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Crítica: Emin Kiourkchian y Carlos Domínguez-Nieto con la Orquesta de Córdoba

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Autor: José Antonio Cantón
24 de octubre de 2022

Carlos Domínguez-Nieto y Emin Kiourkchian interpretan obras de Ludwig van Beethoven, Benjamin Britten, Aaron Copland, Roberto Gerhard y Joaquín Rodrigo con la Orquesta de Córdoba

Emin Kiourkchian

Concierto aniversario de la Orquesta de Córdoba

Por José Antonio Cantón
Córdoba, 20-X-2022. Gran Teatro. Orquesta de Córdoba. Solista; Emin Kiourkchian (piano). Narradora: Eva Ugarte. Director: Carlos Domínguez-Nieto. Obras de Ludwig van Beethoven, Benjamin Britten, Aaron Copland, Roberto Gerhard y Joaquín Rodrigo.

   Rememorando aquella tarde-noche del 29 de octubre de 1992 en la que sonó la Orquesta de Córdoba (OC) por vez primera en el Gran Teatro de la ciudad califal, se ha celebrado con nueve días de antelación el trigésimo aniversario de esta formación interpretándose el mismo programa que pergeñó el maestro Leo Brouwer, su fundador artístico y primer director titular, para aquella pemière en la que intervino el insigne pianista cordobés, Rafael Orozco y, como narrador, el ilustre actor y dramaturgo Adolfo Marsillach. Tal elección por parte del actual director de la OC, Carlos Domínguez Nieto, ha hecho recordar a muchos aficionados asistentes el acontecimiento que supuso aquella velada para el panorama musical tanto de la ciudad como de Andalucía.

   Después de la fanfarria introductoria del compositor norteamericano Aaron Copland, Fanfare for the Common Man (Fanfarria para un hombre común) escrita para once instrumentos de metal, timbales y gong, liderados por la trompas que le dan a este conjunto una gran brillantez sonora, la OC justificaba así su programación para un acontecer especial como era el caso de este segundo concierto de abono dedicado para tan singular cumpleaños. Como ha sido signo de distinción en la OC a lo largo de su historia, la sección de viento metal y la percusión estuvieron a la altura de tan importante momento, predisponiendo al auditorio a una velada que terminó siendo trascendente en el aspecto artístico.

   Así hay que entender la interpretación del Concierto para piano y orquesta, “Emperador” de Ludwig van Beethoven con la participación del jovencísimo pianista cordobés Emin Kiourkchian Tedtoeva, ganador del XL Concurso Nacional de Jóvenes Pianistas Ciudad de Albacete, que determinaba uno de los atractivos añadidos a esta cita conmemorativa dada la trascendencia que ha tenido tal galardón para su incipiente carrera. Desde el punto de vista de concepto, su interpretación puede encuadrarse en el ámbito de la más aceptada tradición, ajustándose en todo momento a la grandiosidad del primer movimiento, especialmente en la cadencia de su tema inicial y en la igualdad de concertación del segundo, superando algunas pequeñas incidencias de articulación  surgidas al principio de este Allegro. Fue muy interesante el sentido rapsódico que dio a la primera variación del Adagio central, integrándose plenamente con la dirección que cuidó el sonido de la orquesta ya desde el asordinado tratamiento de la cuerda a su inicio. Así mismo, Kiourkchian realizó con madurez la transición al tercer tiempo incorporándose a los impulsivos contrastes entre las voces inferiores y superiores de la orquesta. Los precisos redobles de timbal de Cristina Llorens acompañando al piano, antes de iniciar la recta final de la obra, sirvieron para preparar el último impulso del solista que, a través de unas intensas escalas mejoradas en limpieza y articulación, desembocó en la conclusión demostrando gran tensión expresiva en su emisión. Tras una ovación mantenida, sobre todo, del joven público asistente, complació al auditorio con una adaptación de Alexander Siloti en si menor del  Preludio en mi menor, BWV 855 de Juan Sebastián Bach que, pese a su aparente facilidad, Kiourkchian tiene en sus dedos con un bien orientado proceso de maduración, cerrando así una actuación que, dada su juventud, alberga sobradamente una esperanzadora proyección musical que confío y deseo sea bien canalizada en esa fundamental etapa de posgrado en la que es tan importante el crecimiento de madurez emocional y perfeccionamiento técnico.

   Dos pequeñas obras y no por ello menos sustanciales ocuparon la primera parte de la reanudación del concierto, en las que Carlos Domínguez-Nieto se atuvo a la funcionalidad estética de cada una de ellas. En el caso de Zarabanda lejana de Joaquín Rodrigo recreando esa especie de mirada hacía tiempos pasados en los que la vihuela era un instrumento determinante, cuya fluctuante sonoridad trasladó a la cuerda de la orquesta, para la que el autor valenciano compuso la obra, lo que permitió apreciar el realce de esta sección instrumental de la OC. En cuanto a Alegrías de Roberto Gerhard hay que decir que el director se esforzó en sacar el escaso y diluido duende flamenco de esta obra, objeto de inspiración con el que no parece identificarse y menos sentirse cómodo el compositor vallense de una forma natural como ocurre en Manuel de Falla. Un músico como el maestro Domínguez Nieto supo encontrar los acentos y articulaciones pertinentes para que apareciera esa particular intencionalidad estilística de la obra, de una manera más interesante en la Jácara y en la Farruca.

   El momento más espectacular de la velada vino propiciado por la Guía de orquesta para jóvenes, op. 34 del gran compositor británico Benjamin Britten, que cerró el programa. Con la acertada participación de la actriz madrileña Eva Ugarte en calidad de narradora, fue discurriendo la obra a lo largo de su presentación temática basada en un motivo de Henry Purcell, sus trece variaciones y la fuga final, pasajes que la integran. El mayor mérito de su interpretación en esta ocasión fue el sentido paródico que quiso dar el titular de la OC a su ejecución, no sin dejar de impulsar en todo momento el lucimiento de cada una de las secciones instrumentales que, conforme transcurría la obra, acentuaban su estructura formal desde una creciente intensidad expresiva hasta alcanzar su apoteosis final. El público estalló en un intenso y prolongado aplauso que ejemplarizaba un creciente renacimiento de la OC dentro del panorama cultural de la ciudad.

Foto: Orquesta de Córdoba

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