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Crítica: Recital de Cristina Gallardo-Dômas en Orense

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Autor: Roberto Relova Quinteiro
27 de noviembre de 2017

TRIUNFAL NOCHE DE POESÍA Y MÚSICA

   Por Roberto Relova Quinteiro | @robertorelova
Orense. Teatro Principal. 24-XI-2017. Ciclo Lírico de Otoño. Temporada Lírica organizada por el Ayuntamiento de Orense. Cristina Gallardo-Dômas (soprano) Juan Durán Alonso (piano). Obras de Antón García Abril, Eduardo Toldrá, Federico García Lorca, Juan Durán Alonso, Federico Longas, Xavier Montsalvatge, Luiz Bonfá y Rosendo Mato Hermida.

   Decía Federico García Lorca en una conferencia que: “El duende que llena de sangre, por vez primera en la escultura, las mejillas de los santos del maestro Mateo de Compostela, es el mismo que hace gemir a San Juan de la Cruz o quema ninfas desnudas por los sonetos religiosos de Lope”.  Habría que añadir, con permiso de Lorca, que ese duende del que habla es el mismo que poseyó a Cristina Gallardo-Dômas en  la ciudad de Ourense, no muy lejos de otros silentes santos de piedra que tañen en el Pórtico del Paraíso invisibles músicas.

   La ciudad de Ourense renace a través de sus señas de identidad, a través de su pasado, a través de los diferentes puentes de la cultura edificando un paradigmático renacimiento.

   Previo al concierto y de forma inusual el alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez presentó muy emocionado el concierto, habló de la historia de la ciudad y de la memorable visita de una diva, la soprano Cristina Gallardo-Dômas y del compositor Juan Durán Alonso. Era inevitable que hubiese un discurso de Jesús Vázquez, tiene todo el mérito de potenciar en su agenda cultural la enérgica presencia de la música. Es amante de la lírica y va a por todas.

   Gallardo-Dômas y Durán Alonso al piano establecieron un mágico puente  multicultural, huyeron de lo fácil, de lo comercial, no se permitieron concesiones gratuitas  al público, pero a cambio ofrecieron una lección magistral de música digna de los grandes espacios de la lírica en el mundo actual. Si, en efecto, fue un concierto para una sala de grandes especialistas en Salzburgo o en el ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Arriesgaron mucho, pero el público fue consciente de que se trataba de un concierto íntimo, lleno de emociones y mucho nivel. Los espectadores lo disfrutaron con respeto y la apoteosis final rompió con todas las previsiones, triunfó la música, la poesía, la belleza y hubo momentos para la elegante verdad del arte.

   No dio tiempo a que las emociones se fueran adaptando, Durán se encargo de buscar mágicas sonoridades desde el piano que prendieron al público en  Coita de Antón García Abril con texto de Álvaro de las Casas. Gallardo convirtió la primera obra en toda una declaración de intenciones enalteciendo la belleza de la partitura y respetando el poema gallego. El pianista dio autonomía al ritornelo en una eficaz secuencia de intimidad y lirismo. As froliñas dos toxos con música de Eduardo Toldrá y el bellísimo texto de Antón Noriega Varela mostraron la hermosa voz de Cristina Gallardo muy concentrada en el texto y con un sentido innato para la inocencia.

   García Lorca entró en la sala del teatro estableciendo un nuevo espacio entre la canción gallega y el universo lorquiano. Tres morillas y  Anda Jaleo!  impresionaron por su extrema gestualidad, su expresividad y una sensibilidad interpretativa que exclusivamente sólo las grandes voces poseen y alcanzan limites legendarios. Dos obras Vergüenza  y Ausencia de Juan Durán con textos de  Gabriela Mistral prepararon a intérpretes y al público para el gran final de la primera parte del concierto.

   O limite increado do mundo de Durán, fragmento de la Cantiga Finisterrae para múltiples voces de luz, con texto de Miguel Anxo Fernán-Vello desbordó el entusiasmo. Una delirante Cristina Gallardo se fundió con el texto, la música y piano de Juan Durán. Su voz proyectó sobre toda la sala con riqueza de matices, exhibiendo poderoso centro y graves. La versión, ya de referencia, gana con su dramática presencia desbordando un tono profundo y rico. La soprano posee un bello toque de color oscuro en su instrumento, pero también claridad de timbre. El fraseo es de orfebrería y la dicción toda una lección de profesionalidad. La obra de Durán permite los excesos dramáticos, los lugares oscuros del alma. Gallardo lo sabe e interpreta como si estuviese delante de una gran escena operística. Sencillamente, memorable.

   Las composiciones intimistas de Federico Longas dieron paso a una segunda parte en las que el entusiasmo del público fue creciendo. Las magistrales interpretaciones de las obras de Xavier Montsalvatge, Dormiti mi nengre y Canción de cuna para dormir a un negrito fueron delicia pura, cantadas con precisión milimétrica y fraseo cristalino. Las emociones musicales alcanzaron otro gran momento con Mañana de Carnaval de Luiz Bonfá y ya oficialmente con Lela se cerraba el concierto, esta obra de Mato Hermida (arreglos de Juan Durán) levantó al público de sus butacas y obligó a los intérpretes  a volver al escenario en varias ocasiones. Fueron tres propinas las que provocaron el delirio final, entre ellas la mítica Habanera de Carmen de Bizet. Su versión de la única heroína operística de la noche fue cantada con aire alegre, desenvuelto y ardor. Cristina Gallardo mostró su extraordinaria capacidad para convertir el escenario del teatro Principal en una plaza de Sevilla donde Carmen es objeto del deseo. Su voz es grande y penetrante, concentrada y verdadera. Actriz y dueña de su espacio escénico, ella misma diseño la  sobria, imaginativa y eficaz puesta en escena del recital que se acompañaba de una elegante proyección de imágenes en el fondo del escenario.

   Juan Durán permaneció fiel a la música y a la soprano, fue audaz, inteligente y buscó en sus partes como solista brillar, incluyendo varias actuaciones excelentes. Impecable sonido e inmejorable en la poética de la interpretación.

   Cristina Gallardo y Juan Durán soñaron juntos un viaje emocional, musical: grabar un disco con todas estas músicas, y así fue, el recital fue un regalo para aquellos que tuvieron fe en sus ideales de belleza y amor hacia la música. El 22 de noviembre se presentaba en Ourense el Cd, Puentes de Amor, pero nosotros, el público lo vivimos en directo el pasado viernes, un viernes lleno de luz, mucha luz.

   Noche muy emocionante para todos y que dio paso a los siguientes conciertos del ciclo protagonizados por la mezzo Sandra Ferrández y el barítono Javier Franco junto con el pianista Aurelio Viribay, el próximo día 1 de diciembre. Y ya la clausura el 8 de diciembre con la soprano María Rodríguez  acompañada por la pianista y compositora Margarita Viso Soto.

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