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Andrew Gourlay dirige el estreno mundial de «Through Lost Landscapes» de Hillborg en Valladolid

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Autor: Agustín Achúcarro
7 de febrero de 2020

Andrew Gourlay dirige el estreno mundial de Through Lost Landscapes de Hillborg

Un reportaje de Agustín Achúcarro
Andrew Gourlay, director titular de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, propone un programa en torno a la figura del compositor sueco, nacido en 1954, Anders Hillborg, con el estreno mundial de una creación suya en el Auditorio de Valladolid, los días 7 y 8. «Deseaba que existiera la posibilidad de escuchar una obra nueva de Hillborg, un estreno mundial, y Through Lost Landscapes es una composición muy importante, no solamente a nivel musical, sino por lo que supone para la orquesta con vistas a su futuro». Gourlay quería que el estreno fuera en Valladolid ya que es una obra comisionada por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, la Sinfónica de la BBC, la Filarmónica de Helsinki, la Real Filarmónica de Estocolmo y la Orquesta de Minesota. «Y el que sea la OSCyL la primera en interpretarla supone colocarse en el mapa mundial musical, al tiempo que se consigue a través de ello que otras orquestas a nivel internacional conozcan nuestra labor», explica el director. Al margen de esto, la importancia del acontecimiento reside en ciertos valores que Gourlay defiende que Hillborg posee en abundancia. «Tiene una imaginación extraordinaria y  su obra es una mezcla de paisajes de música, pero de manera abstracta, por lo que nada es muy concreto. Hay unos efectos que resultan raros, como por ejemplo un motivo de glissandi muy, muy largo y bien controlado (Gourlay imita el sonido) que es como el efecto que producen las pinturas de M.C. Escher, famoso por sus escaleras que no sabemos a dónde nos conducen, ni su dimensión real».  

   El concierto comienza con otra composición de Hillborg, concretamente con King Tide. «Es bastante minimalista, pero a diferencia de otros compositores de esta corriente musical, que no han sido capaces de llevar bien sus ideas a una orquesta, aunque si lo hayan hecho fenomenalmente para grupos de cámara, Hillborg lleva el ritmo del minimalismo al sinfonismo de una manera que casi nadie es capaz de hacer igual», asevera Gourlay mientras insiste en las facultades del autor: «Tiene la capacidad de dar al público una experiencia que excede del termino clásico, por lo que yo quería que los aficionados de la OSCyL tuvieran la posibilidad de escucharle».

   Y para concluir se interpreta la Sinfonía nº5 de Sibelius. «Después de aprender bien King Tide-comenta Gourlay-no solo la he elegido por su relevancia y porque ambos compositores sean escandinavos, sino porque Hillborg, por ejemplo, usa sonidos en metales y maderas que tienen cierta relación con el que busca Sibelius». El director considera que existen relaciones entre ambos autores, aunque algunas sean casuales, pero no quiere ahondar más en el tema pues prefiere que «el público reciba la música sin saber previamente al detalle esto que ha comentado».

   Al referirse a la sinfonía de Sibelius Gourlay considera imposible no mencionar el tema del movimiento final. «Me gusta comprobar cómo, cuando la gente sale de un auditorio después de escuchar esta obra, se le oye cantar esa melodía». Al margen de eso, que considera obvio, existe algo que le fascina. «Lo más impresionante son los acelerandos larguísimos, que pasan durante 30 páginas de la partitura y que hay que hacerlos muy poco a poco, pues no necesitan fuego, ya que no es algo súbito, lo que obliga a buscar el tempo adecuado a cada frase, y por si fuera poco me admira la capacidad técnica de Sibelius para poder hacer un viaje sonoro así de extraordinario».

Foto: TommasoTuzj

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