El Círculo del Liceo organizó el pasado dos de julio por la noche una cena de gala para rendir homenaje a Plácido Domingo en su 70º aniversario, a quien le fue concedida la Medalla de Oro de la entidad por su amplia y reconocida trayectoria artística. El cantante español ha sido calificado como uno de los cantantes fundamentales de la historia de la música, como un director musical de excelencia y como uno de los gestores de teatros operísticos más eficaces de Estados Unidos, país en el que dirigió durante diez años la Washington National Opera -hasta la temporada que ahora concluye- y continuando a cargo de la Ópera de Los Ángeles.

Ignacio García-Nieto, presidente del Círculo del Liceo -entidad que desde 1847 ha estado estrechamente vinculada al devenir operístico de la ciudad de Barcelona, en la que Plácido Domingo y su familia vivieran durante una década-, afirmó sentirse honrado de que este gran artista haya aceptado este merecido reconocimiento. "Estamos hablando de uno de los más grandes. Domingo ha cantado gran parte de su repertorio en el Gran Teatre del Liceu barcelonés y rendirle un homenaje como este, celebrando sus 70 años, es un orgullo para la entidad que presido. Más todavía teniendo en cuenta que en más de una ocasión, Plácido ha celebrado su cumpleaños en el Círculo del Liceo, coincidiendo con alguna de sus actuaciones en el Liceu".

Plácido Domingo agradeció este reconocimiento que se une a otros que este año ha recibido en otras ciudades de España, como Madrid -en el Teatro Real- y en Sevilla: "Esta Medalla es un reconocimiento a todos esos cantantes que a finales de los años 60 y durante las décadas de los 70 y 80 estuvimos trabajando llenos de ilusión sentando las bases de lo que es el Liceo de hoy: eran los días de lucha", apuntó el artista. "El Círculo del Liceo, tan estrechamente ligado al teatro y a la ciudad de Barcelona, en la que nació mi padre, en la que viví diez años y en la que crecieron mis hijos, es un punto de encuentro con amigos entrañables. Sobrevivió al incendio y continúa teniendo esa identidad que lo hace único en el mundo, manteniéndose vivo". Domingo, visiblemente emocionado, recordó ese Liceo "en el que cantábamos cada Navidad todos los que entonces vivíamos en Barcelona, como Montserrat Caballé, Pedro Lavirgen, Juan Pons, Jaime Aragall... Antes de que apareciera José Carreras. El público del Liceo es único y después del Tamerlano que canto esta semana espero volver. Esta es mi ilusión", dijo, antes de acabar su discurso con un expresivo "Liceo, ¡a por los 200 años!".