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FRANCISCO LORENZO: «Estoy en esto por mi afición y amor a la música»

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Autor: Aurelio M. Seco
10 de febrero de 2024

Aurelio M. Seco entrevista a Francisco Lorenzo, director del Centro Nacional de Difusión Musical [CNDM]

Francisco Lorenzo, director del CNDM

FRANCISCO LORENZO: «Estoy en esto por mi afición y amor a la música»

Una entrevista de Aurelio M. Seco | @AurelioSeco / Fotos: Rafa Martín / CNDM
El nombre de Francisco Lorenzo comenzó a sonar con mucha fuerza mediática cuando en 2018 se convirtió en el director del Centro Nacional de Difusión Musical [CNDM], sustituyendo en el cargo al que seguramente sea el gestor público más conocido de nuestro país, Antonio Moral. Lorenzo afronta su sexto año dirigiendo la institución y hemos querido hablar con él para hacer balance de lo realizado, pero también para conocer de cerca a uno de los gestores más influyentes de nuestro país. Nos hemos encontrado a un hombre ilusionado y apasionado de su trabajo, risueño, de una cordialidad cercana y amable, que no tiene televisión ni demasiado tiempo para ver series en las plataformas más conocidas, que se emociona, y esto nos pareció importante, con la polifonía del siglo de Oro español; que tiene previsto dar más peso al repertorio y a los músicos de nuestro país, y el deseo mejorar e incrementar las posibilidades administrativas, artísticas y presupuestarias del CNDM.

Hace unos días presentó el ciclo de Jazz en Oviedo. ¿Le gusta el Jazz?

Sí. Aprendí mucho cuando estaba en el Palau de la Música de Valencia, donde estuve trabajando 10 años. Allí, lo que no sabes lo aprendes. En la vida tienes que tener diversas virtudes. Aparte del amor por la música, el hecho de aprender es importante. 

 Usted era el secretario técnico de dirección del Palau de la Música. 

Sí, trabajé durante 10 años, de 1998 al 2008. Luego me vine otros cuatro a Valladolid, a trabajar en el Auditorio Miguel Delibes, con Enrique Rojas. Después Antonio Moral me llamó para bajarme a Madrid. 

 Es usted un gran melómano además de programador.

Al final yo estoy en esto por mi afición y amor a la música. Llegó a un punto en mi vida, después de estudiar, en el que dije: «A ver qué hago. Voy a ver si puedo trabajar de lo que me gusta». Y lo he conseguido.

 Viaja mucho para cuidar de los ciclos del CNDM

Mañana tengo un concierto del ciclo Bach Vermut por la mañana, que es uno de los grandes éxitos del Auditorio Nacional y del Centro Nacional de Difusión Musical [CNDM], y luego por la tarde voy a Salamanca para asistir a otro de Jazz. Es fundamental que tengamos presencia en nuestras coproducciones a lo largo de todo el territorio español y en el extranjero para dar ese apoyo fuera de Madrid. La vertebración de la actividad musical es uno de nuestros pilares. 

«En el ciclo de Barroco del CNDM en el Auditorio Nacional se venden antes los conciertos de los grupos españoles que los extranjeros»

El Bach Vermut se ha convertido en una oferta cultural que ya han copiado otras entidades como la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias.

Sí, he estado esta mañana en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo y he visto que la OSPA tiene un ciclo llamado «Vermut de cámara». Nosotros nunca pensamos que podríamos lograr una cosa así. Todo vino porque en el Auditorio Nacional había un ciclo de órgano, en el que, por cierto, venían los mejores organistas; pero claro, al final el problema es que la asistencia media era de 200 personas. Sólo se abría el patio de butacas. Tener el órgano tan estupendo que hay en el Auditorio sin usar era algo que no queríamos hacer. Desde la gerencia del INAEM nos pedían hacer algo con el órgano. Entonces, Antonio Moral, con esa sabiduría suya, dijo: «Vamos a buscar un nicho que no sea el habitual del auditorio», porque ya se vio en su día que no funcionaba el ciclo de órgano.  Entonces, como los domingos por la mañana no podía ser porque estaba la Orquesta y Coro Nacionales de España, buscamos el nicho del sábado por la mañana, que es más familiar, y lo pintamos con un aperitivo, con un vermut, una cerveza, y después del concierto de órgano, con un concierto de jazz. Bach es uno de los grandes clásicos que se ha versionado a jazz con frecuencia. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que empezó a funcionar muy bien. Recuerdo que primero vendíamos el patio de butacas. El primer anfiteatro se llenó. Luego el segundo anfiteatro. Y ahora vendemos 1800 localidades y además es una cosa muy bonita, porque dista del concierto habitual. Te encuentras familias, abuelos con nietos, amigos, diversos grupos de familias. Es un grupo muy diferente que viene a los conciertos y el precio  es popular. Vienes, te tomas una copa, escuchas el concierto de órgano que dura una hora, y luego el aperitivo con la música de jazz. Es una cosa maravillosa. Después vas a comer con los amigos con los que has venido y hechas toda la mañana. Es uno de los aciertos que hemos tenido, pero sin saber que íbamos a acertar. 

 ¿El criterio del éxito de un ciclo tiene que ver con el número de personas que acuden a él?

No. Para mí el criterio programático y artístico es superior a si va más público o menos. Nosotros somos los que dotamos de una programación artística pública y de calidad al Auditorio Nacional y aquí en Madrid tenemos la suerte de que es una gran ciudad y hay todo tipo de público. Yo sé que el éxito del Barroco en esta ciudad empezó con nosotros, y que a raíz del CNDM han surgido otros muchos ciclos hermanados. Y yo creo que es por la calidad artística y, sobre todo, por dotar de una infraestructura a los grupos nacionales que antes no tenían. Cuando los artistas llegan a Madrid han tocado antes en Oviedo y León. Entonces en Madrid va a dar el tercer concierto, que está, desde luego, más ensayado, aparte de haber hecho otros dos anteriores. 

En el ciclo de Barroco de la sala de cámara del CNDM en el Auditorio Nacional se venden antes los conciertos de los grupos españoles que los extranjeros. Porque la gente ya los conoce, les gusta, y los conciertos que dan en Madrid son muy buenos. De esta forma creas un sistema de gira, de tal manera que, cuando llegan a Madrid, dan lo mejor de sí mismos.

¿Qué le parece Madrid como ciudad musical en el contexto europeo?

Antes de que existiese el CNDM, el Auditorio Nacional era un contenedor cultural que no tenía dirección artística. Aparte de la Orquesta Nacional de España, se organizaban ciclos privados, de las universidades…, pero no existía una programación pública de calidad como la que hemos ideado nosotros, que ha tenido todo el respaldo del público, porque los conciertos están todos llenos. Ahora mismo te puedes medir con una Philharmonie de Berlín o de París, que tiene una programación cerrada de muchos tipos. Nosotros hacemos Barroco, flamenco, música contemporánea en un ciclo que denominamos «Fronteras»… Todo eso antes no existía, y desde hace 14 temporadas desarrollamos ese tipo de programación. Este fue uno de los aciertos del INAEM y del Ministerio de Cultura, dotar al edificio de una programación pública de la máxima calidad que sea escaparate de las mejores tendencias y proyectos musicales del panorama actual.

«El Bach Vermut es uno de los aciertos que hemos tenido, pero sin saber que íbamos a acertar»

«El éxito del Barroco en Madrid empezó con nosotros, y a raíz del CNDM han surgido otros muchos ciclos hermanados

¿España tiene un nombre destacado en Europa?

Cada vez más. Recuerde que en la época de la pandemia, mientras el resto de Europa estaba prácticamente cerrada, en España hacíamos conciertos. Yo recuerdo aquellos años intentando hacer virguerías para realizarlos, como cuando vino Václav Luks con Collegiun 1704 para hacer una obra de Zelenka. El grupo es de Praga pero tenían que ir a ensayar a Dresde, porque en Praga no se podían juntar por las normas del país. Ese programa, que solamente pudieron hacer en Madrid (ni siquiera en Dresde), se tuvo que hacer con el coro usando mascarillas. Pero la dimensión humana era increíble. Pudimos hacer algo que ni en la República Checa ni en otros sitios se estaba haciendo. Se hacía en Madrid. Aquel fue un momento de los culminantes de España como posicionamiento a la hora de hacer música en directo.

 ¿El Ciclo de Lied es del Teatro de la Zarzuela o del CNDM?

Es una coproducción entre el Teatro de la Zarzuela y el CNDM, y todos somos INAEM.

 ¿Pero quién paga a los artistas?

El CNDM. Es un ciclo del CNDM, pero la Zarzuela brinda un espacio emblemático y un gran apoyo para que la programación se desarrolle de la mejor manera posible. 

 El Teatro de la Zarzuela pone el espacio.

Eso es y, como comentaba, todos los servicios. Acomodadores, producción… Pero esto es un ciclo del CNDM que programamos nosotros. Es heredado, como otros muchos. El Liceo de Cámara XXI viene de lejos, de otro que había en Madrid que se iba a perder, un gran ciclo de Música de Cámara de la Fundación Caja Madrid, que lo iba a dejar. Entonces nos hicimos cargo de él. Como el Ciclo de Lied, que es uno de los más importantes, no solo de Europa, sino del mundo. Estamos hablando de un ciclo de lied estructurado, con su  abono… Porque uno se puede encontrar conciertos de lied en el Wigmore Hall o en Viena o Múnich, pero un ciclo estable como tal, con un abono de 12 conciertos, con los mejores liederistas del momento, introduciendo gente joven y apostando siempre por alguna voz española… Si no es el único, es de los pocos que existen.

 Usted llegó en…

Yo me fui del Auditorio Miguel Delibes de Valladolid en 2012 para ser director adjunto del CNDM. Del 2012 al 2018 estuve de director adjunto y, desde 2018, soy el nuevo director. 

 De qué se siente más orgulloso en estos años.

La idea de que el Auditorio Nacional pueda tener un ciclo propio. Hasta la creación del CNDM no había una programación propia, con una idea general de hacer proyectos en música antigua, de cámara… Me siento orgulloso de haber dado al Auditorio de Madrid una programación estable de música, pensando siempre en la excelencia artística, en la recuperación de repertorio histórico español y en la presencia de grupos españoles.

«El Ciclo de Lied, es uno de los más importantes, no solo de Europa, sino del mundo»

«Me siento orgulloso de haber dado al Auditorio de Madrid una programación estable de música»

Francisco Lorenzo, director del CNDM

¿Va a seguir?

Bueno, yo tengo fecha de caducidad, como este tipo de cargos públicos. Como le dije, entré en el 2018 y acabaré en el 2026. Dejaré hecha la programación de 2026-27. Lo importante es que permanezca el proyecto, que tiene un papel esencial en su compromiso con nuestro sector y nuestro patrimonio musical. 

 ¿Pero puede seguir, no? 

No porque son 8 años. Son 5 más 3. Antonio Moral estuvo 8 años. Daniel Bianco 8 años en el Teatro de la Zarzuela… Todas las unidades del INAEM, Centro Dramático Nacional, ONE, Teatro de la Zarzuela, etc, tienen contratos artísticos de una dirección que tienen 5 más 3 años. 

 Y no se puede seguir…

No lo sé. Si a mí la directora general del INAEM me dice, «mira Paco, quiero que sigas 3 años más…». Pero lo normal es que salga un concurso, como cuando yo entré. Yo tuve un contrato de 5 años y luego han confiado en mí para estar otros 3. Que es lo normal, por otra parte.

Pero usted está contento en el puesto.

Sí, mucho. Estoy feliz. 

¿Y qué quiere hacer hasta 2026?

Seguir ahondando en sacar a la luz aquel repertorio…  Este año hacemos Las amazonas de España de Giacomo Facco, que se estrenó en el Coliseo del Buen Retiro de Madrid. Se hizo parcialmente en el Festival de Aranjuez, pero es la primera vez que se hace la ópera completa. Las de Nebra, Durón… Todo nuestro gran repertorio, que no se hace prácticamente. Se hizo puntualmente en el Teatro de la Zarzuela pero nosotros estamos apostando por todos los compositores italianos que vinieron a trabajar a la corte. El año que viene haremos una ópera de Corselli en castellano.

«El año que viene haremos una ópera de Corselli en castellano»

Es que él era español aunque naciera en Italia

Claro, efectivamente. Lo haremos con Alberto Miguélez Rouco, que hizo Vendado es Amor, no es ciego de José de Nebra en el Teatro de la Zarzuela. Ese es uno de los caminos que hemos llevado nosotros… En la vida todo tiene un recorrido. Cuando a Antonio Moral le nombran director y apuesta por una nueva programación, se buscan aquellos caminos que no dañen a los ciclos privados ya existentes. Quiero decir que nosotros no hacemos sinfónicos, orquestas invitadas…

 ¿Piano?

Este año hemos abierto una brecha, mirando a Alicia de Larrocha. El exdirector general del INAEM, Joan Francesc Marco, me dijo: «Paco, qué te parece si hacemos un ciclo con una mirada hacia Alicia de Larrocha con pianistas mujeres…». Y este año tenemos un ciclo con Noelia Rodiles, Alba Ventura y Rosa Torres Pardo, que posiblemente prosiga en el tiempo. 

 Se podría llevar el ciclo fuera de Madrid

No encajaría mucho con el tipo de ciclos que tenemos fuera de la capital, que fundamentalmente son de música antigua, de jazz o de música contemporánea… Solemos hacer ciclos de música del siglo XX y XXI porque, en mi opinión, un concierto de música contemporánea, con todo contemporáneo, muchas veces asusta al público. El CNDM es la fusión de varias entidades, y en 2010-11 se deciden fusionar tres unidades del INAEM que son: la dirección artística  del Auditorio Nacional de Música, que el último director fue López López; el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, que estaba en el Museo Reina Sofía, y el último fue Fernández Guerra; y el Centro de Músicas Históricas de León, que se funda en la época de Zapatero, cuando se compra el Teatro Emperador… El CNDM es la fusión de estas tres unidades. En el Auditorio Nacional seguimos haciendo la dirección artística, el ciclo de Música Contemporánea del Reina Sofía también, y el Centro de Música Históricas de León, que era una entelequia, así que lo que hacemos es un ciclo de música antigua en León, como lo hacemos en Salamanca con la Universidad, o en Oviedo con el Ayuntamiento. 

 ¿Cataluña se sigue resistiendo?

En Cataluña trabajamos con el Palau de la Música Catalana y con la Asociación Franz Schubert. Hacemos un pequeño ciclo de lied en el Palau y en el Auditori tenemos colaboraciones puntuales en el ciclo de música contemporánea Sampler Series. Hay proyectos que compartimos en el Auditorio 400 del Reina Sofía con el ciclo de Barcelona. 

 ¿Cuándo tiene tiempo para programar?

Tengo una vida complicadísima. Me dedico a viajar, a la administración… Este tipo de trabajo te quita mucho tiempo en el día a día por la administración, contratos, producción, los problemas que surgen… Fundamentalmente programo cuando me abstraigo, cuando viajas, cuando estás tranquilo… Pero en el día a día es prácticamente imposible. 

 ¿De quién se fía Francisco Lorenzo cuando le hablan de artistas que no conoce?

Uy, de pocos -risas. 

«Un concierto de música con todo contemporáneo, muchas veces asusta al público»

«Programo cuando me abstraigo, cuando viajas, cuando estás tranquilo… Pero en el día a día es prácticamente imposible.

¿En serio?

No... Yo veo muchos conciertos, prácticamente veo un concierto al día. Hoy estoy en Oviedo y mañana tengo dos en Madrid y en Salamanca. Ahora me voy a ver el Prometeo de Luigi Lang a Venecia. Voy a otros ciclos. Viajo muchísimo. Es importante salir a ver qué hacen en otras entidades, qué se está programando, para identificar propuestas de calidad.

 ¿Ha visto Maestro?

No, es que ahora voy muy poco al cine. A mí el cine era algo que me encantaba, porque yo siendo de Valladolid…. La Seminci es una cosa importante, y yo me vi de pequeño muchas cosas. Lo que pasa es que luego en la vida vas cambiando y tiré por la música.

 Puede verlo en Netflix.

 Lo que sucede es que yo no tengo televisión. Aparte de porque no tengo tiempo….

 ¿En el móvil tampoco?

El otro día no dormí porque tengo una vida compleja, de preocupaciones, de tal, de cual… y me vi dos películas: Qué verde era mi valle y una moderna de ciencia ficción que no recuerdo.

 ¿En qué plataforma?

No, no, en Youtube. Yo no tengo Netflix ni otras plataformas ni tele. Tengo una vida muy rica socialmente. Yo estoy todos los días haciendo cosas y, si voy al cine, voy al comercial.

 ¿Qué cosas le han emocionado últimamente?

The fairy queen de Willian Christie fue una maravilla. Me emocionó mucho. Ese es uno de los conciertos más maravillosos que he visto en los últimos meses.

 ¿Y qué preocupaciones tiene el director del CNDM? ¿El trato con los artistas es tan complicado?

No. Es muy complicada la Administración. El CNDM es una entidad muy compleja. A diferencia de otras unidades de creación, nosotros programamos muchos conciertos en más de 60 espacios diferentes en más de 36 ciudades españolas y extranjeras. Gestionar tal volumen de actividad y en tantos escenarios distintos requiere flexibilidad y una alta capacidad de adaptación, una agilidad que a veces es muy complicada. Si un artista se pone malo y te lo dice dos días antes tienes que buscar a otro barítono, y, como ya está hecho todo ese proceso, te encuentras con que a veces no puedes contratar a nadie. Todo esto es muy complejo, por eso se está hablando de la dinamización del INAEM y su reforma. 

«The fairy queen de Willian Christie es uno de los conciertos más maravillosos que he visto en los últimos meses»

«Programamos muchos conciertos, en más de 60 espacios diferentes y más de 36 ciudades españolas y extranjeras»

¿De qué va a hablar con la nueva directora del INAEM, Paz Santa Cecilia Aristu?

Hay un tipo de problemas que esperemos que ahora con la reforma del INAEM se puedan resolver y podamos tener una vida más acorde con las necesidades artísticas de nuestras unidades. 

 ¿Hay esa intención por parte de la Administración?

Yo creo que sí. Estuve en las reuniones previas en la época de Amaya de Miguel…

Sí, pero de eso ya ha pasado tiempo. ¿No es tan sencillo?.

No, no es tan sencillo. 

 ¿Hábleme del futuro?

Cada vez los grupos españoles tienen más representación en la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música, porque realmente se lo merecen. Vamos a seguir apostando por obras de compositores españoles como Corselli. También por sacar nuevas obras. Yo tengo una espinita clavada que es el mundo de la polifonía, que es uno de los más ricos de la música española. Victoria, Lobo… Supera al Barroco, al Clasicismo… Al final este tipo de proyectos se tienen que dar en un marco específico. Nosotros hicimos el Réquiem de Tomás Luis de Victoria en el Auditorio Nacional y algunos otros proyectos de polifonía, pero al final la sala de cámara del auditorio no es el lugar idóneo. Por ejemplo, yo he visto el mismo concierto en la Capilla Fonseca de Salamanca o en Úbeda en una iglesia… donde el sonido te envuelve… Es algo que te emociona. En el caso de Madrid no tenemos el sitio idóneo para hacerlo, y esa es una de las espinas que tengo… Sería estupendo que Madrid tuviera una iglesia desacralizara donde pudieses hacer conciertos y cobrar una entrada. Ese repertorio es el más maravilloso y más valioso que tenemos y del cual todavía hay obras por descubrir o por cantar por primera vez en tiempos modernos. En Úbeda hicimos obras de Briceño, que es un compositor que fue maestro de capilla en Zamora. La polifonía es una de las músicas más maravillosas y de las que más escucho. Es la música que por ejemplo más me acompañó en la época de la pandemia cuando estábamos solos y no sabíamos que iba a pasar, qué iba a ser del mundo. Aquella música era la que más me calmaba y que más me acompañaba y reconfortaba, y sigue siendo así. Es una música que requiere de lugares especiales. 

 ¿Qué presupuesto tiene el CNDM?

2 millones de euros justos. 

 ¿Se va a ampliar?

Ahora ocurre una cosa. Nos dicen, oye ¿por qué no coproducimos…? Pero hemos llegado a un punto en el que esta temporada estamos haciendo Madrid y 36 ciudades más. Claro, tú tienes compartimentado todo el presupuesto. Tú sabes los que te gastas en Madrid, en Salamanca, Sevilla, Úbeda, Alicante, Barcelona, en Londres, en La Habana… Y cada día es todo más caro. Mire lo que han subido los hoteles o los aviones. 

«La polifonía es una de las músicas más maravillosas y de las que más escucho»

¿Y los cachés?

Sí, sí, por supuesto. Los gastos son mayores.

 ¿Y cómo hacen…?

Bueno, yo creo que soy como un prestidigitador. Este año por ejemplo hemos tenido más actividad que el anterior, con una subida de los precios de los grupos, con subida de transportes y la vida…

 Es decir, que le va a pedir a la nueva directora que amplíe el presupuesto

Es que si queremos seguir creciendo o seguir dando la misma calidad, como no suba el presupuesto, es muy difícil. Además es uno de los proyectos del INAEM, del Gobierno de España, de los que más puede crecer porque más puedes vertebrar y más lejos puedes llegar. En la España vaciada…, el hacer proyectos culturales en sitios encantadores…, con turismo rural… Hay una cantidad de posibilidades… Pero si no te dan más dinero no puedes hacer más  cosas porque todo se encarece.

 ¿Entonces va a pedirle más?

Sí -risas.

 

 

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