Por Albert Ferrer Flamarich
Ópera en pantalla. Del cine al streaming. Jaume Radigales, Isabel Villanueva Benito. Cátedra, Madrid, 2019. 313 págs. ISBN: 978-84-376-4018-1
La editorial española Cátedra publicó uno de los libros de carácter interdisciplinar más recomendables del 2019. En Ópera en pantalla. Del cine al streaming los docentes e investigadores Jaume Radigales (Barcelona, 1969) e Isabel Villanueva (Pamplona, 1982) han elaborado una monografía sobre los vínculos entre la ópera, el cine y los nuevos medios audiovisuales, en un arco que abarca desde la teatralidad del siglo XIX hasta los nuevos formatos y narratividades del siglo XXI. En 16 capítulos repartidos en dos bloques resumen los ejes principales de esta interrelación evolutivamente sometida a ciclos circadianos que salen fuera del ámbito estricto de la música. Solo el primer artículo, versado en los elementos constitutivos de los tres campos, ya da una idea de la firmeza y densidad discursivas en una exposición rigurosa que contrasta los parecidos y las diferencias.
Desde perspectivas diferentes los autores analizan una historia de relaciones textuales sin el historicismo positivista, más allá de la inevitable deriva cronológica en la exposición de cada manifestación. En este sentido, confieren una perspectiva que es un espejo de memoria que integra el pasado más reciente para ver con claridad la complejidad del presente y los ejes de un futuro impredecible. Establecen simultaneidades y desvelan las múltiples inferencias entre formatos, sin quitar opiniones propias gracias a un enfoque detallado que amplia nuestro nivel cultural, sobre todo para los lectores poco cinéfilos. Desarrollan un ejercicio exegético intenso y expeditivo en las bases teóricas aparentemente dispares, que iluminan afinidades poco obvias, configuran una mirada abierta que no rehúye nada y que invita a la reflexión a partir de un fondo intelectual muy potente y con muchas sutilezas, apasionamiento por la materia y que, en contra de lo que se ha dicho y escrito hasta ahora, no es eminentemente divulgativo.
El libro ofrece un panorama muy rico y diverso. Un patrón más protohistórico determina el bloc inicial, elaborado principalmente por Radigales sobre uno de los temas que ha trabajado más en serio a lo largo de su trayectoria. Entre los aciertos del capítulo dedicado a Wagner hay que citar el comentario de la película Parsifal de Daniel Mangrané de 1951 y la atención dispensada a la filmografía de Buñuel. Con ellos cubre una de las pocas lagunas descuidadas por la extraordinaria monografía Wagner y el cine. De las películas mudas a la saga de Star Wars compilada por Jeongwon Joe y Sander Gilman, que Fórcola Ediciones tradujo al español el año 2018. Otro de los puntos troncales recae en el detalle con que analiza óperas filmadas como La flauta mágica de Bergman (1971) y Don Giovanni de Losey (1979). Todo ello revalida a Jaume Radigales como un referente en nuestra casa, docente e investigador, con una especial sensibilidad sobre la materia.
El segundo bloque parte de un desarrollo teórico mayúsculo a cargo de Isabel Villanueva, quién fue alumna suya de doctorado y actualmente ejerce de compositora y docente en Cataluña y en California. Perteneciente a una nueva generación de especialistas, aporta el bagaje y la apertura de perspectivas de quien también se ha formado en los EUA y que se nutre en gran parte de la bibliografía anglosajona: la predominante y pionera sobre la materia. En conjunto son ocho capítulos enriquecidos por un gran dominio de disciplinas auxiliares y literatura especializada que abordan diversos medios audiovisuales: desde la televisión analógica y el vídeo -aclarando la divergencia entre el lenguaje y el formato-; hasta los DVD y el Blue Ray: pasando por las retransmisiones operísticas en cines y la ruptura de los espacios tradicionales de la alta cultura, a partir de las claves de interactividad, inmediatez, hipermedialidad, personalización, no linealidad y participación del espectador en el espectáculo. Como la primera parte, presenta un talante académico pero Villanueva le confiere un estilo más periodístico, una perspectiva global que reflexiona sobre los significados socioculturales, emotivos y psicológicos de los nuevos consumos individuales asincrónicos, accesibles y domésticos de la ópera. Con ellos acerca al lector a temas que van desde la odontología de la actuación a datos de estudio de mercado con diferentes categorizaciones del género. Un resumen condensa el marco discursivo y remata cada capítulo. Destacan los cuadros sinópticos sobre las estrategias de difusión operística en internet (capítulo 15) y no le falta un poco de la historia de la ópera como creación en el siglo XX a través de las composiciones para televisión (capítulo 9).
La redacción es austera, con un encadenamiento lógico de ideas, de nivel académico y sin retórica ni abuso de conectores. Es cierto que, a pesar del rigor metodológico que implica la inclusión de citas y referencias bibliográficas, hay un abuso de las mismas que ofrece una imagen de una especia de pactwork conceptual en un texto muy bien trabajado. Incluso en ideas obvias, de sentido común y dominio público que necesitarían justificación. Por otro lado, se echa en falta un glosario terminológico final -o inicial- que defina sintéticamente los términos desarrollados a lo largo de los capítulos: film opera, folk musical, opera video, ópera filmada, biopic, ópera televisiva, ópera condensada, vídeo ópera, telecast opera, documentary opera y otros conceptos afines y divergentes en el mundo audiovisual, bien expuestos donde corresponde pero desconocidos por el lector neófito. En relación al diseño, se han incluido numerosas imágenes, en concreto 203 en las 313 páginas, algunas a color y bien ubicadas. El grafismo juega con la variedad de letra y cuerpo, pero la maquetación a dos columnas por página, a priori visualmente más estimulante resta agilidad en la percepción de las frases y la focalización más directa de las ideas. Al menos, según mi parecer. Al margen de estas cuestiones, no faltan los índices onomásticos y muestra las confluencias entre dos espectáculos multidisciplinarios que tienen como principal enemigo el consumo mecánico, irreflexivo y sonámbulo, tal como escribía el musicólogo y especialista en cine José Luís Telléz en uno de sus memorables artículos recientemente publicados en Musica Reservata (Fórcola Ediciones, 2019).
Es, pues, un libro necesario, ausente en la bibliografía española al margen de volúmenes elaborados en congresos académicos como los ya clásicos de la Universidad de Salamanca, publicados a principios de la década pasada y en los que Radigales, como paciente y metódico trabajador, hizo substanciales aportaciones como las incluidas en El espectáculo operístico. Fundamentos e historia (Huygens Editorial, 2017), los capítulos quinto y sexto del cual son una condensación de la materia. Incluso cuando integra comunicaciones pasadas de manera literal, lejos de ser un demérito, indica la validez y vigencia de los referidos estudios más de una década después de ser escritos. Es el caso de los apartados sobre Puccini y Mozart (capítulo 7). Lo mismo se puede decir de Villanueva que posiciona Ópera en pantalla. Del cine al streaming como una fuente de consulta indispensable para profesionales y estudiantes; un título atractivo y exigente para aficionados; y una referencia en la materia en los próximos años. Especialmente en carreras universitarias como bellas artes, interpretación, historia del arte, musicología y humanidades por la innegable utilidad, documentación y riqueza visual.