Furtwangler vs Toscanini: «Si dirijo una obra en un país conquistado por Hitler, ¿significa eso que soy su representante?»

   El libro El caso Furtwängler de Audrey Roncigli relata una importante polémica entre el propio Furtwängler y Toscanini, dos grandes rivales artísticos de la época, que refleja las siempre difíciles relaciones entre el arte y la política. Toscanini reprochaba a Furtwängler que, con el nazismo, Furtwängler debía dejar de dirigir en Salzburgo: «Hoy por hoy, un artista no puede dirigir un día en un país libre y al día siguiente en unm país conquistado. Si dirige en Bayreuth, entonces no puede dirigir en Salzburgo... los tiempos han cambiado. Hoy hay que elegir: lo uno o lo otro». Furtwängler le responde que «para los músicos, no existen países conquistados y países libres. Los hombres son libres allí donde se toca la música de Beethoven y de Wagner, y si no lo son de facto lo son de pensamiento al escuchar esa música. La músia se mueve por territorios que la Gestapo nunca podrá alcanzar. Si dirijo una obra en un país conquistado por Hitler, ¿significa eso que soy su representante? ¿No me convierte eso más bien en su adversario, porque la música es una perfecta negación del embrutecimiento y la aniquilación del nazismo?», responde Furtwängler. «Cualquiera que dirija en el Tercer Reich es un nazi», le espeta Toscanini. A lo que Furtwängler responde: «Entonces supone usted que el Arte no es más que propaganda para el régimen en el poder. Si le he entendido bien, como el régimen nazi está en el poder, entonces soy un director nazi; en un régimen comunista, sería un director comunista; en un régimen democrático, un director democrático... No y mil veces no. El Arte pertenece al mundo entero...», concluye el director alemán.