
Crítica de Raúl Chamorro Mena de la ópera Carmen de Bizet en La Arena de Verona, con Roberto Alagna bajo la dirección musical de Francesco Ivan Ciampa y escena de Franco Zeffirelli
Fantástica sustitución
Por Raúl Chamorro Mena
Verona, 26-VII-2025. Arena. 102 Arena di Verona Opera Festival. Carmen (Georges Bizet). Alisa Kolosova (Carmen), Roberto Alagna (Don José), Mariangela Sicilia (Micaela), Luca Micheletti (Escamillo), Sofia Koberidze (Mercédès), Daniela Cappiello (Frasquita), Gabriele Sagona (Zúñiga), Jan Antem (Dancairo). Coro de voces blancas A. Li. Ve. - Director: Paolo Facincani -.Compañía de baile de Antonio Gades - Directora artística: Stella Arauzo. Orquesta y coro de la Fundación Arena de Verona. Dirección musical: Francesco Ivan Ciampa. Dirección de escena: Franco Zeffirelli.
Después de una visita a la hermosa Mantua, llena de bellezas como il Palazzo Te y el Ducal en el que poder recrearse con esa obra maestra de Andrea Mantegna "camera degli sposi", la tarde se presentaba en Verona totalmente despejada y, por tanto, sin amenaza de lluvia. Al recoger la entrada y la locandina del espectáculo, se produjo la sorpresa, todo un zambombazo. En el elenco no figuraba el anunciado Yusif Eyvazof como Don José, en su lugar constaba ¡Roberto Alagna!, nada menos. Una de esas sustituciones que a veces, pocas, llenan de dicha al melómano viajero. El último tenor divo por medios vocales y personalidad.
Hasta 1995 no aceptó Franco Zeffirelli (1923-2019) realizar una puesta en escena en el Festival de la Arena de Verona. El director de cine y ópera Florentino pensaba que no se adaptaría a las grandes dimensiones del escenario del anfiteatro romano. La ópera con la que se estrenó en el ciclo fue la Carmen de Bizet y con tal éxito, que su producción ha alcanzado las 167 representaciones en 15 temporadas. Es decir, más de la mitad de las que suma la obra maestra de Georges Bizet como segunda ópera más representada en el Festival, después de Aida.
Esta puesta en escena, que ví en la edición de 2006, mantiene su vigencia transcurridos 30 años y resulta un perfecto ejemplo de la Maestría insuperable de Zeffirelli en cuanto a sentido de la espectacularidad y movimiento de las masas, aspectos en los que fue único. El Florentino nos sitúa en una Sevilla en día de mercado con las calles atestadas de las más variadas gentes. Zeffirelli llena el amplísimo escenario con unas masas movidas magníficamente, y que siempre están haciendo algo con sentido. Infinidad de detalles contiene la dirección escénica en un trabajo hondo, meticuloso, de auténtica filigrana, que se combina con el impacto visual de los imponentes decorados en cada uno de los actos. La coreografía del Camborio sigue funcionando de manera impecable, está vez desarrollada por la Compañía de baile de Antonio Gades bajo la dirección artística de Stella Arauzo.
Muy interesante la Carmen de Alisa Kolosova, empezando por la calidad de su material vocal, poderoso, potente, caudaloso, extenso, de centro amplio y carnoso, con definición y color de mezzo. La rusa demostró solidez en el grave y aún más calidad y timbre en la zona alta, además de fondo musical, sin caer nunca en excesos en una Carmen siempre bien cantada, con desparpajo y comprometida en escena. Determinada, libre, pero no una descarada "devora hombres"
Roberto Alagna escanció su Don José de libro, referencial en los últimos años, con una voz aún sana y que conserva muchos quilates, de timbre cálido, bellísimo y personal, aunque, lógicamente a estas alturas, ha perdido algo de fulgor y esplendor tímbrico y presenta una zona alta más apurada. Le había visto el papel en 2004 en otro recinto romano, el Théâtre Antique de Orange y pasados 21 años desde la primera nota Alagna demostró estar en otra dimensión respecto a la gran mayoría de tenores en activo, por emisión, proyección, calidad y singularidad tímbrica, además de carisma y personalidad. Espléndida el aria de la flor, así como los actos tercero y cuarto - de gran arrojo e intensidad dramática y fraseo caluroso y apasionado- de un cantante capaz de resultar idiomático tanto en francés como en italiano.
Mariangela Sicilia es una cantante sensible y musical, que canta con finura, cuidado fraseo y dinámicas, con lo que compensa unos medios vocales justos en cuanto a centro y volumen, insuficientes para la soprano lírica plena que pide Micaela. Cantó muy bien el dúo del primer acto con Don José y su gran aria del tercero "Je dis que rien ne m'epouvante", además de caracterizar de forma creíble a la muchacha devota que toda madre querría como mujer de su hijo en contraposición a la mujer diabólica, "hechicera" y "devora hombres" que encarna Carmen.
Arrojado y presuntuoso pero vocalmente gris el Escamillo de Luca Micheletti, barítono desguarnecido en el grave -por lo que se explaya en largos agudos- de emisión retrasada y timbre árido, ayuno de nobleza y calidad.
Entre los secundarios destacar a Gabriele Sagona y Daniela Cappiello por encima de unos muy flojos Sofia Koberidze y Giulio Mastrototaro. Muy competente y eficaz la dirección musical de Francesco Ivan Ciampa, no exenta de buenos detalles y la elegancia imprescindible en la música francesa. Sin especiales fantasía e inspiración, si se quiere, pero el director de Avellino garantizó el suficiente pulso teatral y progresión dramática. El coro de la Fundación Arena de Verona alcanzó el nivel esperable en una ópera en la que es tan importante y un montaje que le exige mucho escénicamente. Notable también el coro de niños.
Fotos: Cortesía de la Fundación Arena de Verona