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Reportaje: La música incidental «Egmont» de Beethoven en la temporada de la Sinfónica de Castilla y León. Por Agustín Achúcarro

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Autor: Agustín Achúcarro
8 de octubre de 2020

Eugenia Boix, la voz cantada de Egmont

Un reportaje de Agustín Achúcarro
Egmont, op. 84 de Beethoven-con la Obertura y sus nueve números- es la obra con la que la Orquesta Sinfónica de Castilla y León aborda el segundo concierto de su Otoño 2020, los días 8, 9, 13 y 14 de este mes, a las 20h en el Auditorio de Valladolid. La Sinfónica cuenta con la dirección de Andrés Salado, dramaturgia de Carlos M. Sañudo y la participación del actor Fernando Tejero y la soprano Eugenia Boix. Ella se autodefine como «soprano lirico-ligera, con un componente más lírico que ligero» y considera que posee «versatilidad de repertorio, tanto de ópera como de recital», lo que le da «facilidades para adaptarse a los estilos desde el siglo XVI hasta principios de XX». «Y me parece importantísimo-subraya la cantante-la búsqueda y la reafirmación de mi sonido propio, que cuando alguien escuche sepa reconocer que quien canta soy yo». Una aseveración que le lleva a decir lo siguiente: «Creo que hay que ir conociéndose constantemente e ir madurando y ser fiel a uno mismo». Sus intervenciones en Egmont, con El redoble de tambor, en la que Clara desea ser soldado, y Gozosa y triste, en la que revela sus emociones, le sirven para validar estas afirmaciones. «Egmont es una gran obra, donde están muy bien conectadas la composición y el drama de Goethe». Boix hace una síntesis del argumento. «La acción, como bien se sabe, transcurre en el S.XVI, cuando los holandeses deciden rebelarse contra los españoles, y Egmont es el principal instigador que quiere liberar al país. Él está enamorado de una chica llamada Clara, la cual quiere luchar junto a Egmont por el futuro de su propio país, pues a ella le encantaría ser hombre y poder ir a la batalla, pero no sobrevivirá a este evento y decide suicidarse». Un resumen de la trama a modo de puerta para que la soprano determine ciertas cosas sobre sus intervenciones: «Creo que están en perfecta unión, tanto en lo musical como con el texto, y si somos fieles a las indicaciones de Beethoven y de Goethe, por la importancia de diferentes intenciones, colores y actitudes que lleva implícitos el personaje, el resultado es estupendo».  Ante la repregunta Boix se reafirma en lo anteriormente dicho. «Si entras en la atmósfera creada ya en la obertura, en el texto narrado... tu personaje va fluyendo y va evolucionando sin ningún problema, pues tanto la escritura musical como el texto son muy claros, por lo tanto, vas navegando por heroicidad, alegría, tristeza, ensoñación... sin darte cuenta».


   Pero hasta llegar al punto de poder abordar el personaje, han sido precisos los ensayos, que para la soprano han resultado satisfactorios. «Ha sido un disfrute desde el primer momento». Y aunque es la primera vez que trabaja con el maestro Andrés Salado considera que «ha habido una estupenda comunicación y un sentimiento muy similar de la obra desde el comienzo de los ensayos», lo que hace que para ella «sea un placer poder cantar con esa libertad». También hace referencia a una de las circunstancias de la preparación de la obra. «Como hay partes habladas, que esas sí están amplificadas, se han tenido que ir ajustando, pero por lo demás todo ha ido muy bien, estoy segura que disfrutaremos mucho de la obra», asume la cantante.

   Eugenia Boix no desea sustraerse a la existencia de la pandemia y lo que está produciendo. «La COVID-19, como bien sabemos, ha influido mucho a los músicos, realmente, a toda la sociedad en general, y una vez más muy fuertemente a la cultura en particular». «En mi caso-prosigue Boix-no había pasado tanto tiempo sin subirme a un escenario, lo que para mí es un estado natural desde que era muy pequeñita». Han sido cuatro meses y medio duros, en los cuales recuerda que «no solamente ha estado sin ningún concierto, sino que también sin ningún estímulo positivo para cantar». «Ha sido una temporada muy extraña» afirma la cantante, que no duda en confesar que «realmente se rompió algo dentro de ella». «Para mí el canto va unido profundamente al sentimiento y las emociones...y estaba claro que era un momento muy convulso y había algo que me hacía permanecer en silencio, en espera...». Su voz se silenció el 10 de marzo, cuando interpretó su último recital en el teatro Arriaga de Bilbao, y justo antes de declararse el estado de alarma le llegó la confirmación de un nuevo recital en julio. «Y aquello me volvió a reactivar y a reanimar ese sentimiento, y poco a poco volví a cantar en casa para preparar el recital; recuerdo el sentimiento que tuve al volver a hacer música con mis colegas, volví a sentir en todo mi cuerpo por qué me dedicaba a esto, es una sensación de plenitud que solamente si la experimentas, la reconoces». Así que volvió a los escenarios poco a poco. «Fue en formato diferente, primero con un concierto via streaming en el Auditorio Nacional, junto a la Ritirata, sin público, y desde entonces he seguido teniendo una actividad constante, afortunadamente».


   Ahora la vida profesional de Eugenia Boix no se detiene, de hecho el 7 de octubre ha hecho un hueco antes de empezar los conciertos con la OSCyL para la grabación de un Documental-Concierto en el Palacio Real de Madrid. «Tengo la fortuna de poder cantar acompañada con el violonchelo Stradivarius que hay en Palacio, y lo hago junto a mis compañeros el violonchelista Guillermo Turina, y la clavecinista Eva del Campo».

   Si nada se trunca, en octubre Boix tiene recitales con piano junto a Javier San Miguel y con guitarra, junto a Jacinto Sánchez. En noviembre estará con Al Ayre Español, de Eduardo López Banzo, en el Teatro Real Coliseo Carlos III de El Escorial. También actuará con la Orquesta Reino de Aragón, en el Auditorio de Zaragoza, junto a La Ritirata de Josetxu Obregón en el FIAS, irá a San Sebastián con el programa «Inéditas», música de mujeres compositoras, junto a Susana García de Salazar y en diciembre estará con su compañero del Dúo Orpheo, Jacinto Sánchez, en el Festival Sierra de Segura, y luego vendrán los conciertos de Fin de Año y Año Nuevo. «Y para el año próximo espero poder intervenir en muchos conciertos que se reubican, de los que se habían perdido debido a la pandemia. Esperemos  que se puedan realizar todos», comenta con cautela la soprano. También le esperan Munich, Londres, y diversos lugares de Italia y de España. «Así que cruzando los dedos y deseando que se puedan realizar, porque eso significará que todo evoluciona favorablemente y que a nivel sanitario estamos mejor», espera la cantante.

Foto: África Sanjuán y Fotografía Puig.

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