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Crítica: «A solas con Marilyn» de David del Puerto en el Maestranza de Sevilla

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Autor: José Amador Morales
2 de mayo de 2025

Crítica de José Amador Morales de la ópera A solas con Marilyn del compositor español David del Puerto, en el Teatro de la Maestranza de Sevilla

«A solas con Marilyn» de David del Puerto en el Maestranza de Sevilla

A solas con Marilyn se estrena en Sevilla

Por José Amador Morales
Sevilla, 29-IV-2025. Teatro de la Maestranza. David del Puerto: A solas con Marilyn. Ópera de cámara para soprano, mezzosoprano, viola eléctrica, guitarra eléctrica y paisajes sonoros sobre texto de Alfonso Zurro. Ruth González (Ella), Blanca Valido (Lina). Ana María Alonso, violín. David del Puerto, guitarra y dirección musical. Ricardo Campelo, dirección de escena. Producción de Teatro Xtremo y Ópera de Tenerife.

   Estrenada el pasado 12 de julio en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, A solas con Marilyn, la más reciente ópera de cámara del compositor David del Puerto, ha sido presentada en el Teatro de la Maestranza de Sevilla en el marco de un recorrido que en los últimos meses la está llevando, gracias a su formato camerístico y versátil, a diferentes escenarios a lo largo de nuestro país como el Corral de Comedias de Alcalá de Henares, el Auditorio de Tenerife o el Auditorio de Galicia en Santiago de Compostela. Inspirada en la obra de teatro homónima de Alfonso Zurro, autor asimismo del libreto, Del Puerto presenta un diálogo musical tremendamente introspectivo en el que vuelca toda su poderosa personalidad creativa. La obra está estructurada en treinta y una escenas agrupadas en seis bloques a lo largo de alrededor de hora y cuarto de duración sin solución de continuidad, lo que permite al espectador adentrarse en el universo dramático de esta lacerante simbiosis musical, literaria y escénica. 

   La obra gira en torno al personaje de Ella quien, tras ser abandonada por su pareja, contempla cómo su rutina diaria - trabajo, familia, amistades, sexualidad… -  se ve fatalmente alterada. Así, este personaje enfrenta su difícil situación evocando la mítica figura de Marilyn Monroe, mientras que Lina actúa dramáticamente como espejo interactivo del personaje principal, es decir, resaltando y poniendo en evidencia rasgos, emociones e ideas de la protagonista que, de esta forma, ayuda a profundizar en su situación y, en definitiva, a entenderla. Así pues,  A solas con Marilyn ofrece una reflexión íntima y de gran crudeza emocional que culmina dramáticamente evocando la Medea de Eurípides, cuando Ella comete el filicidio. 

«A solas con Marilyn» de David del Puerto en el Maestranza de Sevilla

   La partitura de Del Puerto sostiene todo el drama de forma audaz, sublimando con originalidad la angustia de la protagonista así como sus sueños, desilusiones y esperanzas. El eficaz recurso con el que se inicia la obra, simétricamente replicado al final de la misma, genera un ambiente de “paradójica serenidad que nace de la nada y se pierde en la nada”, como el propio compositor lo describe en las notas al programa, y que recuerda no poco al arranque de la tetralogía de Richard Wagner en su efecto en el espectador. El compositor madrileño utiliza una aparentemente simple base instrumental de una guitarra y viola eléctricas que, puntualmente distorsionados y con el concurso de fragmentos pregrabados, logra impactar con una riqueza tímbrica, por otra parte marca de la casa, que propone una experiencia auditiva de una sutileza sorprendente. El propio David del Puerto no defraudó como aseado guitarrista y una excepcional Ana María Alonso se hizo cargo de la viola.

   La línea de canto bascula entre el recitativo continuo, la mera declamación así como escasas y breves frases más o menos cantabile, en el marco de un continuo desarrollo melódico. Los puntuales acercamientos a los extremos de la tesitura en el personaje de Ella se dan para reforzar el contenido dramático del momento y en todo momento el texto es inteligible, sin duda otro de los aciertos habituales en las obras vocales de David del Puerto; en este sentido, resultó un valor añadido el hecho de ofrecer subtítulos. Las prestaciones vocales brillaron a gran altura especialmente por el protagonismo de una Ruth González, ya curtida en este tipo de repertorio (hace escasos meses tuvimos la ocasión de verle en un extraordinario Lazarillo, otra reciente creación escénica de David del Puerto). Su voz ligera, versátil y de timbre muy personal, fue cincelada con un fraseo de gran calado expresivo al que aportó una dicción nítida y una entrega dramática intachable. En definitiva, una acabada caracterización por parte de esta soprano tinerfeña, que supo resolver con eficacia las demandas técnicas y la intensidad emocional del rol. Por su parte, Blanca Valido se supo desenvolver con acierto ofreciendo el conveniente contraste de color gracias a su voz de mezzosoprano, homogénea e igualmente hábil en la articulación. 

   La puesta en escena, sencilla en su diseño, resulta sumamente impactante desde el punto de vista dramático, incorporando elementos contemporáneos habituales en las producciones de Teatro Xtremo, como la estética minimalista, una dirección de actores incisiva y creativa a cargo de Ricardo Campelo, y el uso de la cámara en escena; de esta forma se muestran primeros planos en tiempo real proyectados en el fondo del escenario que, junto a otros efectos visuales, generan una experiencia visual dinámica. Además, la obra presenta momentos culminantes y puntos de inflexión que no evitan la provocación, intensificando así la carga emocional y conceptual del espectáculo.

Fotos: Teatro de la Maestranza

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