CODALARIO, la Revista de Música Clásica

Críticas 2017

Crítica: Alicia Amo y Musica Boscareccia intrepretan a Corselli y otros autores en el Arte Sacro

9 de marzo de 2017

Magnífico concierto en un enclave único, en el que el conjunto y la soprano españoles dieron vida a la música de varios autores relacionados con la Real Capilla.

LA ESPAÑA MÁS ITALIANA

   Por Mario Guada | @elcriticorn
Madrid. 08-III-2017 | 19:30. Capilla de Palacio Real. XXVII Festival Internacional de Arte Sacro. Entrada gratuita. Música de Francisco Corselli, José de Nebra, José de Torres y Gaetano Brunetti. Alicia Amo • Musica Boscareccia | Andoni Mercero.

   El XVII Festival Internacional de Arte Sacro está en estado de gracia. Si el concierto del pasado lunes fue todo un lujo, el de hoy ha rozado también la excelencia. El enclave escogido para la celebración del mismo, la capilla de Palacio Real, no ha podido resultar más adecuado, puesto que el programa se centró en figuras relacionadas de manera directa con la Real Capilla a lo largo del siglo XVIII. La figura principal fue la de Francisco Corselli (1705-1778), compositor italiano de nacimiento y de ascendencia francesa, que sin embargo pasó gran parte de su vida en España, llegando a ser muy reconocido como compositor, de tal forma que ostentó al magisterio de capilla de la institución palaciega durante cuarenta años (1738-1778). De él se interpretaron dos de sus cantadas, que abrieron y cerraron el concierto: Dulce azento, voz Canora y Si aquel monarca de Israel, ambas para sopranos, violines y continuo. Son obras de marcada espíritu italiano, con una línea vocal bien desarrollada y con una escritura para los violines exigente y ciertamente idiomática. Las tercera de las obras de Corselli –segunda de la primera parte– fue una de sus exquisitas sonatas violinística, concretamente la escrita en Re mayor y datada en 1776. Obra de impecable factura, se estructura en tres movimientos, de los cuales el primer presente una breve introducción lenta, con un magnífico desarrollo de las dobles cuerdas. Esta selección, que por cierto forma parte de una grabación monográfica dedicada a su figura y que supuso el debut en este ámbito para el conjunto protagonista del concierto, da una muestra clarificadora del buen hacer del Corselli compositor, sin duda una de las figuras más interesantes en la capital española en este momento.

   José de Nebra (1702-1768), que fuera vicemaestro de capilla durante el magisterio del propio Corselli, es, en mi opinión, no solo el mejor compositor español de este momento, sino uno de los mejores creadores en la Europa de la primera mitad del XVIII. Como muestra, un botón: Entre cándidos, bellos accidente, cantada para sopranos con violines y continuo, cuya aria final, Del piélago violento, nada tiene que envidiar a un aria de bravura del propio Vivaldi.

   Para las dos primeras obras de la segunda parte se reservó un cambio estilístico más que notable en relación al grueso del concierto. Con la idea de defender el título del programa, Paseos por la Real Capilla. Cantadas sacras y música de cámara en torno a Francesco Corselli, se propuso la presencia de otros dos autores relacionados con la institución. El primero de ellos, José de Torres (c. 1670-1738), que fuese maestro de capilla aquí entre 1720 y 1738, es un autor con esencia más arcaizante, al menos en estas obras a solo con bajo continuo, da la que su Salve a nuestra señora [1728] es un excepcional ejemplo. Para el segundo –con un salto de sesenta años en relación a la obra de Torres– se reservó la figura de Gaetano Brunetti (1744-1798), otro autor italiano muy españolizado con el paso de los años, y relacionado con la Real Capilla por su puesto como violinista. Brunetti es sin duda uno de los casos más excepcionales en cuanto a la música orquestal y camerística en la España del XVIII. Su Trío para dos violines y violonchelo en Re mayor, serie VI nº 4, L 118, es una exquisita muestra de ello.

   Hay que destacar el trabajo de fondo realizado para que estas magníficas joyas del patrimonio musical hispánico puedan ser disfrutadas en pleno 2017. Por un lado, el trabajo la propia Alicia Amo, voz protagonista del concierto, que acudió al archivo del Palacio Real para recuperar y transcribir cuatro cantadas de Corselli, de las cuales se interpretaron aquí dos. Por otro lado la labor de Ars Hispana, con Raúl Angulo y Antoni Pons, autores de las ediciones de las obras de Nebra y Torres. Por último el ICCMU, con el trabajo de Lluis Bertrán para la obra de Brunetti, y de Judith Ortega para la sonata de Corselli.

   Desde el aspecto interpretativo, no cabe sino alabar a Musica Boscareccia y a la propio Amo por el excelso resultado. Estamos sin duda ante obras de gran calibre, con una exigencia técnica importante. La voz de Amo es realmente ductil, con una gran extensión. Especialmente interesante me parece su registro medio-grave –sorprendentemente rotunda la zona grave en varios momentos–, así como su notable soltura para las agilidades y la ornamentación, aunque algunos de los da capo resultaron en exceso imaginativos. Su voz fluye con naturalidad, con un timbre bello y bien proyectado, notable dicción y una interesante capacidad para contar lo que canta. Su sólido presente, a pesar de su juventud, augura, por sobrados méritos, un rutilante futuro. Por su parte, los instrumentistas del conjunto, brillaron a mismo nivel que Amo. Especialmente encomiable la labor de Andoni Mercero, violín barroco y dirección, y de Alexis Aguado. Sus violines barrocos recorrieron todos los rincones de la Capilla Real con limpidez y tersura. Hay que destacar, por lo complejos y bien resueltos, los pasajes al unísono entre ambos violines, uno de los momentos en que muchos de estos conjuntos tienden a pinchar en este repertorio. Se ve que el trabajo de conjunto, especialmente de Corselli, está ya más que asentado. Hay mucho feedback entre ellos, lo cual siempre es de agradecer. El continuo recayó sobre el brillante violonchelo barroco de Mercedes Ruiz –siempre un seguro de vida en repertorios camerísticos–, el órgano y clave de Carlos García-Bernalt, además del archilaúd y la guitarra barroca de Juan Carlos de Mulder, que aportó el toque imaginativo y colorista a un continuo de magna factura. El conjunto brilla por doquier en los pasajes a tutti, pero también en los más solísticos, demostrando su gran maleabilidad y el gran trabajo de conjunto realizado. Es magnífico cuando se presencia una labor así.

   Un recital magnífico, tanto por el repertorio –a pesar de que personalmente hubiera programado más Corselli y Nebra, eliminando de la ecuación a Torres y Brunetti, no por calidad compositiva, que atesoran de sobra, sino porque el choque estilístico me pareció desmedido, más allá del interés real de una mezcla como esta–, como por el enclave, a lo que sumar la magnífica interpretación y el gran trabajo de recuperación patrimonial. Un lujo del que no cabría descuidarse, más en un momento como este en el que el todo vale todavía parece instaurarse más a menudo de lo deseable.

Fotografía: Musica Boscareccia.

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