Artículo de opinion de Aurelio Martínez Seco sobre el Festival Piano Rafael Orozco de Córdoba
Un festival de prestigio creciente
Por Aurelio M. Seco | @AurelioSeco
La existencia de un festival de piano es un milagro gestor, más si cabe cuando su trayectoria es creciente y dentro de una manera de hacer las cosas independiente, personal e interesante. El Festival de Piano Rafael Orozco de Córdoba, que a nuestro juicio dirige con sabia mano Juan Miguel Moreno Calderón, acaba de cerrar su 22 edición con éxito de crítica y público. Según información proporcionada por la propia organizacion, de los diez conciertos celebrados entre el 30 de octubre y el 23 de noviembre, en ocho se ha alcanzado el lleno absoluto y el festival ha dado un paso importante en su proyección internacional gracias a un acuerdo de colaboración con el Instituto Fryderyk Chopin de Varsovia, gracias al cual cada edición del festival cordobés contará con alguno de los ganadores de esta legendaria competición.
En la presente edición del «Festival Rafael Orozco», que no por casualidad lleva el nombre de uno de los más destacados pianistas españoles de la historia, el público ha podido asistir a recitales de instrumentistas nada fáciles de ver en España, siendo en algunos casos referencias indiscutibles. Es el caso de Boris Berman o el propio Jorge Luis Prats, maestro de oleadas de pianistas que ha dejado y sigue dejando su huella en la historia de este milagroso instrumento. A lo largo de estos años, Moreno Calderón ha sabido combinar los nombres más conocidos con otros menos mediáticos, un acierto, pues ya hemos dicho muchas veces que entre los primeros no siempre están los mejores. Entre los que sí lo son, este año ha visitado Córdoba el gran Arcadi Volosos, un genio que ha ofrecido un programa precioso. Tambien han pasado por la bella ciudad andaluza nombres como Sergey Belyavsky, Emin Kiourktchian o Zee Zee, y uno de los pianistas españoles más prometedores, Martín García García, que este año tocó con la Orquesta de Córdoba.
En España hay mucho talento. Hace unos días vi en Instragram a un joven pianista que me produjo un gran impacto por el fulgor de su arte; un arte que va más allá del propio instrumento por su enjundia, sofisticación y atractivo poético. Su nombres es Pedro López Salas.
Foto: María Cariñanos
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