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Crítica: Accademia del Piacere en el Festival de Vélez Blanco

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Autor: José Antonio Cantón
31 de julio de 2025

Crítica de José Antonio Cantón del concierto de Fahmi Alqhai y la Accademia del Piacere en el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco

Accademia del Piacere en el Festival de Vélez Blanco

  Musical ardor

Por José Antonio Cantón
Vélez Blanco (Almería), 24-VII-2025. Iglesia del Convento de San Luis. Accademia del Piacere. Dirección: Fahmi Alqhai (viola da gamba). Obras de Alqhai, Bailly, Blanch, Briceño, Cabezón, Falconieri, Flecha, Marín, Martín i Coll y Sanz.

   Desde un planteamiento en el que la improvisación es el vehículo principal de la interpretación que exige el programa Spain on Fire con el que ha participado en el Festival el grupo hispalense Accademia del Piacere, liderado por el admirado maestro violagambista sevillano de origen sirio-palestino Fahmi Alqhai, cuyo contenido recientemente ha sido objeto de una grabación del sello discográfico Challenge Classics, se ha podido disfrutar del arte musical de este grupo instalado en un lugar preeminente entre las formaciones de música antigua en España, prácticamente desde que fuera fundado a principios de la primera década del presente siglo por los hermanos Fahmi y Rami Alqhai.

   Su capacidad de innovación creativa sigue siendo una de sus señas de identidad que como se ha constatado en el Pange Lingua que abría el programa. La aportación de Fahmi Alqhai al original medieval y a las glosas de Antonio de Cabezón compuestas para este conocido himno eucarístico le han conferido una emocionalidad que enriquecía la alabanza espiritual que contiene su discurso, dejando una muestra de cierto fervor religioso que ocupaba con sentido y razón el recinto acústico del templo. Quiteria Muñoz demostró una gran versatilidad vocal entre la serenidad de la primera parte y la rítmica gugurumbé dispuesta en segundo lugar perteneciente a la ensalada de Mateo Flecha “el Viejo” que lleva por título San Sabeya. Una glosa de Alqhai sobre el bajo de un pasacalle muy bien “contracantado” por las violas de gamba de Johanna Rose y Rami Alqhai sirvió de contrastante nuevo eslabón al poema anónimo, La bella Çelia que adora, en el que el eminente tañedor de las primeras décadas del siglo XVII Luis de Briceño puso una excelente música al apasionado y a la vez razonado enamoramiento descrito en sus versos. Una improvisada glosa de Fahmi Alqhai inspirada en el Romance del Conde Claros como también lo fue objeto de atención por Francisco de Salinas en el siglo XVI permitió que el tañer de la violas generara un especial acompañamiento al sonido articulado de la guitarra barroca de Carles Blanch produciéndose uno de los momentos más significativos de la engranada conjunción del grupo, que dejaba la sensación cinética en su gesto colectivo de una especie de ballet instrumental, que daba lugar al conocido aire español del compositor francés del siglo XVII Henry de Bailly titulado Yo soy la locura en la que la soprano destacó con suma delicadeza su aire de sentida folía.

   Continuó el concierto con un segundo pasaje instrumental dedicado a motivos entrelazados correspondientes a pasacalles de Antonio Martin i Coll para a continuación hacer una preciosa versión la cantante valenciana del tono No piense Menguilla ya contenido en el Cancionero de Marín que se conserva en Cambridge y que tanto aportó al nuevo concepto musical de la música de acompañamiento destinada a los instrumentos de cuerda pulsada. Siguiendo el orden alternativo del programa, interpretaron la Ciaccona a tre del maestro napolitano Andrea Falconieri, con la que el grupo volvía a realizar una muy fluida auténtica exhibición, antes del tono también de José Marín, Niña, como en tus mudanzas, en el que el canto de Quiteria Muñoz se adaptó al texto manteniendo la viveza de su cadencia rítmica plenamente integrada en el grupo instrumental. Dos piezas pertenecientes a Gaspar Sanz y a Luis de Briceño daban lugar a las famosas Diferencias sobre el canto del caballero de Antonio de Cabezón en las que tuvo un papel destacado Javier Núñez al clave como sereno aglutinador armónico de su desarrollo, lo que sirvió para contrastar con el danzante final de la velada ocupado por Bayle del gran Duque de Antonio Martín i Coll y la Tarantela y Canarios improvisados por Carles Blanch y Fahmi Alqhai a cuya interpretación se incorporó el percusionista Agustín Diassera con un evidente protagonismo en un solo que mi hizo imaginar en este sentido el mejor talante técnico y artístico de un avezado baterista de jazz, lo que significaba una muestra de la capacidad musical de cada uno de los miembros de la Accademia del Piacere, que la han llevado a situarla entre los grupos de música antigua más solventes de nuestro panorama patrio con una mantenida proyección internacional como ensemble a tener en cuenta siempre como representante indiscutible en la recreación de la música ancestral hispana, como se desprende de este programa excelentemente tratado ya desde la interesante ordenación de las obras que lo integran.

Foto: Antonio Giménez

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