CD: Claudio Abbado. Berliner Philarmoniker Edition Vol. 1

   En casual coincidencia con la lamentada desaparición del maestro Claudio Abbado, Sony había previsto la reedición de esta preciada caja de 5 CDs, ya aparecida en 2008, con grabaciones en directo de conciertos de Abbado con la Filarmónica de Berlín. Homenaje imprevisto, pues, pero oportuno como pocos. Cinco estupendos registros, con amplia disparidad de repertorios, desde Brahms a Nono, pasando por Dvorák, Mahler, Mendelssohn, Mussorgsky, Reger, Strauss o Rihm. El audio de estos CDs corresponde a conciertos de la primera mitad de los años 90, esto es, a la primera etapa de Abbado en Berlín. La selección de obras de esta primera caja, de las 3 que componen esta edición especial que ahora se reedita, nos ofrece la ocasión de escuchar piezas francamente singulares, como la versión completa, con bajo y coro, de Una noche en el monte pelado de Mussorgsky, o el hermoso An die Hoffnung de Reger. Los cinco CDs dan cuenta de las habituales señas de identidad de la colaboración de Abbado con la Berliner: un sonido limpísimo, compacto y cargado de fuerza, con leves instantes de recreación contemplativa, habida cuenta del virtuosismo de su conjunción. Entre las voces que forman parte de estos registros encontramos a un Kotcherga más estimable que nunca, en los pocos años en los que mantuvo una mínima ortodoxia vocal, a una Mattila en plenitud, intachable, y a una Lipovsek algo distante y fría pero de material caudaloso y seductor.

   El primer CD está dedicado a piezas con texto de Hölderlin e incluye el Schicksalslied de Brahms, los Himnos Op. 71 de Strauss y el An die Hoffnung Op. 124 de Reger. Es un conjuto hermosísimo de piezas, recreadas con intachable cuidado y exquisita expresividad. El segundo compacto incluye dos piezas de Dvorák: el poema sinfónico La bruja del mediodía, y una bárbara Octava sinfonía, plena de dinamismo, haciendo gala Abbado de esa lograda amalgama de ímpetu y lirismo que fue marcando su batuta. En el tercer CD destaca la intensa partitura de Nono, Il canto sopeso, en un disco que lleva como portada los fusilamientos del 3 de mayo de Goya. Es aquí Bruno Ganz quien presta su voz como narrador a las cartas de los prisioneros ejecutados por los nazis. Los Kindertotenlieder en la voz de Lipovsek completan un disco muy notable, donde destaca la citada recreación de la pieza de Nono, con un Abbado de pulso desolador.

   El cuarto compacto, dedicado a Mendelssohn nos permite escuchar uno de los relativamente escasos registros dedicados a este compositor por Abbado, al margen de su afamada integral con la London Symphony. Se nos incluyen aquí la Cuarta sinfonía y unos extractos de El sueño de una noche de verano. El sonido es tan perfecto, limpio y brillante que a veces da la impresión de quedar algo hueco y distante, como si Abbado estuviera más pendiente de lo acabado del sonido que de la densidad de su enfoque. El maestro italiano tuvo siempre una gran conexión con Mussorgsky. Suyas son, de hecho, dos de las mejores grabaciones que podamos encontrar de Boris Godunov y Khovanschina. En este caso, el quinto CD de esta caja nos brinda un conjunto de fragmentos algo dispares, aunque interesantes por su escasa presencia en discos y conciertos. Destaca, así, la ya citada versión completa de Una noche en el monte pelado, con bajo y coro.

   En conjunto, cinco compactos brillantes, con un contenido dispar pero marcado siempre por una batuta que busca un sonido firme, compacto, de acabado esmalte y dinámico enfoque. Siempre tuvo Abbado cierta tendencia a buscar un sonido preciosista, con el riesgo consiguiente de descuidar por el camino la expresividad, la densidad comunicativa de las partituras. Lo cierto es que tal cosa sucede muy esporádicamente y estos cinco compactos son buena muestra de que la suma del enfoque estético de Abbado y el virtuosismo de la Filarmónica de Berlín llegaron durantel los años noventa a grandísimas cotas de expresión musical.