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Reportaje: «Elim Chan es increíble». Elim Chan dirige a la Sinfonica de Castilla y León

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Autor: Agustín Achúcarro
21 de diciembre de 2023

Elim Chan dirige a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en un concierto en el que participan miembros de la orquesta sinfónica de Castilla y León Joven

Elim Chan dirige a la Sinfónica de Castilla y León

Sergio Fernández, percusionista de la Sinfónica de Castilla y León Joven: «Poder tocar con una directora como Elim Chan es increíble y tiene un valor incalculable»

Un reportaje de Agustín Achúcarro
La portada del programa de mano del concierto nº6 de la temporada de abono lo preside una foto de la directora Elim Chan, cuya presencia es toda una gran noticia, y además detalles como las fechas, días 21 y 22 de este mes, el lugar, Auditorio de Valladolid, los autores de las obras, Clyne, Liszt y Stravinski, el solista de piano, Alexei Volodin, y en el extremo izquierdo se lee: «con la participación de miembros de la OSCyL Joven». Es este punto el que lleva a fijarse en el percusionista Sergio Fernández, y de ahí, a que sea él el que haga un recorrido sobre las obras y los entresijos del concierto.  

   Primero, la pregunta de manual ¿Quién es Sergio Fernández? Y las respuestas aclaran que estudió en Salamanca, entre otros profesores con Tomás Martín, percusionista de la OSCyL, que al acabar hizo un máster en Maastricht, tras el cual comenzó a considerarse «un verdadero músico profesional». Con la pandemia se volvería a España, para hacer un postgrado en Musikene, en San Sebastián, se metería en la bolsa de trabajo de la OSCyL, y eso le ha permitido tocar con ellos en varias ocasiones y entrar en el proyecto de la Joven orquesta de Castilla y León.

   Pero detrás de los fríos datos biográficos, que hablan de un músico muy preparado, hay mucho más que conocer a través de la palabra de Sergio Fernández. «En este concierto voy a participar en El pájaro de fuego de Stravinski (versión original de 1910), aunque también conozco el Concierto para piano nº 1 de Liszt. Son dos obras que no tienen nada que ver en lo que se refiere al tratamiento de la percusión, una es romántica y la otra pertenece al siglo XX». Antes de centrarse en la obra en la que va a participar deja una nota sobre la de Liszt. «Hay un papel muy importante de triángulo, que es de los primeros solos de este instrumento en un concierto». A estas, hay que sumar Esta medianoche de Anna Clyne, compositora residente de la OSCyL. 

   Dicho esto, el percusionista se centra de lleno en la obra del compositor ruso. «El pájaro de fuego está lleno de instrumentos de percusión y para nosotros forma parte del repertorio que más nos gusta tocar. Yo voy a tocar el triángulo, la pandereta, el tam-tam y los platos». Y hechas estas referencias, Fernández se adentra en lo que le hace disfrutar de la música. «A mí lo que más me gusta a nivel musical, aparte de tocar, es poder escuchar y eso para un percusionista, en esta obra, es una cosa maravillosa». Y surge la comparación, a modo de ejemplo, con un plato de comida. «La cuerda seria la carne, el metal y la madera las patatas, y nosotros las especias, la sal. Si echas lo justo-prosigue el músico- el plato podría ser maravilloso, pero si te pasas puedes hacer una aberración, que no hay quien se la coma. Se trata de poner la guinda al pastel y en obras como esta tenemos una gran responsabilidad». Y surgen aquellas cosas que facilitan su trabajo. «Es complicado saber el momento en que tenemos que entrar y hacerlo de manera precisa, y para eso es importante la labor del director, en este sentido Chan es una directora maravillosa, clarísima, a la que se le entiende perfectamente cada gesto que hace». Fernández también toca el tema de la colocación de los percusionistas en el escenario, que hace que varíe su perspectiva del sonido. «Desde el lugar que ocupamos, lo que se percibe es completamente diferente de lo que escucha el público o se oye en una grabación. Nosotros perdemos muchas de las referencias auditivas porque tenemos la cuerda muy lejos y escuchamos mucho al metal, algunos instrumentos tienen sus campanas dirigidas a nuestra posición, como las trompas. Como ya he dicho, al estar alejados de la cuerda, tenemos que tender a anticipar un poco lo que hacemos, conscientes de la distancia que existe». Esto exige, aclara Fernández, que «los percusionistas tengan que tener mucha capacidad de abstracción y mucha capacidad auditiva», pues necesitan «ser capaces de separar lo que escuchan y entender cuál es su papel dentro de la orquesta». Descendiendo más al detalle, Fernández subraya lo siguiente: «Me encanta la parte en la que se entrelazan varios instrumentos de percusión, como cuando el triángulo lo hace con la pandereta y el plato, y hacer esa pequeña música de cámara es de las cosas que más me gustan».

   El músico defiende que el trabajo de los percusionistas es mucho más difícil de lo que pueda parecer a simple vista. «Se puede creer, por ejemplo, que el triángulo es un instrumento fácil de tocar, cuando en realidad es complicadísimo, pues según en la zona en que lo toques puedes encontrar un montón de colores diferentes, que también varían según la posición que tenga la varilla, lo que te obliga a ser muy preciso». A la hora de hablar de la directora Elim Chan, una figura creciente en el panorama internacional, que ya ha triunfado con la OSCyL, señala que «si bien la conocía de haberla escuchado dirigiendo determinadas obras, nunca le había dirigido a él», algo que le «está encantando». «Lo que más valoro de Chan es la claridad que exhibe marcando y lo interiorizada que posee la partitura, pues tiene clarísimo dónde entra cada instrumento y qué quiere obtener de cada parte del compás».  A lo que suma el que «no solamente es muy clara rítmicamente», sino que «sabe conjugar todas las secciones». 

   Como colofón y acabando por el inicio, Fernández cuenta cómo prepara una obra antes de llegar a los ensayos. «La primera aproximación a una partitura la hago escuchando alguna grabación e intentando entender el papel que voy a realizar». «Una vez que tengo claro el contexto general, intento trabajar la manera en la que yo cuadro aquello que debo tocar con el resto de la orquesta, entender cómo debo integrarme con los otros instrumentos y tener claro qué es lo que debo escuchar cuando yo toco. Y para terminar, trabajo la sonoridad y las dificultades técnicas de cada instrumento», concluye el percusionista, que no quiere finalizar sin hacer una valoración positiva de la creación de la Joven orquesta de la OSCyL, que a la postre es la que le ha permitido estar en este concierto. «Es un proyecto educativo que nació este año 2023, con un concierto en el Lienzo Norte de Ávila, y que nos permite tocar con directores como Petrenko o la propia Chan, lo que es increíble y tiene un valor incalculable».

Foto: OSCyL

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