Crítica de José Antonio Cantón del concierto ofrecido por Forma Antiqva en el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco
De sópitu, un curioso y divertido programa
Por José Antonio Cantón
Vélez Blanco (Almería).- Iglesia del Convento de San Luis. 21-VII-2025. XXIV Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. Forma Antiqva. Pablo García-López (tenor), Alejandro Villar (flauta y zanfoña), Ruth Verona (violonchelo), Pablo Zapico (guitarra barroca) Jorge Muñoz (contrabajo) y Pere Olivé (percusión). Dirección: Aarón Zapico (órgano). Obras: Canciones, fandangos, saltones, xiringosas, giraldillas y otros brincos del Norte.
Una de las citas del Festival que más expectación ha suscitado ha sido la titulada De Sópitu, expresión asturiana que pude traducirse al castellano como “de repente”, que ha utilizado el teclista y director musical Aarón Zapico para pergeñar un programa para su grupo Forma Antiqva en el que según sus propias palabras está pensado “para siete músicos que mezclan los instrumentos históricos con el folclore, la tradición oral con la académica y una alta dosis de creatividad”. Como una idea que le venía rondando desde sus años de formación en el Conservatorio de La Haya ante el descubrimiento de la raíz popular que sustentaba la música del prestigioso compositor británico William Byrd y las de otros grandes virginalistas ingleses, así como las similares que tenían la mayoría de tempranas danzas italianas y destacables piezas pastoriles de origen galo, este músico asturiano sintió la conexión de los sones pretéritos del Principado como germen natural de la manera de experimentar la música antigua en los tiempos actuales. Así nació este proyecto que tuvo un determinante impulso por parte del Festival de Santander que lo presentó en su edición de 2023 con tan destacado éxito que está llamado a mantenerse como uno de los títulos más aceptados del recién creado sello discográfico Zapico Records.
Las seis partes en las que se divide su contenido hacen referencia a mitos ancestrales de los países cantábricos como es el caso de la primera de ellas dedicada a Nuberu, un personaje mitológico de aspecto desagradable y tenebroso capaz de controlar los temporales de lluvia y las tormentas. Empezó con el cadencioso ritmo de una mariona de Gaspar Sanz que terminó conectando con cuatro piezas tradicionales asturianas destacando la última, Saltón, a través de una admirable actuación del flautista leonés Alejandro Villar que hizo con su instrumento todo un alarde de ágil articulación que tuvo un extraordinario consecuente contraste con la voz del tenor lírico-ligero Pablo García-López que llenó el recinto del templo con suma claridad y definición tímbrica con el canto de dos temas tradicionales asturianos como ¡Que m’escurez! y Caseme fai tres semanes.
La segunda, que lleva por título Curuxa, lechuza en bable, fue introducida por una pieza de Henry Purcell seguida de dos pasacalles tradicionales asturianos para después de una interesante adaptación de la popular Muñeira de Chantada terminar con la canción tradicional irlandesa Danny Boy, una antigua tonada que ha quedado casi como un segundo himno nacional y que, en esta ocasión fue interpretada con gran sentimiento y emoción por el tenor cordobés. La hechicera Xana daba nombre a la tercera parte del programa en la que nuevamente lució con plenitud su voz en unos versos de una canción nocturna de las tierra altas de León y sus linderas tierras cántabras que dio lugar a un Rigodón del gran guitarrista barroco Santiago de Murcia para seguidamente volver a asombrar Alejandro Villar con un fandango y un rítmico saltón asturiano antes de terminar con una giga del maestro de danza inglés John Playford que propiciaba se pudieran confirmar las excelencias canoras de Pablo García-López.
Busgoso o el Señor el bosque en la mitología asturiana, mitad hombre y mitad cabra daba nombre a la siguiente que se inició con la famosa pifa de Händel que describe le llegada de los pastores en su famoso oratorio El Mesías interpretada antes de la pieza imitativa de Martín Códax, famoso trovador gallego que vivió entre los siglos XIII y XIV que lleva por título Ondas do mar do Vigo en la que la zanfoña activada por Alejandro Villar sostuvo su armonía a modo de gaita como eco de las olas marinas.
Este curioso programa de ciertas connotaciones antropológicas concluyó con dos últimas partes, una dedicada a la bruja asturiana Guaxa, que terminó con dos temas británicos, destacando Molly Malon, canción muy popular en Irlanda, más especialmente en Dublín, quedando muy acertada en su adaptación a la disponibilidad instrumental del grupo, y otra a la serpiente alada Cuélebre, parecida a un pequeño dragón y muy arraigada en el acervo mítico de los pueblos de la cornisa cantábrica, que se cerraba con la participación del público en el romance tradicional cántabro Una mañana de abril que produjo uno de los momentos más estimulantes del programa que, desde la calidad musical de sus adaptaciones muy bien tratadas por cada uno de los componentes del grupo instrumental de Forma Antiqva, se está proyectando como un valor muy interesante a tener en cuenta dentro del rico panorama fonográfico de la música antigua en nuestro país. La relevante reacción del público con una cerrada y prolongada ovación refrendó el éxito de esta fórmula que Aarón Zapico ha experimentado con De Sópitu.
Foto: Antonio Giménez
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