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Crítica:  «Adriana Lecouvreur» en el Teatro Cervantes de Málaga

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Autor: José Antonio Cantón
24 de mayo de 2023

Crítica de Adriana Lecouvreur de Francisco Cilea en el Teatro Cervantes de Málaga, bajo la dirección musical de Óliver Díaz y escénica de Joan Anton Rechi

«Adriana Lecouvreur» en Málaga

Una Adriana Lecovreur de brillante musicalidad 

Por José Antonio Cantón
Málaga, 19-V-2023. Teatro Cervantes. Adriana Lecouvreur, ópera de Francesco Cilea. Pau Armengol, Luis Cansino, Alba Chantar, Mar Esteve, Néstor Galván, Lianna Haroutounian, David Lagares, Clémentine Margaine, Luis Pacetti y Alejandro Roy. Director de escena: Joan Anton Rechi. Coro de Ópera de Málaga, Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Óliver Díaz.

   La última cita de la temporada lírica 2022/2023 del Teatro Cervantes de Málaga ha significado un gran éxito de la representación de la ópera Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea, con la que este compositor alcanza el punto culminante de su creatividad musical. Con libreto de Arturo Colautti, según el drama homónimo de Eugène Scribe y Ernest Legouvé, cuenta la historia real de una de las más grandes actrices trágicas que existieron en el Teatro Nacional de la Comédie-Française de París. Trata de su amor por un supuesto oficial, en realidad un importante aristócrata, Maurizio, conde de Sajonia, que seduce tanto a Adriana como a la princesa de Bouillon, en este caso por razones de conveniencia política. La acción, que se desarrolla en 1730 y está enmarcada en la ostentosa  corte francesa, muestra el contraste de un sentimiento de amor verdadero con la frivolidad que se reviste otro que es falso, diferencia que se encarga de enfatizar Scribe con su descriptivo arte literario.

   Para esta producción propia, el Teatro Cervantes de Málaga ha contado con la gran profesionalidad artística del director de escena andorrano Joan Anton Rechi que, con un planteamiento fiel a las indicaciones dramáticas del libreto, ha conseguido trasladar sintéticamente el ambiente de la Comédie-Française parisina al escenario cervantino malagueño, haciendo un significativo trabajo de montaje de teatro dentro del teatro en los actos primero y último, efecto implementado también desde el sugestivo vestuario de los cuatro comicastros que, con sus movimientos e intervenciones vocales dramatizaban las primeras escenas de la ópera. Hay que considerar en este sentido que, dentro de un nivel vocal bien cuidado en expresión, destacaron las puntuales intervenciones de la soprano rondeña Alba Chantar en su papel de Mademoiselle Jouvenot, por su bien impostada voz lírico-ligera.

«ADRIANA LECOUVREUR» EN EL TEATRO CERVANTES DE MÁLAGA

   El otro gran soporte artístico de esta función fue el director musical asturiano Óliver Díaz, que elevó el contenido estético de la partitura a un nivel que no suele darse habitualmente en las representaciones de esta obra, haciendo que la orquesta sacara de sí sus mejores capacidades, tanto las individuales de los instrumentistas como las de conjunto, que dejaban una sensación en el espectador de una respuesta romántica que superaba la rigidez y acritud expresivas con las que es tratado el verismo en algunas ocasiones. Tal dulcificación musical levantó el grado artístico de la función a lo largo de todo su desarrollo, sin menoscabo alguno del imprescindible continuum dramático que exige esta ópera, que terminó convirtiéndose en una de las mejores actuaciones de la Orquesta Filarmónica de Málaga de las últimas temporadas líricas del Teatro Cervantes de Málaga.

   En cuanto a los cuatro protagonistas, hay que empezar por la soprano Lianna Haroutounian, que sustituía a la vibrante voz de la albanesa Ermonela Jaho, prevista oroginalmente para esta producción. La destacadas habilidades vocales lirico-spinto de esta cantante armenia, como las exhibidas en el aria «Io son l'umile ancella» del primer acto y la conmovedora y patética «Poveri fiori» de la quinta escena del último acto -uno de los momentos cumbre de inspiración de este drama lírico-, las hace simultáneas a notables cualidades de actriz como las mostradas en el recitado de la sustancial escena en la que declama un tenso monólogo de la tragedia Fedra de Jean Racine, excelentemente acompañado por un precioso solo de violín, convertido en un ataque contra la Princesa de Bouillon. 

   Este segundo personaje femenino, que completa el triángulo amoroso de la historia, estuvo a cargo de la mezzosoprano francesa Clémentine Margaine que, desde su aparición en escena impactó en ese ejemplo de aria tensa y radical cual es Acerva voluttà del segundo acto con la que demostró su dominio del canto spianato verista hasta alcanzar unos agudos muy bien definidos, propios de esta corriente de canto, que permitió que el espectador disfrutara, gracias entre otras habilidades a su depurada técnica en el uso de sus resonadores, de su enorme temperamento a través de una sublime gradación dinámica muy bien diversificada ante una orquesta brillante que fue perfectamente conducida en todo momento. Ambas cantantes protagonizaron uno de los momentos cumbre de esta producción en el dueto que lleva a concluir el segundo acto, «E sia! Non risponde», en el que escena, música y canto se fundieron en una sola realidad estética de esplendoroso efecto estético musical.

«ADRIANA LECOUVREUR» EN EL TEATRO CERVANTES DE MÁLAGA

   En relación a los dos protagonistas masculinos hay que valorar el gran nivel de la doble expresividad vocal de tenor italiano lirico spinto y en otros momentos heroico de Alejandro Roy, como se pudo percibir en las famosas arias «La dolcissima effigie» del primer acto y «L'anima ho stanca» del segundo, respectivamente. Su intervención, junto a Luis Cansino haciendo éste el papel de Michonnet, director de escena de la Comedie Française y también enamorado de Adriana, significó, cómo en los destacados protagonistas masculinos de esta producción se alcanzó un contrastante equilibrio que confirmaba la buena selección vocal del elenco de esta representación de Adriana Lecouvreur, como se pudo apreciar en el pasaje conocido por Ecco il monologo del primer acto, todo un ejemplo de emoción que el barítono madrileño, en un gran estado canoro, convirtió en puro sentimiento cantado.

   Del resto de secundarios, hay que decir que todos estuvieron a la altura de la belleza del espectáculo, destacando las tablas en dramaturgia y canto del tenor malagueño Luis Pacetti, haciendo de abate de Chazeuil, y la siempre segura impostación del barítono David Lagares, que completaban el elenco principal de una de las producciones operísticas más logradas del Teatro Cervantes recientemente, que merece ser vista, escuchada y disfrutada en otros centros líricos del país.

Fotos: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

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