
Crítica del concierto ofrecido por Anna Urpina, María Hinojosa, Daniel Oyarzábal, Nicola Brovelli y Juan Carlos de Mulder en el XXIV Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco
Rescatando olvidadas musas de la música
Por José Antonio Cantón
Vélez Blanco (Almería), 18-VII-2025. Iglesia Convento de San Luis. XXIV Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. Dirección: Anna Urpina (violín barroco). Solista: María Hinojosa (soprano). Daniel Oyarzábal (clave), Nicola Brovelli (violonchelo barroco) y Juan Carlos de Mulder (tiorba). Obras de Élisabeth Jacquet de la Guerre, Francesca Caccini, Marieta Priuli, Zulema de la Cruz, Isabella Leonarda, Mademoiselle Duval y Mary Dering.
Con la intención de rescatar las experiencias artísticas de compositoras barrocas inmersas en el olvido, la violinista catalana Anna Urpina se ha rodeado de instrumentistas de reconocido prestigio en música antigua para confeccionar un programa en el que se han ofrecido unos ejemplos clarificadores de las capacidades que desarrollaron algunas singulares creadoras que por su condición femenina quedaron postergadas en la memoria sin llegar a darse la merecida difusión de sus obras hasta época reciente.
En primer lugar, por orden de aparición en el concierto, Anna Urpina quiso poner en valor una preciosa Sonata para violín y viola da gamba obligada de Élisabeth Jacquet de La Guerre, prestigiosa clavecinista de la corte de Luis XIV que dominaba el arte del contrapunto como se pudo apreciar en la interacción de ambos instrumentos de cuerda que destacaron por la singularidad y complementariedad de su entonación tímbrica. Esta obra sirvió para que el público entrara en materia adaptando su escucha al temperamento de la técnica adoptada por Thomas Young, que empezó a clarificar la progresiva brillantez del sonido que alcanzó su sistema después de la desigual afinación Valotti generalizada a lo largo del periodo barroco. El ser una pieza inédita aumentaba la curiosidad sobre su contenido, hecho que quedó constatado en su escucha por las cuidadas proporciones de su estructura. Igual sensación causó el Correnti para violín y spinetta de la veneciana Marieta Priuli, también sin editar, en el que destacó la musicalidad de Daniel Oyarzábal en el clave.
Entre ambas hubo oportunidad de escuchar a la soprano María Hinojosa en una dramática versión de algunas canciones del Primo libro delle musiche compuesto en 1618 por Francesca Caccini, compositora florentina de la que el Festival ofrecerá la ópera La liberazione di Ruggiero dall'isola d'Alcina en su jornada de clausura, lo que ha suscitado una gran expectación. La cantante sabadellense brilló en el dramatismo ofrecido en el sentimiento de desamor expresado en la última canción, ofrecida con una gran tensión emocional. En este sentido, entró en la dimensión contemporánea con Retrato y Despedida, extraídas de Canciones de Tasia de Zulema de la Cruz compuestas en 2008 en las que mostró una gran versatilidad vocal ante los arriesgados registros altos por los que tuvo que transitar su voz. Ésta se adecuó con especial sensibilidad al aire contemplativo del canto que exige la obra A False Designe to be Cruel que la compositora británica Mary Dering compuso en 1655, quedando como un referente del talento de esta señora muy admirada por su coetáneo, el gran sinfonista Joseph Haydn.
La conjunción del grupo instrumental quedó determinada previamente por el entendimiento colectivo que demostraron los músicos en la Décimo segunda Sonata para violín solo con la que Anna Urpina ofreció su destreza técnica y, posteriormente de modo especial, en la Suite instrumental de Mademoiselle Duval con la intervención del arte de Juan Carlos de Mulder a la tiorba y el elegante fraseo de Nicola Brovelli en el violonchelo barroco, llamando la atención esta obra por su abrupto final después de un agradable desarrollo canónico muy complaciente y natural. Un arioso de la misma autora francesa correspondiente a su ópera Los genios o los personajes del amor compuesta en 1736, segunda ópera de una dama estrenada en la Académie Royale de Musique de París que fundara Luis XIV en 1669, y que derivaría dos siglos después en el famoso Teatro Palais Garnier de la capital francesa, sirvió para terminar la velada.
Se reconocía así el valor de una música creada por mentes femeninas con verdadera inspiración y conocimiento técnico para expresarla. El público valoró muy positivamente tal pretensión del grupo liderado por Anna Urpina respondiendo con un cerrado aplauso. El concierto significó así el excelente inicio de la vigésimo cuarta edición de este Festival que cada año crece en su importancia dentro del panorama nacional en su especialidad.
Foto: Festival de Vélez Blanco