestra nuestra decidida apuesta por descentralizar la programación musical en España, teniendo además en cuenta que nueve de ellos se harán, como digo, por primera vez fuera de nuestro país. Por otro lado, la gran mayoría de los conjuntos que intervienen en ellos son españoles, los cuales gozan de una excelente salud. Considero que estamos en un momento excepcional en la interpretación con carácter historicista e instrumentos originales. España está en lo más alto y se puede codear con cualquiera de los otros países con muchos más años de tradición, como pueden ser Francia, los Países Bajos e Inglaterra, o incluso Italia, que aunque se ha incorporado algo más tarde lo ha hecho con gran fuerza, pues son muchos los conjuntos de calidad en este momento. Los conjuntos españoles están a la altura de estos y es por eso que muchos de ellos están tocando en el CNDM al lado de algunos de los más grandes, como Europa Galante | Fabio Biondi, Il Giardino Armonico | Giovanni Antonini, Les Musiciens du Louvre - Grenoble | Marc Minkowski, o de cualquiera de los muchos conjuntos internacionales que programamos. En este sentido continuaremos en la misma línea de lo que hemos hecho hasta ahora, con dos ciclos de música barroca, Universo Barroco, que están ya muy bien acogidos en Madrid, además de todos los ciclos que hacemos por el territorio español, como el de Salamanca Barroca, los Ciclos de Músicas Históricas de León o el apoyo por medio de coproducciones que realizamos con festivales como el Festival de Música Antigua de Úbeda y Baeza, el Festival de Música Antigua de Sevilla, o el Festival Pórtico de Zamora.
El extremo opuesto, que también es fundamental para el desarrollo del centro, es el apoyo a la creación contemporánea, algo que en España había quedado un tanto desierto desde que se abandonase la celebración del Festival de Música Contemporánea de Alicante. En aquel momento fue reemplazado por el ciclo Alicante Actual, al que hay que sumar los ciclos Series 20/21, Liceo de Cámara XXI y el VII Ciclo de música actual en Badajoz o las Xornadas de música contemporánea en Santiago de Compostela. ¿Qué puede decirnos al respecto de estas apuestas por la música contemporánea?
Así es. En lo que se refiere a la música de nuestro tiempo vamos a organizar un total de cuarenta y cuatro conciertos que hemos repartido en cuatro ciudades españolas. Madrid acoge dos de estos grandes ciclos: Series 20/21 –que se realizan en el Reina Sofía– y el Liceo de Cámara XXI –que también recoge obras de los siglos XX y XXI–. Solamente en Madrid se producirán veintiún estrenos absolutos. El ciclo Alicante Actual contiene ocho estrenos absolutos en ocho conciertos. Además están las Xornadas de música contemporánea de Santiago de Compostela en las que habrá dieciséis conciertos con un total de trece estrenos absolutos. Para finalizar, para el último ciclo que hemos incorporado, el Ciclo de música actual de Badajoz, tenemos programados siete conciertos que contarán con ocho estrenos absolutos. Además tenemos previsto realizar una obra de gran importancia, que hemos encargado a nuestro compositor residente, Alfredo Aracil, una ópera sin voces que se estrenará mundialmente en el nuevo Teatro Museo de la Universidad de Navarra. En total cincuenta y un estrenos, de los cuales veintiuno son por encargo expreso del CNDM, lo que nos coloca en un lugar que actualmente no ocupa ninguna otra institución en este país, la cual sea capaz de ofrecer un panorama como este. Dentro de ello el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía es para nosotros como el laboratorio experimental, en el que de las sesenta obras que se interpretarán en él, treinta y siete pertenecen al siglo XXI, es decir, escritas a lo largo de este siglo del que apenas llevamos quince años. Se consolida así un proyecto de años, en el que además tienen cabida estrenos de prácticamente todos los compositores importantes actuales, desde los más jóvenes hasta los más consagrados, trayendo a escena a muchos de los que están trabajando fuera de nuestro país y cuya obra aquí tenía poco reflejo. Creemos que es muy importante dar cabida a estos compositores que se han formado y que han estado trabajando fuera de España en grandes centros e instituciones. [Algunos de los artistas que podrán disfrutarse en estos ciclos de música contemporánea son Jack Quartet, Nou Ensemble, Sonor Ensemble, Isabelle Van Keulen Ensemble, Grupo Enigma, Ensemble 20/21 JORCAM, Sonido Extremo o Cuarteto Bretón].
Este año repiten la fórmula de los artistas residentes, para lo que han elegido a Christian Zacharias y Alfredo Aracil. ¿Qué pretenden con la elección de estos dos perfiles?
Pretendemos llamar la atención sobre un artista de renombre, que además ha tenido y tiene una actividad constante en una ciudad y un país como son Madrid y España, que es Christian Zacharias. Participará en cinco conciertos: tres en Contrapunto de Verano, junto al Leipziger Streichquartett en dos de ellos [con obras de Wolfgang Rihm, Johannes Brahms, Aribert Riemann, Robert Schumann y Jörg Widman], y con la Joven Orquesta Nacional de España en el tercero, donde dirigirá y tocará, además de estrenar una obra contemporánea [Jörg Widmann] –que además repetirán en la 65º Festival de Música y Danza de Granada–; además de en Liceo de Cámara XXI, junto a La Ritirata, con Josetxu Obregón, Lina Tur Bonet y Andoni Mercero [para el Cuarteto con piano KV 493 de Wolfgang Amadeus Mozart], en lo que creo será un evento realmente importante para estos artistas españoles. En cuanto a Alfredo Aracil, al igual que este año sucedió con Sánchez-Verdú, ocupará la figura de compositor residente. Nos parecía muy interesante encargarle una obra de gran importancia, como será esta Siempre/Todavía, ópera para lectores, pero también recuperar alguna de sus obras pasadas, incluso alguna de las obras que ya habían sido encargo del CNDM, como su Cuarteto de cuerda n.º 4 «Figura ante el espejo» –que será reestrenado en las Xornadas de Santiago de Compostela–, o como Trahe me, post te, Virgo Maria –una obra que Música Reservata de Barcelona le encargó en 2001–.
Universo barroco, en sus dos citas en el Auditorio Nacional de Música, es una de las marcas por excelencia del CNDM. ¿Cómo se plantea este año el doble ciclo homónimo?
Es un ciclo que sigue la línea establecida en los años anteriores, con una parte en la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música en la que sobre todo queremos ofrecer títulos de ópera barroca, destacando sobre manera que se trata de obras que no se ofrecen habitualmente en los escenarios españoles. Este año hemos programado tres óperas de Händel, pero tres obras muy poco conocidas aquí –incluso alguna de ellas es probable que se trate de un estreno en España, pero como no hemos podido asegurar el dato hemos preferido no indicarlo–, como son Serse, el oratorio Susanna y la ópera Partenope, realmente muy interesante y de las menos conocidas en su catálogo, que contará además con un reparto absolutamente estelar con Philippe Jaroussky, Karina Gauvin, John Mark Ainsley o Luca Tittoto –un barítono que está ahora mismo actuando en todos los escenarios importantes–, [el plantel se completa con la orquesta Il Pomo d’Oro y Riccardo Minasi en la dirección]. Se trata de ofrecer este tipo de obras de la mano de algunos de los directores más representativos del repertorio, como Jean-Christophe Spinosi, Martin Haselböck, o Rinaldo Alessandrini, que se pondrá al frente de su Concerto Italiano para hacer un oratorio realmente desconocido por estos lares, Cain, overo il primo omicidio, de Alessandro Scarlatti, compositor del que es un verdadero experto. Además, y como siempre, tenemos una cita obligada con Jordi Savall, pues es un artista que siempre presenta unos programas muy imaginativos. Después de lo mucho que nos gustó, como al público, su programa del año pasado dedicado a El Greco, este año le hemos encargado un programa de músicas en torno a Cervantes. Estos son programas muy trabajados, que no se quedan en la superficie, sino que aquí hay un verdadero estudio de la vida del escritor, con obras que están ligadas directamente a ella y a su obra.
Para la sala de cámara hemos reservado este año un espacio muy especial a la voz, por lo que vamos a contar con cantantes de la talla de Raquel Andueza, Vivica Genaux, Monica Gropp, Carlos Mena, Julia Doyle o Xavier Sabata. Por lo demás, tendremos la posibilidad de escuchar en un día las seis suites para violonchelo de Johann Sebastian Bach de la mano de Jean-Guihen Queyras –sin duda uno de los más grandes violonchelistas barrocos del momento–. Contaremos con grupos consagrados, que vienen prácticamente un año sí y otro también, como Il Giardino Armonico | Giovanni Antonini, Les Arts Florissants | Paul Agnew –con quienes estamos haciendo los madrigales de Claudio Monteverdi–, o grupos españoles de la importancia de Forma Antiqva | Aarón Zapico, Al Ayre Español | Eduardo López Banzo, La Galanía, la Orquesta Barroca de Sevilla | Enrico Onofri –que llevarán a cabo un programa de recuperación–, o Vespres d’Arnadi | Dani Espasa. Intentamos que los grupos nacionales más importantes se codeen con los conjuntos internacionales más relevantes, de forma que se establece una sana competencia entre unos y otros, además de entre intérpretes españoles, tanto cantantes como directores.
Realmente es un ciclo muy querido, que en la sala de cámara se llena al 100% y que en la sinfónica, que es realmente difícil de llenar –pues estamos hablando de dos mil trecientas localidades–, consigue una ocupación que ya roza el 80%, con un total de doce mil ochocientos espectadores. Sin duda es un ciclo en el que todavía queda recorrido, pero que va en aumento. Estamos realmente satisfechos, porque se trata de casi de dos mil personas que vienen a presenciar cada uno de nuestros conciertos de música barroca, y teniendo en cuenta el historial, pues de esto ya ha habido muchos intentos previos que no fructificaron –que solían introducirse dentro otros ciclos más grandes y generales–, es realmente alentador. Al público de las orquestas sinfónicas nunca le ha entusiasmado que se programe barroco, y aquellos que sí disfrutan de este quizá no tenían acceso a conciertos programados de manera aislada en los que se establecían precios muy altos, al mismo nivel de lo que se pedía por presenciar a una gran orquesta sinfónica. Creo que hemos creado una oferta para cubrir un hueco y llenar una demanda real de un público que está ahí, que es además realmente fiel, pues tenemos unos mil docientos abonados que renuevan de forma masiva –este año ha renovado el 95%–.
La apuesta del centro por dos géneros que no estaban lo suficientemente atendidos de manera global como son el flamenco –con Andalucía flamenca– y el jazz –con Jazz en el auditorio– es otro de los puntos a comentar. ¿Cómo se plantean ambos ciclos para la próxima temporada?
Quizá si se hacía, pero lo que es cierto es que no se hacía como lo estamos haciendo ahora nosotros. Madrid siempre ha tenido mucha actividad flamenca –aunque es cierto que de manera masiva es difícil encontrarlo fuera de Andalucía–, pues aquí hay varios festivales de flamenco y lugares en los que la presencia del género es muy notable, pero lo que no había era un ciclo a lo largo del año que se centrara en el flamenco, como tampoco lo había con el jazz. Sí que había algunos conciertos aislados que podían traerse al auditorio, especialmente cuando se trataba de grandes nombres, pero la novedad es que el CNDM ha creado ciclos específicos en los que les damos las mismas coordenadas que le damos al resto de ciclos. Recuerdo que cuando nos planteamos hacerlo y lo comenté con algunos expertos y profesionales del flamenco y del jazz, me decían que no iba a funcionar, que la gente del flamenco no se iba abonar con tanto tiempo, no iban a comprar un abono en junio para escuchar concierto desde septiembre hasta el junio del año siguiente. «Ni te lo creas, porque el público de flamenco es de última hora». Y efectivamente. El primer año tuvimos muy pocos abonados, pero actualmente ha ocurrido todo lo contrario, es decir, los dos ciclos del CNDM en los que los abonos se cierran antes y cuya ocupación está completa –junto con el Universo Barroco de la sala de cámara– son precisamente los de flamenco y jazz. A veces tenemos visiones que poco o nada tiene que ver con la realidad, instalándonos en una especie de cotidianidad en la que creemos que no hay más recorrido y a veces nos equivocamos, porque cuando se introducen nuevas perspectivas y formas de dar a conocer o viabilizar un ciclo te sorprendes, pues la gente responde. Hay algo que está muy claro, cuando tienes un buen plantel de artistas, sea en el género que sea, el público termina respondiendo y se forman una especie de «club» en el que el público se va haciendo cada vez más entendido. Con esta idea hemos confeccionado estos dos ciclos, lo que nos ha llevado a crear algo parecido a un mosaico de público realmente heterogéneo, el cual antes no venía al auditorio y que gracias a ellos se han abonado o han descubierto un interés por otros de nuestros ciclos. Lo mismo ha sucedido a la inversa, con público de «clásica» que nunca o en muy pocas ocasiones había ido a un concierto de jazz o flamenco y que ahora lo están haciendo, y como me comentan posteriormente, disfrutan mucho. Para mí es un orgullo, porque esto es crear nuevos públicos. Han completado muy bien nuestra actividad, que es realmente amplia, pero además han ayudado a que se produzcan trasvases de público entre unos ciclos y otros, ayudando a revitalizar mucho el Auditorio Nacional de Música, un centro que algunos veían como algo arcaico y al que les costaba ir, por entenderlo como demasiado elitista, y que ahora es el centro de muchas actividades.
[Dentro del ciclo Andalucía flamenca se podrán presenciar conciertos protagonizados por algunas figuras de gran talla, como son Mayte Martín –como concierto extraordinario–, Pepe Habichuela, Antonio Reyes, Juan Cortés «Duquende», o Juan Gómez «Chicuelo», además de artistas emergentes como María Toledo. Para Jazz en el auditorio se programan actuaciones de Chick Corea, Barry Guy, Chucho Valdés, Chris Potter Undergorund o Tomasz Stańko New York Quartet entre otros].
El repertorio camerístico también merece de gran atención por su parte, con los ciclos Liceo de cámara XXI y el XXII Ciclo de lied. ¿Cuál es su apuesta para esta quinta temporada del CNDM?
El Liceo de Cámara es un ciclo que hemos tenido que recuperar, pues lo dejó de hacer en su momento la Fundación Caja Madrid –lo estuvo haciendo durante veinte años–, y del que vamos a afrontar a partir de septiembre la segunda temporada desde el CNDM. En cierta medida lo hemos reciclado, pues teníamos dos ciclos de música contemporánea –uno muy actual y otro algo más enfocado de la recuperación de las grandes obras del siglo XX, pero sin entrar en los siglos XVIII y XIX, pues ya estaba aquel ciclo que se encargaba de ello–. Al cambiar el panorama y entrar en riesgo de desaparición dicho ciclo, el cual entendíamos que era un muy importante y con un nivel de asistencia muy alto, decidimos que no se podía dejar perder pues es un ciclo fundamental en la programación madrileña. Planteamos entonces hacer una combinación con aquel otro ciclo de música de música de los siglos XX y XXI, en el que mantenemos las características principales que tenía el ciclo en su origen, pero haciendo un poco más de hincapié esa producción de los siglos XX y XXI, por lo cambiamos el nombre a Liceo de Cámara XXI, y a diferencia de aquel ciclo primigenio ya no hay música barroca, pues ya tenemos ciclos específicos para ello. Al final este ciclo se ha convertido en un complemento del resto de ciclos que programamos.
[Presenta este año a formaciones de la importancia del Cuarteto Casals, Cuarteto Quiroga, Jerusalem Quartet, Schumann Quartett o solistas de la talla de Anna Caterina Antonacci, Javier Perianes, Frank Peter Zimmermann, Emmanuel Pahud o Eric Le Sage, que interpretarán obras de la importancia de la integral de los cuartetos de cuerda de Béla Bartok o Le voix humaine de Francis Poulenc].
Con el Ciclo de Lied ocurrió lo mismo pero con anterioridad, es decir, la Fundación Caja Madrid fue el primer que dejó de hacer, y como este se llevaba a cabo en el Teatro de la Zarzuela, fue el centro el que nos propuso la posibilidad de continuar con el ciclo y dado que yo lo había puesto en marcha y justamente acaba de incorporarme al CNDM –al año siguiente–, no pudimos sino continuar con el ciclo en coproducción. Este ciclo se dejó de hacer porque se dijo que no había recursos para continuar su andadura, pero paradójicamente el año pasado tuvimos un beneficio en el mismo de dieciséis mil euros. Por lo demás, el público asistente a este ciclo es para muchos el mejor público que pueda haber en España y probablemente en buena parte de Europa, pues es muy fiel, realmente conocedor, pues lleva viniendo de manera estable desde hace más de dos décadas y tiene la capacidad de escucha muy alta, por lo que está muy dotado para separar la paja del grano. Es por eso que en un ciclo como este acuden los mejores artistas del panorama, porque de no ser así, podría volverse en contra de los propios artistas [en la próxima temporada acudirán cantantes gran trayectoria como Ewa Podleś, Miah Persson o Joyce di Donato, Markus Schäfer, Karina Matilla, Florian Boesch o Christian Gerhaher].
La próxima temporada se cierra, con la segunda temporada, la integral de la obra para órgano de Johann Sebastian Bach en Madrid y León, lo que supondrá un hito en la historia de la interpretación en España. ¿Qué esperan de este cierre de ciclo histórico?
Realmente nuestro proyecto en Madrid Bach Vermut ha sorprendido a propios y extraños, rompiendo todos los esquemas. Ni nosotros podíamos imaginar que unos conciertos de órgano –ni aun tratándose de la integral de la obra organística de Johann Sebastian Bach y contando para interpretarla con algunos de los mejores organistas del mundo– podrían tener esta impresionante acogida. Personalmente creía que si conseguíamos convocar a mil espectadores sería ya un éxito sin precedentes –pues el ciclo de órgano que se hacía en el Auditorio Nacional, organizado por la Orquesta Nacional de España, tuvo que dejar de programarse porque no conseguía atraer a más de ciento cincuenta oyentes–. Nos planteamos recuperar el órgano en Madrid, además de en León, puesto que el nuevo órgano de la Catedral de León lo ha financiado en una gran parte el Ministerio de Cultura, a través del INAEM, por lo que de algún modo lo sentimos como nuestro. Queríamos que el ciclo compartiera las dos ciudades, de manera que consiguiera dar actividad a León y que por otro lado recuperara el instrumento en la capital española, para evitar que el órgano del auditorio se quedase en un mero instrumento de adorno que se ceñía a acompañar de vez en cuando en grandes obras orquestales. Nos propusimos que el jueves tocarán, pues, en León, el sábado en Madrid, y el viernes que quedaba en medio lo aprovecharan para dar una mastercalss de órgano en la capital. Ya nuestro primer concierto de la temporada pasada se llenó justo el mismo día de su celebración. De ahí en adelante el éxito ha sido absoluto, pues para alguno de los conciertos no habría entradas disponibles incluso con cuatro meses de antelación. Para el concierto de Ton Koopman tuvimos que abrir la parte de las galerías y tribunas que se encuentran justo al lado del órgano y que mantenemos cerradas por cuestiones acústicas. Tal fue la insistencia que terminamos habilitando esas localidades por un euro para aquellos que no habían conseguido entradas con anterioridad.
Se trata de un ciclo que ha revolucionado no solamente la manera de concebir la música por parte de los espectadores, que acuden a los conciertos con una concentración enorme, sino que además ha creado una especie de evento de calado social, en el que la gente viene relajada, se toman una cerveza o un vino, charlan, vienen sin prisa y se crea un punto de encuentro en el enorme hall del auditorio –en el que la gente normalmente pasa a toda prisa porque llegan los últimos diez minutos, y se tiene que ir corriendo al acabar–. Los sábados por la mañana son ahora ese punto de encuentro en el que el público no viene solamente a escuchar una música de primer nivel, sino que tiene la posibilidad de hallar otras cosas. Además hemos creado una especie de mercado en el que la gente puede no solo consumir los productos, sino que pueden adquirirlos para llevárselos a su casa. Tanto el público, como la crítica y los medios de comunicación se han volcado con el proyecto, el cual además nos están demandando ya desde ciudades como Leipzig o Paris, pues en el último congreso anual de organistas se presentó este proyecto con una enorme acogida. Para la próxima temporada queda la segunda parte del proyecto, el cual consta de veinte conciertos en estas dos temporadas [se contará con la presencia de algunos organistas de importancia internacional como Thomas Trotter, Roberto Fresco, Pieter Van Dijk, Jacques Van Oortmerssen u Olivier Latry]. El planteamiento que nos hemos hecho incluso ya no para la temporada que viene, sino para la 2016/2017 es continuar con él, al que seguiremos llamando Bach Vermut –porque creemos que es una fórmula que funciona– y programando conciertos en los que haya siempre una gran obra de Bach, pero sin querer repetir la integral, y sobre todo abriéndolo a otros compositores renacentistas y barrocos –españoles o no– y por supuesto a los siglos XIX y XX, incluso con obras de estreno que podamos encargar para que el instrumento pueda seguir teniendo recorrido en el siglo en el que estamos.
Una de sus grandes aportaciones ha sido la descentralización de la programación musical, de tal forma que los Circuitos del CNDM visitarán varias ciudades españolas y por primera vez saldrán fuera de nuestras fronteras. Háblenos de esta faceta fundamental también para el 2015/2016.
Así es. Veinte ciudades y ciento cuarenta y siete conciertos fuera de la capital de España. Es una realidad, una forma de vertebrar la música a través del territorio español, una manera de que nuestros músicos puedan «girar» y de que las obras que se encargan puedan estrenarse y ofrecerse en más de un lugar, que los programas de recuperación –que suponen un trabajo arduo, complejo y laborioso– no se quede en flor de un día, sino que puedan repetirse en dos o tres ciudades, teniendo así la oportunidad de que tras esta experiencia los propios grupos puedan incluso llevar al disco esos programas. Sobre todo queremos hacer partícipes de un proyecto nacional a muchas ciudades que de otra manera no podrían llevar a artistas de la talla de Jordi Savall, Eduardo López Banzo o Fahmi Alqhai, entro otros grandes artistas, o grupos internacionales como Il Giardino Armonico, Accademia Bizantina o Les Arts Florissants. ¿Por qué? Pues sencillamente porque una ciudad pequeña no puede contratar un artista o grupo de estas características porque no puede pagarle, pero si nosotros ponemos en marcha un proyecto de itinerancia con ellos ofreciéndoles cuatro conciertos –cuyo precio por concierto baja entonces ostensiblemente–, la aportación más humilde de una de esas ciudades pequeñas ahora sí se hace asumible y facilita además la posibilidad de esa presencia de una figura de renombre en varias de ellas. [Ciudades como Salamanca u Oviedo cuentan con ciclos propios en los que actuarán The King’s Singers, José Miguel Moreno, La Bellemont, la Orquesta Barroca de Sevilla | Enrico Onofri o Eloqventia | Alejandro Villar, por poner algunos ejemplos]. Esta manera de concebir la programación ha creado un modelo único y novedoso que hasta este momento no se había puesto en marcha en este país, y que tampoco existe en ningún otro, que supone establecer una red de colaboraciones y coproducciones integrado por setenta instituciones públicas y privadas que participan codo a codo con nosotros para poder llevar a cabo este proyecto en veintiuna ciudades de nuestro país, además de fuera del mismo, como se hará la próxima temporada en la ciudad de Bogotá, donde vamos a realizar parte de un proyecto que comenzamos en España hace dos años que fue el de Sones de ida y vuelta, que en coproducción con el Festival Internacional de Música Sacra de Bogotá versará sobre todas esas músicas que nacieron aquí, que viajaron allí, que se perdieron aquí y se han reencontrado allí, otras que han crecido allí y otras que nacieron directamente allí y que posteriormente han viajado aquí. En definitiva, todo ese trasiego de ir y venir de músicas mestizas, coloniales, que programamos por medio de recuperaciones de obras que se encuentran en archivos de instituciones sudamericanas y que aquí ya no se encuentran por diversas razones [se podrá escuchar a conjuntos como La Danserye • Capilla Prolationum | Fernando Pérez, Accademia del Piacere | Fahmi Alqhai, Hespèrion XXI | Jordi Savall].
Destaca de nuevo el caso de la ciudad de León, con una potente programación que se ejecuta en su doble Ciclo de Músicas Históricas. ¿Por qué está presencia tan fuerte y continuada en la capital leonesa?
Nosotros heredamos en cierta manera el proyecto, pues cuando el CNDM nació León era una de las sedes del INAEM con aquel Ciclo de Músicas Históricas. Con nuestra llegada únicamente hemos incorporado la ciudad de León como una de las sedes, aunque al principio las dos sedes únicas eran esta y Madrid, y actualmente hay otras muchas. Aquí hacemos tres ciclos: el de órgano –del que ya hemos hablado–, y estos dos ciclos –que anteriormente estaba unificados–, que consta de una primera parte en coproducción con el Festival Internacional de Órgano Catedral de León –que prácticamente hubiera desaparecido, tras treinta años de historia, de no ser por esta asociación con el CNDM–, que nos da la oportunidad de ofrecer conciertos gratuitos a los que acude de manera masiva el público, con asistencia de dos mil personas [este año participarán en él López Banzo y los solistas seleccionados del IV Curso de interpretación vocal del CNDM, Capella de Ministrers | Carles Magraner o Musica Boscareccia | Andoni Mercero]. La otra bifurcación del ciclo es la que se celebra a partir de enero en la Auditorio Ciudad de León, que es el ciclo de menor asistencia del CNDM, que difícilmente llega al 50% de ocupación, algo que nos preocupa y que en un futuro tendremos que repensar lo que hacer con él si nos remonta el vuelo [visitarán el ciclo la Orquesta Barroca de la Universidad de Salamanca | Manfredo Kraemer o Il Fondamento | Paul Dombrecht entre otros].
Quizá uno de los puntos fuertes del CNDM ha sido saber asociarse de manera inteligente por medio de las coproducciones con algunos de los festivales más importantes del país y con numerosas instituciones. ¿En qué medida se producirán estas coproducciones en la próxima temporada?
Esta es la clave. El CNDM, que no ha crecido apenas en presupuesto, sí lo ha hecho en actividad, muchísimo. De las apenas cincuenta que se hacían el comienzo de esta andadura se han pasado a las doscientas noventa y una de la última temporada. Esto únicamente es posible gracias a la coproducción y a la colaboración con estas instituciones, las cuales ponen dinero, sí, pero sobre todo su infraestructura y sus medios, lo que nos ha permitido poner en marcha una red que de otra manera nos hubiera resultado imposible. Dichas instituciones necesitan de nosotros del mismo modo que nosotros de ellas, de tal forma que la colaboración ha hecho posible esa tupida red de conciertos que al final ha creado un mosaico de actuaciones y ha establecido una manera de trabajar. Como siempre he dicho, gracias a este sentimiento de unión –que es además una realidad– el CNDM ha multiplicado en más de diez veces su actividad.
La educación es un pilar fundamental para el centro, la cual se ha ido fomentando de manera poderosa año a año. A partir de septiembre se llevarán a cabo numerosos cursos de interpretación, creación, además de conferencias a cargo de algunos de los intérpretes que participarán en los ciclos y circuitos. Además este año y por primera vez se exportará uno de estos cursos fuera del territorio nacional. Háblenos de lo que supondrá todo ello.
La vertiente educativa ha crecido de manera exponencial en el CNDM, pues en las tres primeras temporadas no hacíamos más que diez o doce actividades –el primer año solamente tres– y actualmente hemos programado ya la notable cantidad de cincuenta y cuatro actividades de corte pedagógico. Las actividades se repartirán a lo largo de seis ciudades españolas y están coproducidas con cinco universidades nacionales: Oviedo [Conferencias III Ciclo Primavera Barroca], León [V Curso de Extensión Universitaria al hilo del Ciclo Músicas Históricas de León; V Curso Internacional de Interpretación Vocal Barroca, en coproducción con el Ayto. de León], Salamanca [Academia de Música Antigua de la Universidad], Santiago de Compostela [actividades paralelas a las Xornadas de Música Contemporánea] y la Complutense de Madrid [X Encuentro Diálogos con la creación musical: compositores e intérpretes en la UCM]. Del mismo modo, otras de las actividades se coproducen junto a cinco conservatorios: Alicante [III Curso La creación y la interpretación de la música actual], Badajoz [Alumnado ACTUALizándose], Madrid [Seminario La creación y la interpretación de la música española actual], Oviedo, y por primera vez un centro fuera de nuestro país, en Elvas [História do Soldado de Stravinsky: Uma viagem da aula para o concerto]. También colaboramos con dos centros educativos de secundaria en la Comunidad de Madrid –uno público y otro privado– [aquí se llevará a cabo un la quinta edición del proyecto pedagógico Todos creamos, este año con el epígrafe Los viajes secretos de Ulises, de la mano de Fernando Palacios]. Además existen otros proyectos de colaboración, como son los del Goethe-Institut de Madrid [Encuentro/almuerzo con Sarah Nemtsov, Ramón Humet y Joan Magrané, además del Encuentro con Steffen Schleiermacher, El piano contemporáneo].
No deja de sorprender que muchos de los conciertos programados por el CNDM son gratuitos, siendo los restantes muy accesibles a través de abonos y entradas con precios muy ajustados. ¿Cómo han planteado estos precios para la próxima temporada?
Para nosotros esto es una prioridad. La política de precios es totalmente institucional, como no podía ser de otra manera. Igual que el Estado financia la educación y la sanidad también debe financiar la cultura en general y la música en particular. Intentamos que con nuestra presencia y aportación todos estos ciclos que programamos y todos los proyectos tengan precios que nunca supongan un obstáculo para que el sector más amplio posible de la población pueda asistir. De esta forma en Madrid se podrá adquirir un abono completo para las cinco óperas barrocas en el Auditorio Nacional por un precio menor que el precio medio de una única entrada en el Teatro Real. Será posible, de la misma forma, poder escuchar a algunos de los mejores intérpretes del mundo por una entrada no superior a los diez euros en la sala de cámara del mismo centro [al igual que sucederá en la mayoría de los ciclos programados por el CNDM]. Además, setenta y cinco de los conciertos que programamos son gratuitos. El esfuerzo que hacemos es, pues, el que tiene que hacer el Estado al tratarse de un proyecto cien por cien estatal, en el que dentro de sus objetivos está el promocionar la música para todos por igual. Esto no es negocio en el que tengamos que rendir cuentas al consejo de administración, sino que con la subvención que se nos entrega intentamos devolver a la sociedad lo que la misma ha pagado con sus impuestos.
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